domingo, 17 de noviembre de 2019

Un español, héroe del Canal de Suez: Fernando de Ugarte.

Hoy, 17 de noviembre, se cumplen 150 años de la inauguración del Canal de Suez. Y este aniversario supone una buena oportunidad para recordar -y honrar- la figura de un español que desempeñó allí un papel muy importante.
El Canal de Suez, que comunica el Mediterráneo con el Mar Rojo, tiene una longitud de 162 km, y sigue siendo el más largo del mundo. Su promotor fue el diplomático e ingeniero francés Ferdinand de Lesseps, quien en la fastuosa ceremonia de apertura celebrada hace siglo y medio -para la que Verdi compuso su ópera Aída-, reafirmaba que quería garantizar su uso por todas las naciones, "para acercar y unir a todos los pueblos del mundo facilitando la comunicación". El Canal de Suez ha sido llamado “el atajo más rentable del mundo”, y actualmente el 10% del comercio marítimo mundial transita por ese Canal, predominando el trasporte de petroleo.
Estatua a Lesseps en
la entrada al Canal.
Lesseps pudo construir el Canal gracias a su habilidad para negociar con varios gobiernos, especialmente con el de Francia -que decidió patrocinar la obra en gran parte gracias al apoyo de su emperatriz Eugenia de Montijo, casada con Napoleón III- y con el de Turquía -que era la potencia dominante del territorio-. El ingeniero francés consiguió que dieran permiso y se pusieran todos de acuerdo, y creó la Compañía Internacional del Canal de Suez, en la que el Imperio Británico acabó siendo socio mayoritario. Tras diez años de obras el Canal se puso en funcionamiento. Y posteriormente las potencias del mundo se reunieron en la Convención de Constantinopla, y establecieron que cualquier barco podría pasar siempre por el Canal, tanto en tiempo de paz como de guerra; también desmilitarizaron su trazado y se comprometieron todos a no bloquearlo nunca. España participó activamente durante el siglo XIX en el proyecto del Canal de Suez, sobre todo porque mejoraba sustancialmente las comunicaciones de la Península con la Provincia de las Islas Filipinas.
Se creó entonces una entidad llamada Tribunal Internacional del Canal de Suez, que no solo otorgaba los permisos de paso de barcos y resolvía los conflictos que se producían, sino que tarifaba y se encargaba de la gestión y el mantenimiento. Esa institución contaba con Magistrados de 18 Países, y funcionó con eficacia hasta 1956, cuando el Canal fue nacionalizado por Egipto.
D. Fernando de Ugarte presidiendo el Tribunal.
Port Said, 1944.
Y podemos afirmar que uno de los Magistrados más relevantes de la historia de ese Tribunal fue el jurista español Fernando de Ugarte.
Fernando estudió la carrera de Derecho en tres años, y ejerció a partir de 1920 como Magistrado en diversas localidades. Y en 1930 abandonó la Audiencia de San Sebastián que presidía, y se fue de su querida Fuenterrabía, con su familia, para instalarse en Egipto, donde había obtenido una plaza en ese Tribunal Internacional. Allí vivió y ejerció durante 15 años, dedicado a mantener el orden y el funcionamiento del Canal. Y llegó a ser Presidente del Tribunal.
Egipto era entonces una Monarquía bajo el protectorado de Gran Bretaña, y en 1940 la Guerra Mundial llegó a aquellos territorios. El Canal se demostró vital para el desenlace de la guerra, pues sirvió para el transporte de petróleo y de tropas inglesas que venían a Europa desde India, Nueva Zelanda y Australia. Los aviones italianos realizaron incursiones y bombardearon Port Said, sede del Tribunal donde vivía Fernando con su mujer María Teresa y sus hijos: tuvieron siete, cuatro nacidos en España, dos en Egipto, y el último en Italia (donde pasaron algún verano y fueron a estudiar). En 1942 las tropas alemanas de Rommel cruzaron la frontera de Libia, adentrándose en Egipto dispuestas a ocuparlo: y varios Magistrados del Tribunal huyeron del País. Pero Fernando de Ugarte continuó en su puesto. Estando allí, en 1944, fue operado en el Hospital Francés de un cáncer de estómago, pero en cuanto se recuperó de la cirugía volvió al trabajo. Y siguió dirigiendo el Tribunal como Presidente hasta el final de la guerra, volviendo a España con su familia en noviembre de 1945, tras recibir del gobierno de Egipto el título nobiliario de Bey, y la insignia de Comendador de la Orden del Nilo.
Con su mujer María Teresa Domingo-Arnáu,
y su escolta, en Egipto.
En España se reincorporó a la Magistratura, pero murió año y medio más tarde, el 14 de marzo de 1947, como consecuencia del cáncer mencionado, ejerciendo hasta el final de sus días como Presidente de la Audiencia de Palma de Mallorca.
Es oportuno citar en este homenaje al padre de Fernando de Ugarte, Javier de Ugarte y Pagés, que había sido Ministro a comienzos del siglo XX, y que es recordado en Fuenterrabía por el impulso que le dio a esa ciudad, donde tiene una calle y un parque con un monumento a su nombre. También hay sitio en estas letras para Eduardo de Ugarte, hermano de Fernando, escritor y escenógrafo famoso por haber impulsado junto con Federico García Lorca la mítica compañía teatral La Barraca. Eduardo murió exiliado en México.
El Canal de Suez es un emblema de la aspiración de la humanidad de estar unida. Reconozcamos con honor en este CL aniversario la iniciativa y el trabajo de Ferdinad de Lesseps, y el de tantos ancestros nuestros, héroes anónimos, que también se esforzaron por conseguir la paz, el progreso y la unidad de toda la humanidad: y entre ellos, al español Fernando De Ugarte.
Pedro Larrauri. (Sobrino-bisnieto político de Fernando de Ugarte).  
Fernando de Ugarte.

Sus hijos: Maria José, Mari Soco, Xavier, Manolo,
María Salud, Ramonita y Pedro Mari.
Un verano en Italia, mediados de los años 30.

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