Hubo un tiempo en que yo admiraba a Rosa Díez y consideraba que no había ningún político en España mejor que ella. Me hubiera gustado que hubiera llegado a ser Presidenta del Gobierno.
Pero las cosas han cambiado mucho.
Rosa Díez tenía que haber reconocido hace tiempo que UPyD iniciaba un declive del que ella y los miembros del núcleo duro de su Consejo de Dirección (elegidos personalmente por ella) eran los principales responsables.
Pero Rosa no aceptó ninguna crítica, viniera de quien viniera. Y despreció a los miles de afiliados que iban (que íbamos) descubriendo que UPyD era dirigido con un asfixiante autoritarismo, y que dentro no había una verdadera democracia interna, aunque se tratara de engañar a la opinión pública presumiendo por ejemplo de primarias limpias, cuando todos sabíamos que eran controladas y manejadas por la dirección...
Rosa se fue quedando cada vez más sola, sin querer reconocer la evidencia de que el partido perdía fuerza y votantes (Europeas), y de que se dirigía peligrosamente hacia los arrecifes (Andaluzas)... Y sólo cuando se hizo innegable que hacía agua (Municipales), Rosa dio un paso atrás y convocó un Congreso Extraordinario que se celebrará dentro de 20 días.
Pero tenemos un problema.
Si Rosa tuviera un momento de cordura se daría cuenta de que para regenerar UPyD (si es que ya no es demasiado tarde) la única posibilidad "de salvación" es que se aparten totalmente de la dirección tanto ella como todos los dirigentes que la han estado apoyando todo este tiempo. No pueden seguir comandando la nave de UPyD y pretender una renovación, nuevos aires, ni Andrés Herzog, ni Gorka Maneiro ni su grupo... Serán excelentes personas y políticos, pero sólo renovarían la cúpula por más de lo mismo: provocarían el mismo rechazo que Rosa lleva años provocando, aunque suene a injusto.
Son muchos los ciudadanos y los ex-afiliados que siguen considerando las ideas del Manifiesto Fundacional y las propuestas programáticas de UPyD la mejor opción que se puede defender para regenerar la democracia y arreglar los problemas políticos y sociales que padecemos. Pero si dentro de 15 días sale del Congreso Extraordinario una dirección formada por los amigos de Rosa Díez, por los fieles incondicionales de su guardia pretoriana, no habrá ninguna posibilidad de regeneración y menos de resurrección, que es lo que UPyD necesita. Y lo (poco) bueno que todavía queda o apoya a UPyD se tendrá que buscar otro sitio. Definitivamente.
Blog personal de un Ciudadano Vigués. Médico traumatólogo; Defensor de los DDHH, de todas las libertades y de la justicia (que muchas veces brilla por su ausencia). Harto de los políticos falsos y corruptos... Pero con ganas de arreglar los problemas: y el primer paso para arreglarlos es conocerlos. Busco colaborar con personas dignas, y evitar que ciudadanos engañados apoyen a personas falsas y vituperables. Crítico, y con ganas de que triunfe la verdad y de que todos -todos- seamos felices.
lunes, 22 de junio de 2015
sábado, 20 de junio de 2015
Los jueces son la esperanza. Un encuentro con el Juez Decano de Vigo, Germán Serrano. Y ¿cómo conseguir que no mamen más los que más lloran (cuando lloran sólo para conseguir injustos beneficios)?
Ayer participé en una interesante Jornada sobre Dolor y patologías del aparato locomotor (Ver), organizada por Vithas Hospital Fátima, y celebrada en la sede del Colegio Médico en Vigo. Fueron 14 presentaciones científicas de traumatólogos, anestesistas, radiólogos, rehabilitadores... y hasta de un ingeniero experto en biomecánica.
Como colofón, a las siete de la tarde, asistimos a una interesante mesa redonda con cinco expertos (un Psiquiatra, un Abogado, un Juez, una Forense y un Médico Perito) que trataron sobre diversos aspectos jurídicos relacionados con el dolor. Uno de los miembros de la mesa era el Juez Decano de Vigo, Germán Serrano.
