sábado, 31 de octubre de 2015

Feijoo invierte mucho menos de lo que dice en los gallegos de la provincia de Pontevedra: el timo del nuevo Hospital.

(Una versión de este artículo fue publicado en Faro de Vigo con el título "El timo del Hospital": Ver).

   Analizando los presupuestos de la Xunta para el 2016 podemos comprobar que el dato de inversión per cápita en las cuatro provincias gallegas arroja diferencias significativas: Lugo: 725 €/hab. Ourense: 688 €/hab. A Coruña: 502 €/hab. Pontevedra: 460 €/hab.
   Esas diferencias no son novedad, pues al año pasado también los lucenses salen beneficiados y los pontevedreses fuimos los que menos recibimos. Las cifran en 2015 fueron (siguiendo el mismo orden de provincias): 732, 673, 401 y 396 € por habitante.
   ¿Es realmente justa esa distribución de los fondos entre las cuatro provincias? Parece claro que los presupuestos mantienen una línea de discriminación hacia los gallegos que vivimos en la provincia de Pontevedra. ¿Hay algún motivo para ello? Pues que nos lo expliquen.
   Pero es que, además, Feijoo invierte mucho menos de lo que dice en nosotros: es lo que podemos llamar "El timo (¿el robo?) del nuevo Hospital (respecto a los presupuestos de la Xunta para Pontevedra)".
   La mayor partida aprobada en los presupuestos de la Xunta para el 2016 es la del nuevo Hospital de Vigo: más de 68 millones de euros que se irán a las empresas privadas encargadas de la construcción y mantenimiento de ese Hospital.
   Hasta ahora la Xunta construía los Hospitales gallegos pagándolos con dinero público. Si el Hospital de Lugo costó 300 millones y la Xunta pagó 300 millones, esa cantidad se puede aplicar para calcular la inversión per cápita en los gallegos de esa provincia. Y lo mismo puede decirse de los Hospitales que la Xunta puso en marcha anteriormente en Santiago, Coruña u Ourense, e inculso en Pontevedra y Vigo hasta ahora.
   Pero en el caso del nuevo Hospital de Vigo las cosas cambian. Su coste era de unos 450 millones, y sin embargo la Xunta va a pagar 1.340 millones, distribuidos a lo largo de 20 años.
   Ese sobrecoste sólo se le puede achacar a Feijóo y a su gobierno, que se empeñó en construir el Hospital con un sistema muy poco claro de financiación apoyada el empresas privadas (sin haberlo propuesto en su programa electoral y en contra de un clamor social en contra). La exconselleira de Sanidade, Pilar Farjas, defendió que el sistema de concesión y pago aplazado se hizo para acortar plazos en un contexto de crisis. Pero esa justificación no convence a la mayoría de los gallegos: y lo que realmente ha conseguido Feijóo ha sido llevar siete años (desde 2008) gobernando ricamente, sin gastar un euro en el Hospital de Vigo, y gastando nuestro dinero en otras cosas (entre ellas: ayudas para sus amigos, mantenimiento de la administración paralela...) Y ahora va a obligar a cargar con un pesado lastre (68 millones anuales sólo por el Hospital, a los que se añaden unos 80 ó 90 millones de euros anuales por las autopistas, también construidas por empresas privadas) a los gobiernos gallegos que vendrán después. (Sobre esto ecribo en el siguiente post).
   Si Feijóo no hubiera empleado ese sistema (que favorece mucho a financieros y empresarios de la construcción, que incluso aunque no se pueda demostrar su ligazón con el PP, sí que es seguro su agradecimiento, por la alta rentabilidad que obtienen de su inversión), pagando en 20 años la Xunta solo gastaría 22,8 millones de euros este año y cada uno de los siguientes, en vez de los 68 consignados. Nos hubiésemos ahorrado 45 millones de euros cada año.
   Me niego a aceptar que esos 45 millones de euros computen como gasto de la Xunta por habitante de Pontevedra, y no sólo el año 2016, sino los 20 años siguientes, con el consiguiente perjuicio para nuestro bienestar social: pues desde el gobierno de Santiago podrán decir año tras año que ya han invertido mucho en nuestra provincia, endosándo a nuestra cuenta esos 45 millones.
   Esa cantidad es un gasto evitable, un despilfarro, una barbaridad, que debería recuperarse anulando las subvenciones que el PP recibe, y descontándolo de las nóminas de los políticos del PP.
   Y en todo caso ese gasto debería ser considerado un gasto finaciero genérico del total de la Comunidad, y no contabilizarlo como inversión en Pontevedra, porque es mentira que ese dinero repercuta en nuestro beneficio, pues sólo lo hace en el de las empresas privadas beneficiadas por los contratos de Feijóo.
   Pido a todos los partidos políticos que vayan a presentarse el año que viene a las elecciones gallegas que apoyen esa propuesta, ampliable a todos los despilfarros financieros similares de la Xunta. Lo mismo defendería si los agraviados fueran los gallegos de otra provincia distinta de la mía, porque es de justicia.
   PD1: En realidad, restando esos 45 millones que la Xunta ha dado innecesariamente a los constructores del nuevo Hospital de Vigo, la inversión de la Xunta en Pontevedra para el 2016 se reduce a 391 millones de euros, esto es: 412 euros por habitante. Una discriminación vergonzosa comparado con la cantidad que invierte en otras provincias (ver arriba).

