Fernando Glez Molina ha dirigido la película, rodada en Colombia y Canarias. (Y en Huesca). ¿Por qué no ha rodado en Guinea? Si no lo sabías, tras leer este artículo lo deducirás fácilmente... |
(Este artículo ha sido publicado ayer en Tribuna del Lector del periódico Faro de Vigo: ver en edición digital).
He salido cabreado del cine tras ver Palmeras en la nieve, adaptación de la novela escrita por Luz Gabás. Hay una grandísima diferencia entre la versión cinematográfica y el libro: mientras la película se centra en dramas personales y amores posibles e imposibles, la obra escrita aprovecha la ocasión para denunciar la situación política y social de Guinea Ecuatorial, donde a la dictadura militar de Macías Nguema siguió la actual de Teodoro Obiang (quien por cierto hizo su carrera en la Academia Militar de Zaragoza).
La antigua colonia española es uno de los peores países del mundo para vivir, en términos de derechos humanos: falta de garantías y libertades, detenciones y penas de muerte arbitrarias, pobreza extrema del 90% de la población a pesar de su riqueza petrolífera...
Desgraciadamente, la mayoría de los españoles no tienen ni idea de lo que pasa en Guinea, cuyos habitantes fueron nuestros compatriotas hasta el año 1968. Los que han hecho esa película han perdido la gran oportunidad de hacer que millones de personas (no solo españoles) fueran conscientes de los graves problemas que hay en ese país africano, problemas mantenidos o favorecidos por la indignidad y la corrupción de tantos políticos (españoles y de otras naciones) que se mueven principalmente por intereses económicos, sojuzgados por los poderosos directivos de las multinacionales: porque empresas de Estados Unidos y de España son las que más se aprovechan del petróleo guineano, y les va muy bien negociando con el dictador Obiang.
He salido cabreado del cine tras ver Palmeras en la nieve, adaptación de la novela escrita por Luz Gabás. Hay una grandísima diferencia entre la versión cinematográfica y el libro: mientras la película se centra en dramas personales y amores posibles e imposibles, la obra escrita aprovecha la ocasión para denunciar la situación política y social de Guinea Ecuatorial, donde a la dictadura militar de Macías Nguema siguió la actual de Teodoro Obiang (quien por cierto hizo su carrera en la Academia Militar de Zaragoza).
La antigua colonia española es uno de los peores países del mundo para vivir, en términos de derechos humanos: falta de garantías y libertades, detenciones y penas de muerte arbitrarias, pobreza extrema del 90% de la población a pesar de su riqueza petrolífera...
Desgraciadamente, la mayoría de los españoles no tienen ni idea de lo que pasa en Guinea, cuyos habitantes fueron nuestros compatriotas hasta el año 1968. Los que han hecho esa película han perdido la gran oportunidad de hacer que millones de personas (no solo españoles) fueran conscientes de los graves problemas que hay en ese país africano, problemas mantenidos o favorecidos por la indignidad y la corrupción de tantos políticos (españoles y de otras naciones) que se mueven principalmente por intereses económicos, sojuzgados por los poderosos directivos de las multinacionales: porque empresas de Estados Unidos y de España son las que más se aprovechan del petróleo guineano, y les va muy bien negociando con el dictador Obiang.
La película sólo ofrece algunos guiños aislados, referencias imprecisas al problema, algo que solo captaremos los que ya estamos informados. Muy diferente a lo que inspira la lectura de la obra escrita, que en ese aspecto resulta reveladora y conmovedora, y mueve a la indignación y a la exigencia de justicia.
Le tomo prestado a Gabriel Celaya la letra de su protesta más conocida: La poesía es un arma cargada de futuro. El cine es un arma muy influyente, que llega a mucha gente, y que puede hacer mucho bien o mal. Y en épocas de crisis como ésta hay que tomar partido: el que calla y encubre al opresor o al asesino se pone de su lado. Gastar millones para hacer cine que no es comprometido, sobe todo cuando se basa en una obra literaria que sí que lo es, me parece un insulto a todos los que sufren injusticia. Por eso, tengo que parafrasear al poeta guipuzcoano, quien cantó: "Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse".