Aunque estaba con una de mis puñeteras jaquecas (y no había podido ni comer), cuando se abrió el debate tuve la oportunidad de hacer unos comentarios manifestando mis ideas y opiniones.
Afirmé que, efectivamente, jueces y forenses pueden ser considerados imparciales, porque se supone que no buscan el beneficio propio sino la justicia (entendida como dar a cada uno lo que según las leyes y la justicia pura se merece o le corresponde) y el bien común. Aunque en cuanto que tienen los mismos fines que la Administración (el bien común), se puede decir que están de parte de Ella en los pleitos que afectan a la Administración. Eso podría explicar que estos últimos años se han reducido las sentencias que conceden incapacidades: hoy en día un enfermo con una patología concreta tiene mucho más difícil ser declarado incapacitado laboral que el mismo enfermo con la misma patología hace 20 años. Añadí que los jueces tenían el eximente de que, ahora, con la crisis, los medios materiales del Estado para hacer frente a esas contingencias, a esas pensiones por incapacidad, eran menores, y que los Jueces tenían que velar por el patrimonio común con prudencia... por lo que eran mucho más estrictos a la hora de dictar sentencias a favor del paciente y en contra de la Administración.
La respuesta del Juez Decano fue rechazar que los Jueces sean partidistas o que defiendan a la Administración, afirmando que además son la única esperanza para los ciudadanos para hacer valer sus derechos en sus conflictos con el poder del Estado.
Me gustó ese enfoque, y aunque pienso que él se refería más a los contenciosos administrativos contra las diversas administraciones y órganos de gobierno del Estado, yo pensaba en la corrupción de los políticos. Y me encantó ser consciente de que un Juez de alto nivel y prestigio, a la vez que cercano a Vigo, tenía tan clara la división de poderes, fundamento del estado de derecho y de la protección del individuo frente a los posibles abusos del Estado.
Se trataron otros temas, como la imposibilidad de valorar objetivamente el dolor (al igual que la depresión, el cansancio, la indignación...), e hice la propuesta de que ya que era inmensurable (como bien había dicho el Magistrado) no debería valorarse ni indemnizarse. Está claro que la experiencia mayor o menor de cada Juez (al igual que la de cada Médico) le puede hacer aproximarse más o menos a una sentencia justa (o a un diagnóstico correcto). Pero también le recordé al Juez el peligro que tienen (ellos, los profanos en medicina) de creerse a pies juntillas informes de pruebas o de especialistas que pueden enmascarar una mentira o algo subjetivo con apariencia de verdad y de objetividad. La peor mentira es la que viene disfrazada con apariencia de verdad. Y hablamos sobre los "puntos gatillo" en una enfermedad de moda y muy problemática, la fibromialgia: cualquier persona puede simularlos, refiriendo dolor al ser tocado en cualquier sitio de su piel: y algunos Médicos (sobre todo Reumatólogos) lo expresan en sus informes como si el resultado de la exploración de esos "tigger points" fuera un valor analítico objetivo, indiscutible y reproductible, cuando no es nada de eso. También le discutí el valor probatorio y objetivo de las electromiografías y de otras pruebas diagnósticas.
Por último expuse mi visión de lo perjudicial que puede ser para la justicia (y hasta para el bien común) que algunos abogados que defienden a pacientes cobren un porcentaje o cuantías proporcionales a la indemnización conseguida. El abogado presente en la sala reconoció de alguna manera que manejaba a los pacientes (por ejemplo diciéndoles que no fueran al juicio si tenían buena cara y apariencia saludable, pues eso podría influir negativamente en la decisión del Juez de concederle indemnización), y defendió el derecho de todo ciudadano a ser defendido por un abogado con todas las armas legales disponibles.
