Rosa Díez, una profesional de la política que lidera un partido (UPyD) que rechaza a los profesionales de la política.

Rosa Díez, socialista durante 30 años.

   UPyD, en contra de los profesionales de la política.
UPyD se presenta a sí mismo como un partido comprometido con la regeneración democrática: y por ello se declara en contra de que se haga de la política una profesión. En su primera Ponencia Política (punto nº 70) defendía (textualmente): “limitar los mandatos para corregir la tendencia de la política a convertirse en profesión”.

En una entrevista que le hicieron el año 2008 a Carlos Martínez Gorriarán, número dos de UPyD, afimaba "Hay que tomar decisiones políticas bastante radicales en el sentido de reformas de fondo, de la Constitución, de la ley Electoral... y también proponemos reformas de regeneración democrática, por ejemplo que no sea posible que haya diputados que lo son durate 30 años, como es el caso de Alfonso Guerra." (ver Video, a partir de minuto 3:55). Alfonso Guerra es el único Diputado en las Cortes Generales que lo es desde el inicio de la democracia en España (desde el 15 de junio de 1977); y junto a él, Rosa Díez puede considerarse uno de los mayores ejemplos de profesional de la política.
   Rosa Díez ya había ido en las listas del PSOE por Vizcaya en esas elecciones de 1977, cuando tenía 24 años; y fue elegida Diputada Foral el 3 de abril de 1979; desde entonces ha ocupado distintos escaños, siendo Parlamentaria vasca (1987-99), concejal de Güeñes (87-91), Parlamentaria europea (1999-2007), y Diputada en Cortes Generales (2008-actualidad). Antes de entrar en política trabajó dos o tres años (nunca ha aclarado del todo su vida laboral) como auxiliar o secretaria en la Diputación de Vizcaya, donde también estaba integrada en el sindicato UGT.(Ver).

   Perlas de una misma entrevista a Rosa Díez, una auténtica profesional de la política.

En un entrevista que le hicieron hace menos de un año (Ver) la líder de UPyD asociaba el descrédito de la clase política con "los profesionales de la política", y decía que había que estar en contra de ellos... ¿En contra de la propia Rosa Díez, lógicamente?
   También defendía en esa entrevista que había que trabajar y cotizar a la seguridad social por alguna otra actividad antes de entrar en política, y que había que establecer una limitación de mandatos. Sin embargo, se le puede reprochar a Rosa Díez que el partido que ella dirige ha modificado sus Estatutos (en noviembre pasado) en sentido contrario a lo que ella propone y defiende, al prolongar desde ocho hasta doce el máximo de años que un afiliado de UPyD puede desempeñar un cargo. El nuevo artículo 23,2 dice: "Nadie podrá permanecer desempeñando un mismo cargo orgánico durante más de tres mandatos congresuales completos consecutivos"; en los primeros Estatutos, del año 2009, se fijaba ese límite en dos mandatos (ocho años): parece que en UPyD han decidido favorecer y proteger estatutariamente a los profesionales de la política.
   Al ser preguntada Rosa Diez por el hecho de ser uno de los políticos españoles que más años lleva ejerciendo esa actividad, Rosa Díez contestó: "Yo he vivido de mi trabajo, y mi trabajo ha sido la política". Efectivamente, Rosa Díez vive de la política desde hace más de 35 años, y es un prototipo de profesional de la política. Es una incongruencia que lidere un partido como UPyD. Pero parece que sus afiliados están abducidos por ella y por su grupo de amigos del Consejo de Dirección (que llevan con ella desde el principio del partido, acaparando cargos y poder, y blindando cada vez más su poder absoluto) y no pueden o quieren darse cuenta de ello: alguien les ha calificado de talifanes (mezcla de talibanes y de fanáticos).

Carlos M.G. y Rosa D. en el último Congreso de UPyD.
 Los profesionales de la politica se rodean de profesionales
de la política. Por eso están muy unidos y muy contentos...
Y se ve cómo todos sacan el mismo color de papeleta.
(El que "se mueve" no sale en más fotos).