Desapruebo rotundamente esa película (por el motivo señalado, no por sus valores como cine de aventura, entretenimiento e historia romántica), y se lo recrimino cabreado a los responsables.
"La poesía es un instrumento para transformar el mundo", dijo Celaya. El cine y toda obra cultural también lo son, añado yo. "Porque vivimos a golpes... Nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo."
Para que lo disfrutes Paco Ibáñez cantando a Gabriel Celaya, en 2008:
https://www.amnesty.org/es/countries/africa/equatorial-guinea/report-equatorial-guinea/
Aclaraciones a ese informe:
http://www.guinea-ecuatorial.net/ms/main.asp?cd=ni9298
PD2: Interesante crítica cinematográfica sobre Palmeras en la nieve (para los cinéfilos):
http://losinterrogantes.com/cine/critica-pelicula-palmeras-en-la-nieve
Faro de Vigo ha publicado este artículo y un comentario.
ResponderEliminarO hay un error en la web de Faro de Vigo o han debido cerrar los comentarios, por lo que al serme imposible contestar en Faro transcribo el comentario aquí y le contesto.
#1 - Antumi Toasijé el día 22-01-2016 a las 22:35:03:
No me disgusta "Palmeras en la nieve". Con todos sus errores y omisiones enseña a quienes no lo sepan que la colonización no fue una 'hermosa obra civilizatoria" como vendían sino expolio, violaciones, crímenes contra la Humanidad y apartheid entre otras lindezas, sí, apartheid en las colonias españolas también. Algo que muchos sabíamos perfectamente pero que nos costaba horrores defender y demostrar, ahora lo tenemos mucho más fácil. Nada me complace más que ver que la población española conoce masivamente estos hechos luctuosos y nada me agrada más que ver a los nostálgicos de la colonia agachando la cabeza o soltando improperios sin sentido. Por mucho que la película sea euro-céntrica y todo lo que se quiera decir, bastante hace por narrar esos hechos. ¿Que Palmeras en la nieve no habla de Macías y de Obiang? pues claro, no es una película sobre toda la Historia de Guinea Ecuatorial sino sobre un período muy concreto. A ese respecto 'el que se pica ajos come". Son demasiados los colonos que agitan todavía hoy el fantasma de Macías o al propio Obiang para decir ¿veis fue peor el remedio que la enfermedad? "no éramos tan malos". Están muy equivocados, deben saber que nunca volveremos a ser sus esclavos, nunca, nunca, NUNCA, bajo ningún argumento posible o imposible. Preferimos lidiar con nuestros tiranos (ya veremos cómo lo arreglamos) que aceptar otra vez una sola de las palabras, órdenes y atropellos de los imperialistas colonialistas.
Estimado Sr Toasijé: Gracias por su comentario. Pero pienso que desenfoca usted el sentido de mi crítica. Nadie defiende los abusos del colonialismo, y en ese sentido la película es positiva. Aunque desde luego los españoles en Guinea no cometiron los mismos abusos que otros (como los belgas en Congo, por poner un ejemplo). Lo que pasó hace más de 50 años ya no tiene remedio. Sin embargo lo que está pasando ahora en Guinea sí. Y esos "nostálgicos de la colonia" a los que usted se refiere solo existen en su imaginación. Decir que lo que hay es malo pero justificarlo con que lo que había antes también era malo parece que trata de justifiocar o proteger una de las peores tiranías que ensombrecen el mundo, la actual de Guinea. Quizá en los siglos XIX y XX se podía entender la persistencia de las dictaduras y pasar de allas, manteniendo la indiferencia ante los que las sufrían: pero en el siglo XXI la mayoría de los habitantes del mundo tenemos claro que hay que acabar con ellas (con las dictaduras que violan los derechos humanos). No se si usted quiere ponerse del lado de la solución, o seguir anclado en un pasado, divagando sobre una historia que ya hemos superado. Un saludo.