   PD2: Respecto a las inversiones de la Xunta en autopistas, se puede comprobar (en la segunda imagen de este artículo) que la Xunta de Feijóo también invierte más en las otras provincias, y seguiremos pagando hasta el 2040: por ejemplo, el año 2032, pagaremos 84.565 M€ a empresas privadas por autopistas de fuera de Pntevedra, y sólo 9.760 M€ por inversiones realizadas en nuestra provincia. Busque la diferencia y trate de explicarlo...

miércoles, 21 de octubre de 2015

A veces nos convendría ser coruñeses… (Sobre el precio de las entradas de Les Luthiers en Vigo).

   Soy uno de los millones de admiradores del grupo de humor musical Les Luthiers. Pensé asistir con mi familia al espectáculo que están ofreciendo estos días en el Auditorio de Vigo, pero los precios de las entradas me hicieron desistir: la más barata, en el gallinero, a 55 €; y la más cara a 85. Me compensaría haber ido a Coruña, donde había entradas desde 35 €. He pensado sobre ello, y me fastidia que los vigueses no tengamos la oportunidad de acceder a ese genial espectáculo cultural y humorístico pagando el mismo precio que los coruñeses (*).
   Cuando el alcalde de Vigo inauguró el Auditorio, hace casi 5 años, dijo que sería un referente cultural. No creo que esos precios atraigan a nadie a nuestra ciudad. Ver al magnífico grupo argentino en Vigo es mucho más caro que en cualquier otro sitio: por ejemplo, en Madrid y Barcelona hay entradas a 35€; y en Oviedo, en un teatro mucho más pequeño que nuestro Auditorio, las había desde 50 €.
   Si Vigo quiere recobrar la pujanza y el atractivo que le hizo crecer y destacar en el siglo XX, debe cambiar totalmente sus planteamientos. Desgraciadamente, muchos vigueses han sido hasta ahora incapaces de valorar objetivamente la gestión de nuestro alcalde, engañados por su populismo, sus inversiones en autobombo y publicidad, y por la presión de los medios de comunicación que le apoyan. Pero no se puede engañar a tanta gente mucho más tiempo. Recordemos que las empresas privadas que gestionan las actividades del Auditorio, además de haber recibido "el regalo" de la concesión de los servicios en exclusiva durante 60 años (después critica Caballero las concesiones a empresas privadas que ha hecho Feijóo en el nuevo Hospital de Vigo) y de haber cobrado hace dos años un "rescate" de 5 millones de euros (a los que probablemente se sumen pronto otro buen montón de millones, hay quien dice -como el ex alcalde Carlos Príncipe- que nos puede costar hasta 50 millones), reciben una subvención anual del Ayuntamiento de Vigo de medio millón de euros (cada año, al menos así ha sido en 2014 y 2015, sin concurso público de por medio). No creo que eso pase en ningún otro ayuntamiento de España, y no parece que se esté haciendo de forma muy legal.
   Desde el punto de vista cultural, la oferta del Ayuntamiento no es la que nos merecemos los vigueses ni Vigo: lo hemos comprobado este verano cuando en el auditorio al aire libre de Castrelos el Concello sólo ofreció tres conciertos: al final, los datos de eventos y de asistentes a espectáculos promovidos por el Concello este verano fueron los más bajos de los últimos treinta años. Comparados con los programas de actividades y festejos de Coruña, o sin ir más lejos de Pontevedra, los vigueses estamos en el vagón de cola.
Foro tomada desde el Auditorio.
Gran nivel y atractivo turístico del entorno.
   En la inauguración del Auditorio, en marzo de 2011, los responsables municipales afirmaban solemnemente: “es el primer paso para la transformación de Beiramar hacia un Vigo más moderno”. Fue un primer paso que se quedó en nada. Como tantas otras promesas. Animo a los que vayan a ver a Les Luthiers a que se fijen con mirada crítica en el entorno del Auditorio: eso es lo que Caballero vende como la ciudad más limpia de España. El gobierno municipal se está dedicando a dilapidar millones de euros arreglando calles que no necesitan arreglo, a colocar jardineras, bancos, farolas, dinosetos…, a prometer futuros idílicos para Vigo y a presumir de falsedades. Y mientras, la vitalidad de nuestra ciudad languidece. Y aunque sea triste reconocerlo, hay circunstancias (como la actuación de Les Luthiers) que nos pueden hacer sentir envidia de los coruñeses.