¿Alguien piensa que un Juez sería siempre justo si cobrara un porcentaje según las cuantías que designa en las sentencias? No. Igual que los policías que cobran incentivos por poner multas no lo son. ¿No podría consignarse una minuta fija a los abogados en esos casos? Mientras no sea así, me temo que tendremos que seguir poniendo a esos abogados (que pueden arengar a sus defendidos a que exageren sus síntomas) en entredicho.
La corrupción en España no está sólo en los políticos: impregna todos los estamentos de nuestra sociedad, y donde hay dinero de por medio mucho más. Las injusticias se cometen día a día, algunas de ellas firmadas por los Jueces: a quien llora mucho y da más pena (o tiene "contactos") se le indemniza más; al enfermo que monta follón se le adelanta en la lista de espera; al trabajador que no quiere trabajar se le da la baja con absoluta facilidad, el pobre que pide enseñando sus minusvalías recibe más limosnas (aunque esté cobrando una buena pensión y haya muchos más pobres más necesitados que él)... Por supuesto que son generalizaciones y hay excepciones: pero hay muchos datos y experiencias que avalan esas afirmaciones.
El dicho "El que no llora no mama" es una triste realidad. Pero una madre debe dar leche a todos sus hijos, sin beneficiar a los más quejosos que simplemente se quejan para obtener beneficio. A nivel social ese vicio está integrado en nuestra vida, y parece que lo hemos asumido todos los españoles como inevitable... Tendríamos que ser capaces de arreglar ese problema. Siguen pagando justos por pecadores. Una sociedad moderna y justa no puede ser un País de Jauja donde los pícaros hacen su agosto.
Agradecí al Juez Decano de Vigo su trabajo, y el de todos los jueces. Le saludé personalmente a la salida del acto: fue un grato encuentro el de ayer. La Justicia es ahora más fundamental que nunca. Es "la pata de la mesa" que más puede hacer para salvar a nuestra sociedad de la ruina: de los abusos de los políticos, y de todos los que abusan.
Como colofón, a las siete de la tarde, asistimos a una interesante mesa redonda con cinco expertos (un Psiquiatra, un Abogado, un Juez, una Forense y un Médico Perito) que trataron sobre diversos aspectos jurídicos relacionados con el dolor. Uno de los miembros de la mesa era el Juez Decano de Vigo, Germán Serrano.
Aunque estaba con una de mis puñeteras jaquecas (y no había podido ni comer), cuando se abrió el debate tuve la oportunidad de hacer unos comentarios manifestando mis ideas y opiniones.
Afirmé que, efectivamente, jueces y forenses pueden ser considerados imparciales, porque se supone que no buscan el beneficio propio sino la justicia (entendida como dar a cada uno lo que según las leyes y la justicia pura se merece o le corresponde) y el bien común. Aunque en cuanto que tienen los mismos fines que la Administración (el bien común), se puede decir que están de parte de Ella en los pleitos que afectan a la Administración. Eso podría explicar que estos últimos años se han reducido las sentencias que conceden incapacidades: hoy en día un enfermo con una patología concreta tiene mucho más difícil ser declarado incapacitado laboral que el mismo enfermo con la misma patología hace 20 años. Añadí que los jueces tenían el eximente de que, ahora, con la crisis, los medios materiales del Estado para hacer frente a esas contingencias, a esas pensiones por incapacidad, eran menores, y que los Jueces tenían que velar por el patrimonio común con prudencia... por lo que eran mucho más estrictos a la hora de dictar sentencias a favor del paciente y en contra de la Administración.
La respuesta del Juez Decano fue rechazar que los Jueces sean partidistas o que defiendan a la Administración, afirmando que además son la única esperanza para los ciudadanos para hacer valer sus derechos en sus conflictos con el poder del Estado.
Me gustó ese enfoque, y aunque pienso que él se refería más a los contenciosos administrativos contra las diversas administraciones y órganos de gobierno del Estado, yo pensaba en la corrupción de los políticos. Y me encantó ser consciente de que un Juez de alto nivel y prestigio, a la vez que cercano a Vigo, tenía tan clara la división de poderes, fundamento del estado de derecho y de la protección del individuo frente a los posibles abusos del Estado.