EliminarSr. Pedro Larrauri, todo el que me conoce sabe bien que siempre me he opuesto a toda clase de tiranía y muy específicamente a la de Guinea Ecuatorial, le aseguro que mucho más que usted. Cuando usted dice que los españoles se portaron mejor que los belgas, está cayendo en lo mismo que critica, minimizar unos crímenes en comparación con otros. Cuando dice que ya pasaron 50 años, me da completamente igual, porque son las leyes de Europa y no las de Guinea las que dicen que los crímenes de lesa Humanidad no prescriben y pueden ser juzgadas por sus efectos y por sus derecho-habientes. Yo no pasó, no, porque muchos de esos colonos siguen vivos, he tenido el disgusto de conocer a algunos de esos que dice usted que están en mi imaginación. Incluso hay un sarcástico movimiento de hijos de esos colonos que reclaman "compensaciones" por lo que perdieron, es algo absolutamente repugnante que se reivindica hoy en día. Es típico de los agresores decirles a las víctimas que "no exageren" y que "ya pasó", pero nosotros sabemos bien que olvidando lo único que fomentamos es que vuelva a ocurrir, porque el imperialismo siempre anda preparado para segundas oportunidades, si lla coyuntura es propicia. No olvidamos, no perdonamos, no transigimos, no nos tragamos sus cuentos. Nunca más aceptaremos manipulaciones colonialistas ni neocolonialistas. Seremos muy firmes en eso, nos va en ello, no ya el pasado sino el futuro.
EliminarLa Asociación para la Solidaridad Democrática con Guinea Ecuatorial (ASODEGUE, calificados como "terroristas" por el régimen de Obiang) ha publicado en su página mi artículo con un comentario:
ResponderEliminarhttp://www.asodeguesegundaetapa.org/maldigo-la-pelicula-palmeras-en-la-nieve-por-guinea-pedro-larrauri-el-faro-de-vigo/
Transcribo su comentario:
La crítica del señor Larrauri no refleja (al menos no refleja exactamente) nuestra opinión sobre la película. La reproducimos porque se plantea “Palmeras en la nieve ” desde el punto de vista de la historia común y de las relaciones entre los dos países, un enfoque que nosotros consideramos imprescindible y que, sin embargo, no ha sido el más frecuente en las críticas y las reseñas que la película ha recibido.
Es seguro que la versión cinematográfica de “Palmeras en la nieve” es otra ocasión perdida para difundir entre los ciudadanos españoles una parte de su historia que, en su inmensa mayoría, ignoran. Difundir primero y debatir después. Algo dicen y algo insinúan, pero más bien poco, como bien dice el señor Larrauri.
No era esa sin duda la intención de los productores que se han planteado esta historia desde el punto de vista más sencillo, más rentable y menos problemático de una comedia sentimental (muy eficaz, a juzgar por las reacciones que se producen durante la proyección). Con todo es la primera vez que vemos en el cine español, en una pantalla enorme y a todo color, hechos y personajes que nos suenan a la historia de la colonia y de la independencia de Guinea Ecuatorial.
Gracias por la redifusión y por el comentario.
EliminarOs felicito por vuetro trabajo y espero poder colabora más a partir de ahora en la consecución de vuestros objetivos.
Palmeras en la nieve es sin duda una buena película, y que se plantee el tema de Guinea ya es algo: quizá algunos profundicen y se interesen por la situación de falta de derechos humanos que se vive en ese país hermano, y la sociedad española (y mundial) reaccione y presione y entre todos acabemos con esa pesadilla.
Guinea ecuatorial en el puesto 167 de 180 paises en el indice mundial de Libertad de Prensa publicado por Periodistas sin Fronteras:
ResponderEliminarhttp://www.rsf-es.org/grandes-citas/clasificacion-por-paises/