El proyecto Beiramar presentado por Abel Caballero el año 2006.
 Sólo se ha hecho el Auditorio, que sigue rodeado de
antiguas naves abandonadas y de calles sucias en las que
se puede encontrar abundante oferta se servicios sexuales.

* Enlace al artículo: Estudio comparativo de precios de las entradas de Les Luthiers en Coruña y en Vigo.

lunes, 19 de octubre de 2015

Yin Yang para el 20D: Albert Rivera presidente y Pablo Iglesias vicepresidente.

Un resultado que se me antoja posible para el próximo 20 de diciembre, y que me gustaría mucho que se diera, sería el triunfo de Ciudadanos (sin mayoría absoluta), y que ese partido pudiera gobernar con el apoyo de Podemos (dentro o fuera del gobierno).
Ese escenario implicaría mandar a casa a muchos de los integrantes de la casta política corrupta (PP-PSOE), y firmar el fin de la etapa de bipartidismo absolutista; a la vez que cortaría las "alas negras" a todos sus cómplices de las empresas eléctricas, constructoras, bancarias, etc., calaña que ha saqueado y arruinado España.
El reciente debate de café que los líderes de ambos partidos han protagonizado en el programa televisado del periodista Jordi Évole ha demostrado que es posible su entendimiento, y que -como apuntó en cierto momento Pablo Iglesias- coinciden en bastantes cosas. Sobre todo han dado la impresión de que son políticos capaces de hablar (delante de la gente) y de trabajar con otros, aunque no compartan sus mismas ideas: algo muy distinto a lo que nos tienen acostumbrados los caciques del PP y del PSOE.
Un gobierno de Albert Rivera sustentado por esos dos partidos supondría, desde mi punto de vista, una renovación perfecta y esperanzadora de la política. Y se lograría un equilibrio beneficioso para las mayorías: se podría aprovechar lo mejor de cada partido, logrando una especie de yin-yang entre la renovación centrista conservadora de Ciudadanos por un lado y la determinación radical rupturista de Podemos por el otro.
Ambos partidos pretenden acabar con los privilegios de los políticos, con la corrupción y con la impunidad de los estafadores de guante blanco: y defienden un poder judicial independiente.
Podemos no dejaría a Ciudadanos caer en garras de los poderes económicos, y podrían conseguir de C´s la puesta en marcha de ciertas medidas sociales que un amplio sector de la población reclama.
Y Ciudadanos no dejaría a Podemos imponer las medidas económicas y antistema que podrían poner en peligro la estabilidad de nuestro sistema productivo y de nuestra sociedad.

sábado, 17 de octubre de 2015

Les Luthiers en Coruña y en Vigo: comparativa de precios.