Se trataron otros temas, como la imposibilidad de valorar objetivamente el dolor (al igual que la depresión, el cansancio, la indignación...), e hice la propuesta de que ya que era inmensurable (como bien había dicho el Magistrado) no debería valorarse ni indemnizarse. Está claro que la experiencia mayor o menor de cada Juez (al igual que la de cada Médico) le puede hacer aproximarse más o menos a una sentencia justa (o a un diagnóstico correcto). Pero también le recordé al Juez el peligro que tienen (ellos, los profanos en medicina) de creerse a pies juntillas informes de pruebas o de especialistas que pueden enmascarar una mentira o algo subjetivo con apariencia de verdad y de objetividad. La peor mentira es la que viene disfrazada con apariencia de verdad. Y hablamos sobre los "puntos gatillo" en una enfermedad de moda y muy problemática, la fibromialgia: cualquier persona puede simularlos, refiriendo dolor al ser tocado en cualquier sitio de su piel: y algunos Médicos (sobre todo Reumatólogos) lo expresan en sus informes como si el resultado de la exploración de esos "tigger points" fuera un valor analítico objetivo, indiscutible y reproductible, cuando no es nada de eso. También le discutí el valor probatorio y objetivo de las electromiografías y de otras pruebas diagnósticas.
Por último expuse mi visión de lo perjudicial que puede ser para la justicia (y hasta para el bien común) que algunos abogados que defienden a pacientes cobren un porcentaje o cuantías proporcionales a la indemnización conseguida. El abogado presente en la sala reconoció de alguna manera que manejaba a los pacientes (por ejemplo diciéndoles que no fueran al juicio si tenían buena cara y apariencia saludable, pues eso podría influir negativamente en la decisión del Juez de concederle indemnización), y defendió el derecho de todo ciudadano a ser defendido por un abogado con todas las armas legales disponibles.
¿Alguien piensa que un Juez sería siempre justo si cobrara un porcentaje según las cuantías que designa en las sentencias? No. Igual que los policías que cobran incentivos por poner multas no lo son. ¿No podría consignarse una minuta fija a los abogados en esos casos? Mientras no sea así, me temo que tendremos que seguir poniendo a esos abogados (que pueden arengar a sus defendidos a que exageren sus síntomas) en entredicho.
La corrupción en España no está sólo en los políticos: impregna todos los estamentos de nuestra sociedad, y donde hay dinero de por medio mucho más. Las injusticias se cometen día a día, algunas de ellas firmadas por los Jueces: a quien llora mucho y da más pena (o tiene "contactos") se le indemniza más; al enfermo que monta follón se le adelanta en la lista de espera; al trabajador que no quiere trabajar se le da la baja con absoluta facilidad, el pobre que pide enseñando sus minusvalías recibe más limosnas (aunque esté cobrando una buena pensión y haya muchos más pobres más necesitados que él)... Por supuesto que son generalizaciones y hay excepciones: pero hay muchos datos y experiencias que avalan esas afirmaciones.
El dicho "El que no llora no mama" es una triste realidad. Pero una madre debe dar leche a todos sus hijos, sin beneficiar a los más quejosos que simplemente se quejan para obtener beneficio. A nivel social ese vicio está integrado en nuestra vida, y parece que lo hemos asumido todos los españoles como inevitable... Tendríamos que ser capaces de arreglar ese problema. Siguen pagando justos por pecadores. Una sociedad moderna y justa no puede ser un País de Jauja donde los pícaros hacen su agosto.
Agradecí al Juez Decano de Vigo su trabajo, y el de todos los jueces. Le saludé personalmente a la salida del acto: fue un grato encuentro el de ayer. La Justicia es ahora más fundamental que nunca. Es "la pata de la mesa" que más puede hacer para salvar a nuestra sociedad de la ruina: de los abusos de los políticos, y de todos los que abusan.
