lunes, 11 de septiembre de 2017

La base histórica de "La Diada" explicada para tontos (con perdón de los nacionalistas catalanes, que la consideran su fiesta principal).

Ref.
   Hoy, 11 de septiembre, es el aniversario de la capitulación de Barcelona, hecho de guerra acaecido el año 1714. Casanova y Villarroel fueron los dos principales dirigentes de la defensa de la llamada Ciudad Condal (por ser sede del Condado de Barcelona, que nunca fue Reino ni independiente): y esos dos militares no lucharon ese día (ni los previos) por Cataluña, sino porque querían ser súbditos del rey Carlos III, que acababa de ser nombrado Emperador del Sacro Imperio Germánico y Austro-Húngaro, y que llevaba años luchando por conseguir la corona española.
   El objetivo de todos los catalanes que lucharon en esa guerra (llamada la Guerra de Sucesión Española, entre 1702 y 1714) no era lograr la independencia de Cataluña: sino seguir siendo súbditos de la Monarquía Austríaca, cuyo Rey les había prometido que les permitiría mantener una serie de privilegios ancestrales, de carácter económico y político, recogidos en sus fueros y legislaciones propias.
   Es indudable que la actual España de las Autonomías, conformada por los españoles tras la larga dictadura franquista y reflejada en la Constitución de 1978 (que fue aprobada en referéndum, y por más del 90% de los votos en Cataluña), cumple sobradamente y supera las expectativas por las que lucharon y murieron tantos catalanes en aquel evento que hoy se conmemora en la Diada.
   Muchos catalanes están equivocados y dan a esta efeméride un sentido que no se lo darían si tuvieran un conocimiento correcto de la historia, libre de falsificaciones nacionalistas. Veamos:
 
   Felipe IV, inmortalizado por Velázquez en Las Meninas, reinó durante casi medio siglo (el XVII) en toda España, Portugal, Países Bajos, Borgoña, amplios territorios de la actual Italia (Nápoles, Sicilia, y otros), gran parte de América y Filipinas.
   Ese rey Felipe IV pertenecía a la dinastía de los Austrias, pero su primer matrimonio fue con una princesa de Francia, Isabel de Borbón. La hija mayor de ambos, María Teresa de Austria (la primera Menina), se casó en 1660 con el Rey de Francia Luis XIV (conocido como el Rey Sol): y el primer hijo de ambos también se llamó Luis, llamado el Gran Delfín (por ser el heredero del trono de Francia). Tras morir su primera esposa, Felipe IV se volvió a casar, esta vez con su sobrina Mariana de Austria. Tuvo muchos hijos, pero por problemas de salud (atribuidos a la endogamia de los Austrias) la mayoría murieron jóvenes. En 1661 tuvo por fin un hijo varón, quien siendo niño y tras morir su padre (1665), fue coronado Rey con el nombre de Carlos II, conocido como "el Hechizado" por ser una persona enfermiza y débil. Y su reinado, a pesar de los esfuerzos de su madre regente y de sus validos, fue un desastre para España.

El heredero legal de la corona española
y el aspirante al trono por presiones extranjeras.

   Al morir sin hijos el rey de España Carlos II, en 1700, dejó el trono a su sobrino-nieto Felipe de Borbón, Duque de Anjou, segundo hijo del Delfín de Francia. Carlos II estableció en su testamento que ese Felipe V sería rey de España, pero con la condición de que nunca se podrían unir las dos coronas, la francesa y la española. Felipe V fue proclamado rey y entró triunfante en Madrid a comienzos de 1701, siendo coronado en Toledo. Pero era muy joven (16 años), y las influencias de Luis XIV comenzaron a preocupar al resto de los monarcas europeos, que temían que el rey de Francia manejara a su nieto y se hiciera también dueño del todavía poderoso Imperio Español. Y así, en 1702, Austria, Inglaterra y Países Bajos declararon la guerra a los Borbones de Francia y de España, impugnaron el testamento de Carlos II, y exigieron que el trono de España fuera entregado al archiduque Carlos de Austria (el segundo hijo del emperador Leopoldo de Austria). El año 1703 el archiduque fue proclamado en Viena rey Carlos III de España.
   Comenzó entonces una guerra entre naciones europeas, y también una guerra civil dentro de España, conocida como la Guerra de Sucesión. Se enfrentaron los fieles al Rey Felipe V de Borbón contra los partidarios del rey rival austríaco Carlos III (los llamados "austracistas").
   En el marco de esa guerra, la flota anglo-holandesa derrotó a la franco-española en la batalla de Rande, en la ría de Vigo, a finales de 1702. Posteriormente Portugal y Saboya entraron en la guerra, apoyando al pretendiente austríaco a la corona. Y el Papa también reconoció como Rey de España a Carlos III. Fue en esos años cuando la flota inglesa que ayudaba al Archiduque Carlos ocupó Gibraltar (en 1704) con ayuda de tropas holandesas y austracistas. Carlos III desembarcó en Lisboa y con sus aliados consiguió victorias importantes. Su causa tuvo una buena acogida en Cataluña, y el 5 de noviembre de 1705 fue proclamado rey de España en Barcelona. Dos años después entró en Madrid, obligando a Felipe V y a su corte a huir a Valladolid. Pero el rey austríaco no encontró apoyo en las clases dirigentes españolas, y tuvo que hacer frente a diversas sublevaciones populares a favor del rey borbón. Carlos III decidió retirarse a Barcelona, y en ese viaje sus tropas cometieron saqueos y abusos, creciendo la enemistad del pueblo hacia su partido.
   El año 1711 murieron el padre y el hermano de Carlos III. Nadie contaba con ello, pero Carlos III heredó la corona del Imperio Austríaco, y se tuvo que marchar a centroeuropa (a Fráncfort y a Viena) para asumir sus responsabilidades como Emperador, dejando a sus soldados austríacos en Cataluña.
 
