Mi trabajo y otras circunstancias personales.

   La Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid está considerada como una de las mejores de España. Empezamos la carrera 1.200 alumnos, pero sólo terminamos 200, de los cuales únicamente  60 la hicimos en 6 años. Cada curso era selectivo: si suspendías una sola asignatura las repetías todas: ¡eso sí que era exigencia!.
   Pude estudiar gracias a las becas recibidas por ser familia numerosa (somos 7 hermanos), y porque mis padres eran unos currantes natos (mi padre tenía pluriempleo, llevando contabilidades de empresas, y no le veíamos el pelo durante la semana; y mi madre hacía reuniones de Stanhome, productos para el hogar, donde llegó a ser jefa...). Mi familia es mejor que el gordo de navidad!
   En 1982 me licencié como Médico, trabajé unos meses en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid como asistente en Traumatología, y en enero del año siguiente el Ejército me envió a Galicia, a La Coruña, a hacer los 6 meses de mili que me faltaban, como Alférez Médico. Me enamoré de Galicia y desde entonces soy gallego.
   Hice después algunas sustituciones y trabajos de médico de familia y de urgencias, pero como quería ser traumatólogo me vine a Vigo donde conseguí una plaza en el Hospital Povisa: mi antiguedad, reflejada en mi nómina, es del 1 de diciembre de 1983.
   En 1988 realicé una formación equiparable a un Máster en Microcirugía, pasando 3 meses en Navarra, operando con microscopio ratones de laboratorio, para poder aplicar después esas técnicas a los humanos, en la subespecialidad de Cirugía de la Mano que es una de las ramas a las que más me dedico. A partir de 1996 comencé a dar clases en la escuela de enfermería de la Universiad de Vigo, lo que sigo haciendo: soy profesor asociado de Anatomía y de Cirugía ortopédica. El año 2001 disfruté de una Beca del programa Sócrates, para docentes de la Universidad, pasando una semana en Malmö (la tercera ciudad de Suecia) impartiendo unos cursos en inglés. También he participado en decenas de congresos, algunos organizados por mi, y he realizado más de cien aportaciones científicas, entre ponencias, comunicaciones y publicaciones. Uno de mis mayores logros en el mundo de la ciencia ha sido haber llevado a cabo durante 10 años una investigación sobre un tumor óseo benigno, el osteoma osteoide, culminada con la publicación de un libro y una página web.
Tengo la suerte de trabajar en lo que más me gusta, en una profesión apasionante en la que estoy en contacto con muchas personas que sufren. Es una fuente de enriquecimiento personal. Aunque también se viven momentos muy duros, casos que van mal a pesar de poner todos los medios para intentar solucionarlos... Me viene a la cabeza el caso de Laura, la primera mujer que me pidió que me casara con ella. Recuerdo el escalofrío que sentí cuando, al ver la radiografía de su codo, hice el primer diagnóstico de mi vida de un cáncer de hueso. Laura tenía 9 años, y yo la paseaba a caballito por Pediatría. Murió un año después... en la Clínica de la Universidad de Navarra.
   Pero reconozco que en cierto sentido soy un privilegiado; aunque lo he tenido que sudar, y lo sigo haciendo. Muchos días trabajo 10 ó 12 horas, entre quirófano y consultas, y recuerdo haber estado 20 horas seguidas trabajando en una Guardia, de esas que hacemos los médicos de 24 horas en las que se supone que vas a tener tiempo para descansar; pero aquel día los enfermos venían sin parar, y algunos eran casos graves... Trabajo mucho, y me gusta hacerlo bien. Nunca he estado de baja en estos 27 años. Nunca he sido denunciado. Mis enfermos me aprecian. Me gusta mi trabajo y lo sé hacer bien.
   Como los que me conocen ya saben, hace bastantes años me fui del Opus. Y me fui con lo puesto (más la ropa, los libros de medicina y mi guitarra). Poco después me casé, y compramos una casa a medio hacer, la terminamos, y nos fuimos a vivir a una zona de la periferia de Vigo, donde vivimos felices con nuestras dos hijas, de 8 y de 6 años, más 2 perros, una gata, y un puñetero topo en el jardín.
   Como también saben los lectores de este Blog, no me meto en política para ganar dinero, ni fama ni poder. Ya he explicado en otros sitios los motivos de mi decisión, y no los voy a repetir aquí. Todo lo que tengo es fruto de mi trabajo, de muchos años de trabajo. Sufro de alguna manera el desprecio y la explotación de algunos de mis jefes y empresarios, que me hacen trabajar por horas que no me pagan. Un nueva manera de hacer política, independiente de los poderes económicos, también podrá ayudar a que terminen las situaciones laborales injustas.
   Gano dinero trabajando como traumatólogo a jornada completa en el Hospital Povisa: el salario normal de un médico especialista; a lo que sumo una pequeña cantidad que ingreso por ser Profesor de la Universidad y de vez en cuando por algunos cursos y conferencias subvencionadas que imparto, y por colaboraciones judiciales como Perito Médico.
   Mi patrimonio se reduce a mi vivienda habitual: una casa unifamiliar en el municipio de Vigo, de una antiguedad de 20 años, tasada en unos 300.000 euros, de la que me pertenece el 50% (en copropiedad con mi esposa, casados en régimen de gananciales), sobre la que pesa una hipoteca de 190.000 euros (realizada por el Banco SabadellAtlántico el año 2002). No tengo inversiones ni acciones de ningún tipo, ni ahorros.  Y eso es todo. Junto con 51 años, una buena salud y muchas ganas de seguir trabajando hasta los 80 (y más allá), y de envejecer con mi familia, en un mundo mejor.