Diferencias llamativas. Datos para el debate.
(Estos días espero prublicar un artículo de opinión) (Ver artículo de opinión sobre este tema)

En Coruña actuan (están actuando estos días) en el Coliseum.
Una actuación por día, cuatro días: J15, V16, S17 y D18 de octubre.
Hay 3.615 entradas a la venta para cada actuación.
En cada sesión el número de entradas disponible y los precios son:
300 entradas a 75€ (platea 1)
300 a 68€ (platea 2)
400 a 62€ (platea 3)
798 a 52€ (tendido Baixo 2 y similares)
478 a 47€ (tendido Baixo lateral 2 y similares)
551 a 42€ (tendido medio presidencia)
797 a 35€ (tendido medio 2 y similares)
El precio medio de la entrada es de 50,5€
Los precios se incrementan un 7% en la compra por internet (las de 35 pasan a 37,45€)
El sesión del sábado 17, las entradas cuestan 5 euros más.
Si se llenara todos los días, la recaudación total 748.916€

En Vigo actuan en el Auditorio Mar de Vigo.
Lo hacen cinco días: M20, X21, J22, V23 y S24 de octubre.
Hay 1.427 entradas por sesión.
Los precios son:
120 entradas a 75€ (zona A)
266 a 70€ (zona B)
748 a 65€ (zona C)
223 a 55€ (zona D)
70 a 60€ (palcos laterales).
El precio medio de la entrada es de 65€
Los precios se incrementan un 6% en la compra por internet (las de 55 pasan a 58,30€).
En sesión del viernes día 23, las entradas cuestan 5 euros más.
Si se llenara todos los días, la recaudación sería 470.660€.
Captura de la página web de ventas de entradas para Les Luthiers en A Coruña.


Venta de entradas por internet de la actuación del viernes en Vigo.
Ese día los precios suben 5 euros por entrada.




miércoles, 14 de octubre de 2015

¿Es aceptable criticar al propio partido político? (Mi experiencia en UPyD, y sobre lo que pasa en C´s en Galicia).


