(Este artículo es continuación del anterior: Las mentiras de Marruecos que han llevado a Trump a reconocer la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental: VER)
El aparato de propaganda del gobierno marroquí se inventó que un Tratado de Paz firmado entre Marruecos y EUA en 1787 demostraba que Marruecos había sido el aliado más antiguo de los norteamericanos. Eso es mentira.
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| Los corsarios marroquíes no respetaron a los barcos estadounidenses, como ocurrió con el Betsey en 1784, |
El sultán Mohammed III falleció en Rabat en 1790. Le sucedió su hijo Al Yazid, que rompió los compromisos de paz que había firmado su padre con las potencias europeas -salvo con Inglaterra- expulsando a sus comerciantes. Ese mismo año, con la ayuda de Inglaterra, Marruecos puso sitio a Ceuta, por tierra y por mar: pero tras un año de asedio los atacantes se retiraron.
El 31 de marzo de 1791 el presidente de los Estados Unidos George Washington envió una carta al Sultán de Marruecos. El tono del documento era de desconfianza y preocupación, a la vista de los conflictos internos que se estaban produciendo en aquel reino, que hacían temer un aumento de los ataques corsarios. En la carta le pedía al Sultán que mantuviera las buenas relaciones y las condiciones del Tratado que habían firmado ambas naciones en 1786.
El Sultán Al Yazid murió en febrero de 1792; y a su muerte sus cuatro hermanos comenzaron una guerra entre ellos para conseguir ocupar el trono. La guerra civil duró cinco años, y cuando terminó se consolidó en el trono de Marruecos Muley Slimane o Solimán.
El 24 de diciembre de 1794 dos periódicos americanos, The Philadelphia Gazette y Universal Daily Advertiser informaron que Solimán había dado orden a sus corsarios para que atacaran barcos estadounidenses... Y esos medios añadían que el presidente Washington estaba tomando medidas para reforzar la defensa de sus naves. Una semana más tarde George Washington despachó una segunda carta al Rey de Marruecos exigiendo respeto al Tratado de Amistad y Comercio que había firmado su padre en 1786. No se tiene noticia de que el Sultán de Marruecos respondiera a esa carta.
Durante todos esos años los nuevos Estados Unidos de América se centraron en la colonización del Oeste de su territorio; y aunque sus barcos cruzaron el Atlántico norte con frecuencia, apenas navegaron hacia el Mediterráneo ni hacia África: por ese motivo los piratas y corsarios marroquíes no tuvieron muchas oportunidades de molestarlos.
Durante el reinado de Solimán, que duró hasta 1822, se produjeron en Marruecos continuas guerras étnicas y religiosas entre seguidores de diversas creencias islamistas, y se cerraron las fronteras a los países no musulmanes, cortando toda relación con ellos.
El siguiente sultán fue Mulay Abderramán, que reinó desde 1822 hasta 1859, quien también fomentó la piratería contra todo barco que se moviera por delante de sus costas. Por ese motivo, varias potencias europeas declararon guerras y vencieron a Marruecos. La Guerra Franco Marroquí tuvo lugar en 1844; y la Hispano Marroquí se libró en 1859 y 1860. Los británicos y los austriacos también tuvieron conflictos bélicos con Marruecos, y bombardearon sus puertos que eran bases de sus corsarios.
En definitiva, las relaciones de Marruecos con Estados Unidos en los siglos XVIII y XIX apenas existieron, o no fueron especialmente amistosas en absoluto. E incluso fueron conflictivas, por las alianzas que Marruecos mantuvo con Gran Bretaña -la gran enemiga de los independentistas americanos-, y por episodios como el ataque corsario al barco americano Betsey en 1784
Pero, asombrosamente, Marruecos ha conseguido engañar a los dirigentes americanos contándoles falsas historias para conseguir un trato de favor. Un trato que en este caso se convierte en grave injusticia al perjudicar a terceros, en concreto al pueblo saharaui. que tiene derecho a ser libre y a conseguir su independencia.

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