Ayer, durante la mesa redonda. En el centro, el Juez Decano de Vigo. |
lunes, 15 de junio de 2015
Rescatando una antigua propuesta del galleguista A. Brañas: trasladar el Senado a Barcelona, y convertirlo en una cámara regionalista.
Alfredo Brañas. Carballo (Coruña),1859 - Santiago de Compstela, 1900. |
Una de las ideas originales que el galleguista Alfredo Brañas propuso hace ya 125 años fue crear una Junta Central de las Regiones, formada por representantes de todas las regiones españolas, que defendiera sus intereses y tuviera capacidad legislativa.
Y Brañas, (que como la mayoría de los regionalistas de esa época tenía buenas relaciones con los catalanes), propuso que esa Junta se estableciera en Barcelona:
"Ese Centro directivo debe de residir en la ciudad más populosa y nombrada que exista en cualquiera de las más importantes regiones de España; y como quiera que sólo Barcelona, la muy noble y leal ciudad catalana, reune las condiciones antedichas, nadie podrá negarle la preeminencia que de derecho y por razón le corresponde para que allí se establezca la Junta superior de las regiones españolas" (El Regionalismo, 1889).
Me parece una excelente propuesta para la tan deseada reforma de la Constitución Española: que el Senado se traslade a Barcelona, y que sea realmente una verdadera cámara de representación territorial, donde las Comunidades Autónomas puedan defender sus intereses, dejando al Congreso los asuntos generales de ámbito nacional.
Ofrenda del Presidente de la Xunta, ante el mausoleo de A. Brañas, en Bonaval. |
Os de Castela son castelaos
os de Galiza galegos son,
pero non somos, como españoles,
nin eles amos, nin servos nós.
(Los de Castilla son castellanos, los de Galicia son gallegos: pero por ser todos españoles, ni ellos -los castellanos- son amos, ni nosotros -los gallegos- somos siervos).
La muerte se lo llevó cuando sólo tenía 41 años. Está enterrado en el Panteón de Gallegos Ilustres, en Santo Domingo de Bonaval (Compostela). Aún no se le ha dedicado a Alfredo Brañas un "Día das letras galegas": en mi opinión, por el siniestro sectarismo que rige el galleguismo actual.
Alfredo Brañas en el centro de la reunión, sentado, el segundo desde la izquierda. Ref: Enlace a artículo con su Himno Galego. |
La Patria Gallega, órgano de la asociación Regionalista, salió en 1891: su primer artículo lo escribió Alfredo Brañas. |
sábado, 13 de junio de 2015
In memoriam: Manuel Novoa. Reflexiones ante un suicidio inexplicable.
(Este artículo ha sido publicado hoy en Faro de Vigo: Ver en edición digital)
Muchas coronas de flores en su entierro, el pasado viernes en el cementerio de Alcabre, en Vigo. |
¿Es importante conocer los motivos que llevan a un suicida a cometer ese acto de autodestrucción? Si nos encontramos con alguien que va a suicidarse y le preguntamos ¿por qué lo vas a hacer?, responda lo que responda sus razones no nos convencerán: no hay ninguna razón suficiente, ningún motivo lógico. No tiene explicación.
Alguno podrá pensar que lo ocurrido se debió a un momento de enajenación mental. Esa es una hipótesis que actúa como bálsamo ante lo inexplicable que resulta lo ocurrido. Nunca sabremos si una lesión intracraneal o una repentina alteración de sus neurotransmisores cerebrales pudo ser determinante. Quizá sí. O quizá no.
Por mucho que elucubremos, nunca lo sabremos. Y seguiremos sin entender cómo llegó a tomar esa decisión. Con unos motivos u otros, más claros o más imprecisos, el caso es que él se dijo a sí mismo: “hasta aquí quiero llegar”. Y acto seguido se quitó la vida. Y en este caso todo parece indicar que lo hizo actuando con plena libertad.