La crítica es constructiva
cuando pretende que el otro mejore.
   En un partido político no importan sólo las ideas que defienden, sino también -y mucho- las personas que luchan por ellas: sus líderes y afiliados.
   Si los dirigentes de un partido no se preocupan de captar para su causa a buenos ciudadanos (si es posible a los mejores), o si  -lo que es peor- relegan o expulsan a los que se acercan al partido y se afilian pretendiendo aportar y contribuir al proyecto con mente crítica, entonces ese partido acabará lleno de incompetentes y de pequeños dictadores, que fomentarán el amiguismo y el favoritismo a cambio de sumisión... y al final serán más de lo mismo: casta despreciable.
   Hay quien dice que los dirigentes de Ciudadanos no me dejan afiliarme a su partido porque fui muy crítico con UPyD, y temen que sea crítico con ellos. Demuestran estar muy poco informados.
   Pueden comprobar que desde que me afilié a UPyD, el año 2009, y hasta el año 2013, fui el afiliado gallego que más defendió y que más difundió las ideas y propuestas de ese partido en los medios de comunicación, en foros y debates. Hasta Rosa Díez, con la que compartí estrado en varias ocasiones, me felicitó por alguno de mis artículos. También fui el candidato gallego de UPyD que más votos recibió en las municipales del año 2011.
   Pero desde el año 2012 empecé a detectar que dentro de UPyD ocurrían cosas inaceptables: prácticas autoritarias y nada democráticas llevadas a cabo por algunos dirigentes nacionales, y también gallegos, protegidos por el aparato del partido. Empecé a presentar denuncias ante los órganos internos de UPyD, sin dejar que trascendiera al exterior del partido la mínima queja ni crítica. Mi sorpresa fue en aumento al ver que desde la dirección de UPyD se encubrían esas prácticas, y llegó al máximo cuando en septiembre de 2013 la dirección nacional de UPyD me sancionó con una expulsión que me impedía asistir al congreso del Partido, en el que iba a expresar mi profunda preocupación por todo lo que estaba pasando en Galicia y en la dirección del partido. Los motivos de esa expulsión eran ridículos, pero además UPyD no cumplió los estatutos al sancionarme, y los volvió a incumplir al no responder a mi recurso. Cuando tras mucho luchar caí en la cuenta de que ya no era posible arreglar aquella situación, y ya sin tener la condición de afiliado, me convertí en una de las voces más críticas a nivel nacional contra los entonces dirigentes de UPyD, que habían secuestrado el partido y traicionado sus principios de regeneración política.
   Me resulta triste comprobar cómo ha terminado el llamado partido magenta, por el que tanto luché. El despotismo de sus dirigentes y su desprecio a los afiliados (más de 20.000 se fueron o fuimos expulsados) han hundido al partido. Creo que el intento de salvarlo será en vano.
   Puedo estar en desacuerdo en algunas cosas concretas, pero nunca he criticado el programa o las ideas (en general) de UPyD. Sólo denuncié y critiqué las cosas que en UPyD se hacían mal, y a aquellos dirigentes de UPyD calificables de políticamente corruptos. Y siempre lo hice de manera razonada y respetuosa. Si en alguna cosa me equivoqué, rectifiqué tras conocer los datos correctos. Y nadie puede encontrar ninguna mentira en ninguno de mis escritos críticos contra UPyD, que son muchos.
   Cuando se entabló un conflicto dialéctico entre UPyD y Ciudadanos defendí al partido de Albert Rivera. Bastantes miembros de C´s me felicitaron y me pidieron que me afiliara. Cuando al final lo he intentado, han rechazado mi solicitud (por orden, se supone, de los dirigentes locales de C´s).
   Si algún día entro en C´s será para apoyar sus ideas (que en líneas generales comparto), para trabajar en equipo con todos los afiliados (me da igual de donde vengan si son decentes y trabajan por la tarea común), y para ayudar a los mejores candidatos que puedan representarnos y hacer que esas propuestas se hagan realidad. Y criticaré las cosas que vea que se hagan mal, si ocurre, con respeto y discreción: con la intención de que mi crítica sirva para rectificar y mejorar.
   Si alguien en Ciudadanos piensa que voy a criticarles y eso le lleva a rechazar que yo me afilie, debe ser porque está pensando en hacer cosas mal. O ya las está haciendo. Y es preocupante escuchar que afiliados de Ciudadanos de Vigo y del resto de Galicia no se atreven a decir lo que piensan por miedo a ser expulsados. Un partido que pone el listón de la regeneración democrática muy alto no puede permitir que pase eso. Y es preocupante comprobar la cantidad de afiliados gallegos (y también de otros sitios) que han sidoexpulsados de C´s. Incluso el candidato elegido en primarias para el 20D por la provincia de Pontevedra, José Rivadulla, se han ido de Ciudadanos al comprobar lo que está pasando.
  ¿Pretende Ciudadanos seguir el camino de UPyD? Si un partido anula la crítica interna está condenado a la colonización por dirigentes incompetentes: solo habrá sitio para ellos y para sus amigos (como pasa por ejemplo en el PSdG en Vigo con el cacique Abel Caballero). Y me temo que eso es lo que puede estar pasando en Ciudadanos en Galicia, donde todo parece indicar que se han hecho con el poder personas que no son las más adecuadas (algunas de ellas salidas de UPyD). Una verdadera pena.
  Por eso hago un llamamiento a los afiliados gallegos de Ciudadanos, a los que por el mero hecho de haberse afiliado considero nobles y demócratas: para que no se callen y luchen por lo que realmente defiende su partido, para que reclamen a sus dirigentes democracia interna, meritocracia, respeto a los ciudadanos que quieren sumarse a ese proyecto político... que acaben las purgas. Me temo que los dirigentes del partido de Barcelona se deben creer que todos los que han sido expulsados de C´s en Galicia (o rechazados) eran gallegos malvados que se querían infiltrar para hundir el partido, o para aprovecharse de él… Eso ha podido pasar en algún caso concreto, pero parece imposible que haya sido en todos los casos, ni siquiera en la mayoría.
   Cuando alguien dentro un partido dice que algo se ha hecho mal, los dirigentes deben investigar si realmente algo se ha hecho mal (y no invitar al afiliado a irse del partido, como me pasó en UPyD); y si un afiliado propone alguna innovación, deben analizar y debatir si la propuesta de ese afiliado es acorde con la línea del partido, si supone una mejora y si se puede aplicar... Pero, curiosamente, en algunos partidos, los afiliados que hacen críticas o sugerencias son temidos o despreciados, y acaban siendo represaliados o expulsados. Ese no es el camino de la democracia. Y Albert Rivera lo sabe. ¿Pondrá remedio?