   Las naciones europeas (comandadas por Inglaterra) temieron un desequilibrio de poderes si el nuevo Emperador Carlos de Alemania y Austria conseguía afianzarse también como Rey de España, y rectificaron sus alianzas, pactando con Francia y España (en diversos acuerdos, especialmente el Tratado de Utrecht, firmado en 1713) el reconocimiento de Felipe V como único y legítimo Rey de España. Como contrapartida España perdió varios territorios extra peninsulares.
   El Tratado de Utrecht incluyó una cláusula por la que Felipe V concedía una amnistía general a los catalanes rebeldes (austracistas), y les aseguraba para siempre los mismos privilegios que a sus súbditos castellanos, pero no mayores: el Rey español dejaba muy claro que no aceptaba el mantenimiento de los fueros ni de los privilegios catalanes.
   Pero las autoridades catalanas no aceptaron el tratado de Utrecht: se negaron a reconocer a Felipe V como soberano, y se declararon súbditos únicamente de Carlos III de España, que ahora era muy poderoso en su calidad de Emperador de Austria. En el fondo, los nobles y dirigentes catalanes lo que querían era conservar sus privilegios, poder actuar libres del control habitual y razonable que ejercían los monarcas: no para que el pueblo viviera mejor, sino en su propio beneficio, para tener más poder y más ganancias económicas... Y se habían creído la promesa del candidato a Rey Carlos III de que respetaría sus privilegios: promesa hecha a cambio de prestarle su apoyo en la guerra contra el Borbón... (Fíate tú de promesas de reyes y de políticos en campaña electoral o circunstancias similares).
   En junio de 1713 el mariscal austriaco Starhemberg abandonó repentinamente Barcelona con todas sus tropas, volviendo a los dominios del Imperio, dejando solos a los catalanes. Felipe V exigió la rendición de Barcelona, y ordenó un bloqueo por mar. Pero la Junta de Gobierno de la Ciudad Condal decidió "enrocarse" en una defensa numantina, confiando en que "su Rey" Carlos III les mandaría refuerzos (algo que nunca hizo, entre otras cosas porque estaba enfrentándose a los turcos otomanos, que amenazaban sus fronteras). A pesar de no mandar tropas, el emperador Carlos siguió alimentando desde Viena la resistencia contra el rey borbón por si podía sacar tajada y aprovecharse de lo que consiguieran sus partidarios en España: de hecho, Carlos III de Austria no renunció al trono español hasta el año 1725.
   En el verano de 1714 las tropas de Felipe V pusieron sitio militar a Barcelona por tierra. En los momentos finales de la batalla, los dirigentes de la Conferencia de los Tres Comunes de Cataluña​ (el órgano de gobierno) ordenaron publicar un bando llamando a la población barcelonesa a "derramar gloriosamente su sangre y vida por su Rey (Carlos III), por su honor, por la Patria y por la libertad de toda España" (amenazada, según ellos, por los borbones). Pero los sitiadores eran muy superiores en número y armamento, y el 13 de septiembre las tropas borbónicas ocuparon la ciudad tras su capitulación.
   Eso es lo que se conmemora en la Diada: la derrota militar de los austracistas que quedaban en la península, que defendían que fuera Rey de España un extranjero, el archiduque Carlos (que no hablaba español ni menos catalán), que no tenía el derecho ni la razón de su parte, porque el legítimo heredero del Trono de España había sido Felipe V.


   PD. Es interesante recordar que en Mallorca las autoridades locales siguieron estando a favor del rey austriaco Carlos III, y no reconocieron al Felipe V como legítimo monarca hasta el 2 de julio de 1715, cuando la capital balear capituló ante la llegada de la flota borbónica. Y ese día no se celebra en Mallorca el día de la independencia: en ese sentido los mallorquines demuestran tener mucho más “seny” (sensatez, cordura, sentido común) que los catalanes: que un pueblo celebre una derrota da a entender que no tienen ninguna victoria que ofrecer... Y un pueblo así no puede presumir de un pasado glorioso (que lo tiene, pero unido a España) o independiente (que nunca lo tuvo).
  PD 2: Tras la firma de la Paz de Utrech los ingleses, que habían ayudado al archiduque Carlos, decidieron quedarse por la fuerza -bajo chantaje y amenaza de guerra- con Gibraltar. ¿Se imagina ustedes que los Estados Unidos de América se hubieran quedado con Normandía tras el desembarco de sus tropas en esas playas en la Segunda Guerra Mundial? Miserables británicos. Devolvieron Hong Kong a China en 1997, ahora toca Gibraltar, declarado por la ONU territorio a descolonizar.


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- Si todavía se habla el catalán es gracias a España. Tres momentos históricos en los que reyes españoles salvaron a Cataluña de caer bajo el poder de Francia. 1 de 3: El Tratado de Corbeil en 1258. VER.
- Carta de amor a un catalán que no quiere ser español. VER.

1 comentario:

  1. En mi opinión no tiene sentido que el 11 de septiembre se celebre el día de Cataluña.
    Fue una batalla de catalanes contra catalanes y de españoles contra españoles.
    Y no todos los catalanes estaban a favor del Carlos III.
    Propongo que busquemos otra fecha más acorde con lo que se quiere celebrar: la rica historia de Catalunya, los valores de todos los que han vivido en esta tierra y la han hecho grande.

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