viernes, 24 de julio de 2015

Fernando Savater es culpable de la desaparición de UPyD. ¿Se le puede acusar de idiotez o de cobardía?

   Ahora que UPyD languidece y está apunto de morir, Fernando Savater lo ha reconocido: "A veces siento que tengo la culpa de la crisis interna de UPyD". Efectivamente, el filósofo y escritor tiene motivos para sentirse culpable.
   Savater tuvo gran parte de responsabilidad en el nacimiento y primeros pasos de UPyD. Pero después no hizo nada o casi nada cuando empezaron los problemas en su partido. Me atrevo a afirmar que se mostró irresponsable o pasota, y ciertamente "idiota" (según los griegos, tal como el mismo nos enseñó).
   Incluso en algunos casos dio muestras de cobardía. Al menos desde mi punto de vista y con los datos que yo tengo: me refiero a cuando en el II Congreso de UPyD, de noviembre de 2013, Savater defendió en su discurso inaugural que había llegado el momento de afrontar la unión con otros partidos (haciendo una clara referencia a Ciudadanos): pero Rosa Díez mandó censurar el video de su intervención y además afirmó que nadie en ese Congreso había hablado de pactar con otros partidos... Savater no dijo nada ni se atrevió a quejarse ante semejante desprecio, que también era una falta de respeto a la verdad y una muestra del autoritarismo reinante en UPyD.

   Se podría decir que la crisis de UPyD "eclosionó" hace un año, en agosto de 2014, cuando su eurodiputado Francisco Sosa Wagner publicó un artículo en El País en el que reflexionaba sobre los resultados que habían tenido en las elecciones europeas, pidiendo un acercamiento a Ciudadanos y la superación de las prácticas autoritarias que se daban en la dirección del partido.
   Pero muchos (sobre todo los que lo hemos vivido desde dentro) sabemos que la degeneración de UPyD comenzó bastante tiempo antes, como consecuencia de la falta de democracia interna y del despotismo con el que Rosa Díez gobernaba el partido, despreciando los principios de regeneración y de rectitud plasmados en el Manifiesto Fundacional de UPyD, documento del que el propio Savater había sido principal redactor ideológico.


Cuando ha reaparecido, ya era tarde.
  Savater no es tonto, y pronto se debió dar cuenta de que las cosas no iban bien. No comentó nunca el hecho de que más de 100 de los 127 Fundadores de UPyD (muchos de ellos de la plataforma Basta Ya) hubieran abandonado el partido en sus primeros años de vida, la mayoría de ellos criticando a Rosa Díez. No defendió (al menos durante los primeros años) a los que eran expulsados del partido o forzados a marcharse, como en el caso de Mikel Buesa. Se apartó de la primera línea y dejó que UPyD fuera perdiendo fuerza, degenerando. Surgió la crisis y Savater se mantuvo al margen; y cuando quiso reaparecer y hacer algo ya era demasiado tarde.
   Pero tampoco ahora ha sido coherente: antes del reciente Congreso Extraordinario declaraba: "es indispensable que UPyD se dé un buen lavado de cara, sin prescindir de nadie pero tratando de renovar la primera fila y de recuperar a algunos de los que se sintieron maltratados por falta de tacto". Nada de eso pasó en el Congreso, en el que ganó (aunque sin mayoría, sólo con 802 votos) el delfín de Rosa Díezy en la primera fila de UPyD siguen estando los miembros de su denostado equipo de gobierno. Y sin embargo, después de ese Congreso, Savater ha afirmado que se ha alegrado del resultado, con el argumento de que "Herzog es una persona muy valiosa que ha encabezado la lucha contra la corrupción". No era eso lo que exigía poco antes como indispensable para salvar a UPyD: me resulta incongruente, y casi casi cínico.

   Me imagino que Fernando Savater podía estar pensando en UPyD cuando escribía en su reciente libro Ética de Urgencia: “En la vida hay cosas que empiezan muy bien y poco a poco se van estropeando por lo que sea, y entonces hay que cambiarlas. Los romanos tenían un aforismo: corruptio optimi pessima, que significa que cuando lo que se corrompe es bueno, el resultado será peor que si solo hubiese sido malo. Así que cuando los políticos se estropean hay que cambiarlos por otros. Y hay que ofrecerse y participar para seguir viviendo en un sistema que nos permite cambiarlos. (.) Si nadie está interesado en señalar las falsedades que los políticos intentan que nos traguemos, podemos ofrecernos para decir las verdades que nadie quiere escuchar. Ese es el campo de batalla de la democracia.” (pág. 116 y 117).
   Savater vio que UPyD se estropeaba y no hizo lo que tenía que hacer (y podía haberlo hecho) para cambiarlo: no dijo las verdades que Rosa Díez no quería escuchar. Abandonó el campo de batalla de la democracia. Los dioses no le amarán por ello, y él lo sabe.

   PD y conclusión: Unas veces se gana y otras se aprende. Aprendamos de los errores de los demás. Cuidemos la democracia (que es cuidar nuestra sociedad) sin flojear nunca, sin mirar hacia otro lado (como han hecho tantos en UPyD), actuando según nuestras responsabilidades cuando tengamos que hacerlo. Savater es sabio y ya habrá tomado buena nota: espero que trate de compensar el daño que ha supuesto el fraude y el fracaso de UPyD. Y nosotros renovemos el compromiso de luchar por mantener y extender el fuego sagrado, la Luz... aunque algunos de nuestros héroes flojeen.

2 comentarios:

  1. Para el tenga tiempo de leer o quiera recordar.

    En vísperas del primer Congreso, F. Savater escribió en el País un artículo sobre UPyD titulado “los herejes imprescindibles”.

    http://elpais.com/diario/2009/07/09/opinion/1247090404_850215.html

    Desde entonces los críticos y los represaliados de UPyD comenzamos a llamarnos “herejes”

    http://plazamoyua.com/2009/10/11/herejes-disidentes-boicoteadores-golems/

    Este es un comentario de Edurne Uriarte

    http://abcblogs.abc.es/edurne-uriarte/public/post/las-cabezas-cortadas-de-upyd-1437.asp/

    Un análisis minucioso de Funes Memorioso

    http://funes-memorioso.blogspot.com.es/2009/07/savater-falaz.html

    Y lo que se decía desde la plaza de los herejes, plazamoyua

    http://plazamoyua.com/2009/07/22/la-cosa-rosa-se-enroca-en-upyd/

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    1. Gracias José Carlos. Se me pasó contestarte en su momento, y ahora que releo el artículo lo hago. Tanto tú como yo hemos sufrido el despotismo de UPyD y hemos salido profundamente decepcionados, con secuelas, porque pusimos el corazón en aquel sueño. Un abrazo.

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