Algunas cosas no se pueden prohibir. |
Obsérvese el importante matiz: los profesores normalizadores (los que quieren normalizar a los niños a los que consideran anormales porque hablan castellano) ya no dicen que "os galegos falamos galego"; ahora es algo mucho más profundo: "os galegos SOMOS galegofalantes". Ellos consideran que hablar gallego forma parte de la esencia de cada gallego: si non falas galego non podes ser galego. (Pobriños los gallegos que sean mudos, menudo lío).
Nuestro Alto Tribunal autonómico ha declarado ilegal que se consulte a los padres para decidir la lengua vehicular en la enseñanza infantil (Ver noticia). Carlos Callón, presidente de A Mesa pola Normalización Lingüística, portavoz virtual de todos los grupos defensores de que en Galicia sólo se hable en gallego, viene a decir (leer declaraciones) que eso demuestra que su postura es la única aceptable y que no hay nada que preguntar porque lo único importante lo sabe cualquier alumno de primaria: el gallego es la lengua propia de Galicia. Lo pude leer la semana pasada, repasando Coñecemento con mi hija pequeña: o galego é a lingua propia de Galicia. Y punto. (Para ellos).
Callón quiere que la Xunta imponga el gallego para todos, pero no dice nada de que la Ley de Normalización Lingüística (que es una Ley de mucho mayor rango que el Decreto de Feijóo contra el que luchan) establece que los niños gallegos tienen derecho a recibir la primera enseñanza en su lengua materna, sea ésta gallego o castellano. ¿Cómo va a poder facilitar la Xunta ese derecho (que actualmente el gobierno del PP no permite ejercer) si no sabe cuál es la lengua materna de los alumnos? Resulta incongruente.
El TSXG ha caído en un profundo descrédito con esa sentencia, en la que también contradice al gobierno gallego al pretender prohibir que los escolares empleen en clase un idioma distinto a aquel en que se imparta la asignatura de que se trate. Suena hasta a inconstitucional. Es lógico que en clases de inglés, de gallego o de castellano se “obligue” (relativamente) a los alumnos a usar los respectivos idiomas que se están estudiando. Pero fuera de esos supuestos, en clase de Coñecemento por ejemplo, lo que tienen que aprender los alumnos es Coñecemento, no galego; y si quieren decir o preguntar algo, deben tener la libertad de expresarse en la lengua en que mejor se saben explicar. No acepto que nadie se lo impida, y me resulta dictatorial que se prohiba por ley, como pretende Callón. Todo niño (y toda persona) tiene derecho a expresarse en su lengua propia. Tenemos que garantizar ese derecho para todos los alumnos gallegos, también para los que quieran usar el gallego en una clase de matemáticas, si el gallego es su lengua habitual, aunque la asignatura se imparte en castellano: porque en clase de matemáticas se trata de que aprendan matemáticas, y no castellano. ¿Y qué pasa con los niños de una familia que venga a vivir a Galicia? ¿Cometerán un delito cuando en el colegio hablen en el único idioma que conocen?
Soy un ciudadano responsable que sabe que las leyes injustas se deben rechazar, y que los políticos y otros agentes sociales que las promueven o defienden deben ser recolocados y apartados de puestos donde puedan seguir haciendo daño. En eso estamos. Confío que en este asunto la Xunta recurra la sentencia y en que el Tribunal Supremo garantizará la libertad. También espero que pronto podamos tener representantes políticos, de cualquier partido, sensatos y respetuosos con todos, que defienden los derechos lingüísticos de niños y mayores, y que no permitan que continúen las discriminaciones ni las imposiciones.