La encuesta realizada estos días en Cataluña por la empresa MyWord (para la Cadena Ser) ha aportado un resultado que demuestra que los independentistas son más intransigentes y están menos dispuestos a llegar a acuerdos que los llamados constitucionalistas.
La directora de esa empresa demoscópica, Belén Barreño, lo ha calificado como "un experimento": partiendo de la realidad de la crisis producida por la confrontación entre dos bloques, han preguntado a más de mil catalanes si consideran que para solucionar el actual problema la mejor salida es la vía de gobernar llegando a acuerdos entre las partes o, si por el contrario, piensan que es mejor que la parte que gane las elecciones imponga a la otra sus planteamientos (apelando a la voluntad democrática de la mayoría...).
Aunque la encuesta demuestra que la mayoría de los catalanes quieren que se gobierne en base a acuerdos, hay una diferencia importante en las respuestas de los votantes de cada uno de los dos bloques.
Los votantes de los partidos llamados constitucionalistas (Cs, PSC, PP) quieren acuerdos en todo caso: apenas cambian su respuesta a la pregunta tanto si ganan ellos las elecciones como si las gana el otro bloque.
Sin embargo, los votantes independentistas (JxC, ERC, CUP) cambian significativamente su respuesta en función de que el resultado electoral del 21-D arroje una victoria del bloque independentista o del bloque llamado constitucionalista. En el primer caso, si gana ellos, no son tan partidarios de que se llegue a acuerdos o pactos, mientras que si ganan los constitucionalistas sí que quieren que se llegue a pactos.
Está claro que la capacidad de resolver conflictos con diálogo, cediendo cada una de las partes para llegar a acuerdos, es un valor democrático y humano que habla a favor de una determinada ideología y de las personas que la sustentan.
Los independentistas catalanes parecen demostrar poca nobleza: exigen diálogo sólo cuando les interesa. Lo que ha pasado este año, el procés, ha dejado muy claro que la ideología nacionalista fanatiza a sus seguidores y les hace cada vez más despóticos e intolerantes, incapaces de respetar a las minorías. El resultado comentado de esta encuesta ratifica esa valoración.
También demuestran ser muy poco cristianos, pues no aplican la regla de oro de la moral: "trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti". Solo espero que un gran número de catalanes que han votado hasta ahora a los independentistas sean capaces de juzgar con objetividad y prudencia y rectifiquen este jueves día 21, y podamos empezar a arreglar este grave problema. Ojalá.
PD Otros datos de la encuesta:
El bloque constitucionalista obtendría entre 55 y 59 escaños.
El bloque independentista entre 66 y 70.
En Comú Podem 10 escaños.
16 % de indecisos y 9% no contestan.
Se estima un record de participación: 80-82%.
Prioridades de la gente para el nuevo gobierno: servicios públicos, empleo, economía y conflicto catalán, por ese orden (aunque los del bloque independentista dan más importancia al conflicto catalán).
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