Por qué me metí en política (I).

Mis amigos me pedían que no me metiera en política. La mayoría piensa que los políticos son unos corruptos, que sólo quieren el poder para enriquecerse y aprovecharse... Pero estoy harto. Harto de la ineficacia de esos políticos, de que vayan a lo suyo, cansado de que nos timen y nos engañen... No voy a seguir esperando a ver qué va a pasar, sino que me he planteado qué voy a hacer. Llevo 27 años trabajando en Vigo como médico traumatólogo: no tengo necesidad de complicarme la vida. No me meto en política ni por dinero ni por poder ni por fama.
Hace poco más de un año decidí afiliarme a UPyD: un partido muy joven pero que ya es la cuarta fuerza política por número de votos en Vigo y en Galicia. Un partido que ha superado que la gente que lo forma tenga ideas consideradas de derechas o de izquierdas: somos ciudadanos españoles que identificamos problemas reales y buscamos soluciones concretas y eficaces a esos problemas. Queremos garantizar las libertades individuales y la igualdad real de los ciudadanos ante la Ley. Nos oponemos radicalmente al terrorismo y a la violencia, a los nacionalismos cada vez más excluyentes y a la falta de libertad lingüística que sufrimos en muchas Comunidades, Galicia entre ellas. Aspiramos a mejorar la economía y la actividad profesional de manera competitiva y sensata, primando la excelencia; a perfeccionar los sistemas de representación ciudadana y a conseguir que el voto de cada español valga lo mismo; a hacer real la independencia de la Justicia, a mejorar la Sanidad y la Educación junto con la cohesión social, pidiendo la devolución de esas competencias al Estado... y un largo etcétera de objetivos.
Las ideas políticas de Unión Progreso y Democracia pueden ser conocidas por todos (la web de UPyD es la página política más visitada de España) y compartida por muchos. No pretendemos que todos nos apoyen, pero sí que nos conozcan y nos respeten. Porque queremos contribuir a la regeneración de la política y a devolver la confianza de los españoles en la democracia. Y ser los representantes de miles de ciudadanos que no están contentos con los políticos que actualmente nos gobiernan. Por eso nuestro crecimiento en expectativas de voto asusta a algunos grupos que quieren que esto no cambie, que nos atacan porque ven peligrar su monopolio, que se creen los dueños de la sociedad.
La gran mayoría de los afiliados de UPyD somos nuevos en política, pero nos hemos lanzado a esta aventura convencidos de que hace falta gente nueva que trabaje en política centrándose en los ciudadanos y dando cuenta de todo lo que hacen, respetando las opciones distintas sin tratar de imponer las ideas de los políticos que detentan el poder, sin dejar que intereses partidistas o personales, o ideologías exclusivistas, se antepongan al bien común.
Cada uno en UPyD tiene sus propias ideas: nadie piensa exactamente lo mismo que Rosa Díez ni que ninguno de los demás afiliados. Pero colaboramos en lo que nos une y nos guardamos lo que nos diferencia. Somos libres. Y si algún día no puedo ser libre o mantener la ética, sin duda me iré de este partido.
Estoy convencido de que puedo contribuir a demostrar que se puede ser político sin caer en la corrupción. Es más: pienso que  para ser político es imprescindible mantenerse lejos de la corrupción. Y si algún político no es capaz de eso, tiene que irse: los ciudadanos no pueden tolerar más lo que está pasando.
Al final tomé la decisión de no hacer caso a mis amigos. Si siguen entrando en política personas que van a aprovecharse, condicionadas por Partidos que encubren a los corruptos, que no cumplen sus promesas y que despilfarran el dinero público sin control, las cosas iran de mal en peor. Estamos inmersos en una profunda y preocupante crisis. Y la solución la traerán nuevos políticos que hagan una nueva política. Te animo a que lo pienses y te mojes. En UPyD o dónde sea. Basta ya de quejas. Como dice el refrán chino: "más vale encender una cerilla que maldecir la oscuridad".
Un cordial saludo.