La percepción de que era una persona excelente es unánime. Pensar en él provocaba una sonrisa: generaba felicidad. Podías pasarte meses sin verle, pero cualquier llamada, o más aún cualquier encuentro con él, era como un regalo, como una fiesta. Era entrañable, y todos los que hemos tenido la suerte de conocerle y de compartir momentos de vida con él nos podemos sentir afortunados. Me han dicho que dejó una nota escrita en su casa: no sé cuál es su contenido, pero supongo que en ella se despidió, recordando a sus seres queridos que no podían culparse de lo que él había decidido hacer, y pidiendo perdón a aquellas a los que dejaba de cuidar: “no voy a estar más, físicamente, contigo: pero sigue tu camino aprovechando todo lo que te he dado…” Espero que pronto sean capaces de hacerlo.
Es natural que pueda surgir en alguien el sentimiento de que no hicimos lo suficiente para cambiar las circunstancias vitales del fallecido. Quizá alguien pueda pensar que alguna de sus actuaciones u omisiones le impulsó a tomar la decisión que tomó: pero esa idea es fruto de los complejos procesos mentales que tenemos que aguantar de nuestro imperfecto cerebro. Ese sentimiento es falso y venenoso: autodestructivo, que es justo lo que ahora rechazamos... Mi amigo me llamaba de vez en cuando para pedirme consejo y atención médica, para él mismo y sobre todo para otros (dada su tendencia a ocuparse efectivamente por los demás): si él, en estos días, hubiera querido ayuda, la habría pedido. No lo hizo. Nadie debe auto-reprocharse nada. Ninguna persona puede sentirse culpable por cómo los demás interpreten lo que decimos y hacemos: el abanico de posibles reacciones es muy variado, y las construcciones mentales que haga cada uno dependen de su libertad. Mi amigo se dio muerte a sí mismo, nadie le forzó a ello. No hay otro responsable más que él mismo.
Su suicidio nos transmite un mensaje muy difícil de asumir. Nos duele su partida. Nos da pena saber que no podremos tenerle más a nuestro lado. Pero podemos quedarnos bajo la nube de la tristeza mucho tiempo, o aceptar la realidad, pensar en que la tierra sigue dando vueltas con nosotros incluidos, y refrescar los muchos recuerdos de tantos buenos momentos pasados con él, y gracias a él… recordando vivencias y enseñanzas que fueron y siguen siendo enriquecedoras. Podemos elegir nuestros actos y nuestros pensamientos: somos seres libres. Él eligió hacer lo que hizo. Es importante que asumamos cuanto antes esa realidad. Y que respetemos su decisión, aunque no la compartamos en absoluto.
Algunos a los que nos cuesta creer en lo sobrenatural, en cualquier voluntad trascendente, estamos preparados para asumir acontecimientos inexplicables. Y del mismo modo que se puede considerar un “milagro” el hecho de que hace millones de siglos, en un planeta que ahora llamamos tierra se dieran las condiciones para que se formaran y combinaran ciertas moléculas hasta aparecer la vida, y que se desarrollaran cadenas de ADN capaces de auto-replicarse y de mutar para asegurar la evolución, alcanzándose la complejidad del sistema nervioso de la especie humana, que nos permite hablar, pensar, cantar, llorar y crear…, del mismo modo también puede considerarse un milagro, un hecho inexplicable, que una persona excepcional, buena, sana, alegre y generosa, decida quitarse la vida y lo haga. Para mí es tan asombroso una cosa como la otra: y esto último lo he vivido, y aún estoy conmocionado… Aunque no sepa los motivos y me resulte incomprensible cualquier explicación, sé lo que ha pasado: y respeto la voluntad de mi amigo, su libertad, sin reprocharle nada. Por eso, aunque la tristeza pervive en todos los que le conocíamos, cada vez que piense en él también seguirá brotándome una sonrisa del alma, y se hará notar en mi vida. Seguimos siendo amigos: yo le quiero y él me quiere.
Pedro Larrauri. Vigo.
martes, 9 de junio de 2015
Cómo conseguir que los nacionalistas dejen de pitar el himno nacional.