   ¿Qué es un profesional de la política?
Un profesional de la política es una persona que se dedica a la política desde su juventud, se instala en ese mundo, consigue ascender en la escala jerárquica de su partido y empieza a vivir de la política... y a vivir bien, con los privilegios propios de la clase política que ellos mismos, los profesionales de la política, se han encargado de conseguir.
   Esa situación prolongada en el tiempo ocasiona desafección de los ciudadanos hacia la clase política: hacia unos personajes que viven desvinculados de la vida laboral y real de la ciudadanía. Y es evidente que la prolongación de cargos y responsabilidades, el poder y el manejo del dinero, es una de las principales causas de la corrupción de los políticos.
   Yo no creo que haya ninguna diferencia significativa entre los términos profesionales de la política y políticos profesionales o de oficio. Todos ellos dedican sus esfuerzos a dominar el mundo interno de sus propios partidos, donde la primera regla para sobrevivir es "el que se mueve no sale en la foto". Durante muchos años el único trabajo de los que quieren triunfar en política es acercarse a los líderes que detentan el poder de su respectivo partido, para adularles y servirles; y cuando llegan a ocupar escaños su trabajo es apretar en los parlamentos los botones que les indica la dirección del partido... Al final, lo único que les importa a todos ellos es mantenerse en el poder, seguir viviendo de la política (con los privilegios de la casta), y ser reelegidos eternamente: harán todo lo que haga falta para figurar en los puestos elegibles de las listas de sus partidos y para ganar votos: están dispuestos a pagar cualquier precio con tal de lograrlo. Porque saben que fuera de la política lo pasarían muy mal: no sabrían ganarse la vida.

   Una cita de Unamuno sobre los políticos de oficio, a los que califica de "desgraciados".
Hace cien años don Miguel de Unamuno se expresaba así: “¿Pero qué es un profesional de la política? Sepa que un político profesional es uno que estima que la suprema función política son las elecciones; es un electorero; es uno que lo supedita todo a ganar y acrecentar votos; es uno para quien las ideas que tenía a préstamo gratuito son un medio de alcanzar el poder, y el poder, un medio para retenerlo y recobrarlo mañana y para hacerse, con mercedes, amigos: eso que se llaman amigos en la política profesional. Un político de oficio es uno que cuando obtiene un cargo representativo no está pensando sino en la reelección, y a ella supedita todo lo demás. Caciquillo conozco que en las diferencias y conflictos entre los intereses de los electores de su distrito se pone siempre de parte de aquel que cree le ha de dar más votos. ¡Votos son triunfos!, he aquí la divisa de esos desgraciados.” (Nuevo Mundo, Madrid, 9 de julio de 1914). Ref.

   La antítesis: los profesionales EN la política.
En cambio podemos encontrar en política a los que se pueden llamar políticos vocacionales o (como enseña Daniel Ordás y defiende Reforma 13) "políticos milicianos": personas normales que deciden participar activamente en política, pero que siguen en su profesión civil, a la que dedican la mayor parte de su tiempo. Son expertos en distintos campos laborales, que en un momento determinado (suele ser en una época de conflicto o crisis) se implican activamente en el mundo de la política, aportando su experiencia vital y profesional; y no tienen que callarse la boca cuando ven que algo se hace mal, ni reverenciar servilmente a los líderes del partido: porque su objetivo es mejorar la sociedad con las ideas que defiende su programa, y no ganarse la vida en política ni ocupar un cargo y perpetuarse en el; y si lo ocupan, saben que no es bueno que lo ocupen mucho tiempo, y son capaces sin grandes dramas ni perjuicios de abandonar cualquier cargo político y de volver de lleno a su profesión. Todo lo contrario que los políticos profesionales.
   Tras cuatro años como afiliado sé muy bien que dentro de UPyD hay muchos ciudadanos clasificables en este grupo: profesionales en la política, gente muy válida para la regeneración de la democracia. Pero me temo que Rosa Díez y los que la rodean se están aprovechando de ellos en su propio beneficio. Cuando esos afiliados que trabajan de buena fe en UPyD osen discrepar del pensamiento único emanado desde la cúpula, o criticar cualquier punto sensible, caerán en desgracia y caerán del guindo, y probablemente se vayan (o sean expulsados, como en mi caso), a otros lugares (otros partidos o asociaciones cívicas) donde los dirigentes no sean incoherentes y falsos, donde no sean profesionales de la política.

¿Temen los dirigentes de UPyD
a sus afiliados, o es al revés?

   Y lo que acabo de decir no es un futurible, algo que vaya a pasar: sino que es ya una realidad innegable: porque UPyD podría salir en el libro Guinness de los records como el partido político que más ex afiliados ha conseguido tener, en números absolutos y relativos (Ver), en sus primeros años de vida. Supongo que tener de líder a Rosa Díez, paradigma de profesional de la política que se ha rodeado de una camarilla de homónimos, tiene mucho que ver. Pero a ellos todo esto les da igual, mientras sigan consiguiendo votos. Ya lo decía Carlos Martínez Gorriarán, nº 2 del partido de Rosa Díez, invitándonos a los afiliados críticos a irnos: "En UPyD no necesitamos afiliados, sino votos". La cita de Unamuno les califica perfectamente.
   La alternativa necesaria no puede ser ni liderada ni llevada a cabo por profesionales de la política. Cada uno que piense qué tiene que hacer.