Propongo un sistema para conseguir que lo que pasó hace unos días en el Camp Nou, en la final de la Copa del Rey, no vuelva a suceder:
1. Saltan al campo los dos equipos finalistas.
2. Poco después, los jugadores y los árbitros se sitúan en el centro del campo, en formación,
3. Se ponen en pié las autoridades.
4. Empieza a sonar el Himno Nacional por los altavoces del estadio.
5. Como reacción, se origina en las gradas un atronador pitido, acompañado de gritos y abucheos.
6. Se interrumpe la emisión del Himno Nacional.
7. Poco a poco los hinchas nacionalistas antiespañoles van dejando de pitar, silbar, abuchear e insultar.
8. Se espera el tiempo que haga falta a que se recupere el silencio.
9. Vuelve a sonar el himno nacional desde el comienzo.
10A. Si se vuelve a producir la pitada, se debe volver al punto nº 6 (se silencia la megafonía, se interrumpe el Himno) y hay que esperar otra vez a que se produzca un mínimo nivel de silencio.
10B. Si comienza el Himno con el público callado, pero antes de que termine el Himno se vuelven a escuchar gritos y pitos, hay que volver al punto nº 6.
10C. Este bucle se repite todas las veces que haga falta hasta que se completa la audición del Himno guardando el público el debido respeto exigible.
11. Una vez que esto se consigue, se sientan las autoridades y puede comenzar el partido.
Si el proceso se repite muchas veces, se puede anunciar por la megafonía que transcurridas dos horas desde el primer intento de escuchar el Himno se procederá a desalojar las gradas y a jugar el partido a puerta cerrada.
Nota: No me gusta nada el actual Himno español, y pienso que debería cambiarse por uno nuevo (igual que la Bandera, como he propuesto), y que tuviera letra. Espero que cuando se cambie la Constitución se hagan esos dos cambios, para que nadie pueda asociar esos símbolos con el Franquismo. Pero el Himno actual, nos guste o no, es el que hay: el que establece la Constitución, ley suprema que tenemos que cumplir todos los españoles (nos guste o no).
Pasamos de un extremo al otro. |
Los nacionalistas alegan su derecho a pitar el Himno en virtud de la libertad de expresión. La Audiencia Nacional reconoció hace años que no era un delito, aunque en la sentencia decía que "no era un ejemplo ni de educación ni del mínimo civismo exigible para ser respetado..."
Se puede considerar como un principio vital para la convivencia civilizada que todos debemos tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. No pueden pretender que se les respete a ellos si ellos no son respetuosos.
Se puede considerar como un principio vital para la convivencia civilizada que todos debemos tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. No pueden pretender que se les respete a ellos si ellos no son respetuosos.
¿Se imaginan lo que pasaría si en un acto institucional en Catalunya, Galicia, Euskadi... al empezar a sonar el Himno autonómico, un grupo -más o menos numeroso- empezara a pitar y a abuchear? Esos "antinacionalistas" serían "masacrados", por decirlo simbólica y expresamente.
En la próxima venta de entradas para un partido en el que se pueda prever que se van a reproducir los gritos y abucheos contra los símbolos que representan a España, habría que advertir por escrito lo que se va a hacer (una vez que se haya decidido aplicar el protocolo u organigrama expuesto arriba), y que los nacionalistas antiespañoles decidan si quieren pagar una pasta para pasarse dos horas pitando y gritando, y quedarse al final sin ver el partido...
Si en una fiesta infantil los invitados se ponen a burlarse, a insultar o a abuchear al celebrante, él o sus padres acabarán echando a todos los alborotadores irrespetuosos. Quizá muchos españoles seamos más dignos que Felipe para llevar la corona, porque al menos yo, si llego a ser el Rey, no hubiera aguantado: bajo al campo, cojo el balón y me marcho: "ahí os quedáis: me he cabreado y hoy no se juega el partido; esta es la copa del Rey, yo soy el Rey, y hoy no se la doy a nadie!" (Jejeje). (Les estaría bien merecido).