Algunos profesores han dado a los alumnos notas para los padres donde nos dicen que su valoración de la LOMCE es “totalmente negativa”: esa generalización me resulta poco razonable y nada razonada, porque supongo que el Proyecto tendrá cosas buenas y malas. Pienso que el rechazo a la LOMCE está cayendo en muchos casos en el gregarismo y en el sectarismo: muchas personas rechazan la Ley sin saber realmente lo que dice, únicamente por provenir del PP.
Sin ser un experto en leyes educativas y sabiendo que el
asunto es mucho más complejo (e importante) de lo que se piensa, he encontrado
algunos argumentos para apoyar el rechazo a la LOMCE:
La LOMCE relega la Historia de la Filosofía a un lugar residual y elimina la asignatura de Ética. Dificulta que de la escuela salgan ciudadanos bien formados, racionales, críticos, autónomos. También reduce el contacto de muchos alumnos con la enseñanza del arte, la cultura clásica, la música y la tecnología.
La LOMCE relega la Historia de la Filosofía a un lugar residual y elimina la asignatura de Ética. Dificulta que de la escuela salgan ciudadanos bien formados, racionales, críticos, autónomos. También reduce el contacto de muchos alumnos con la enseñanza del arte, la cultura clásica, la música y la tecnología.
La LOMCE impone un sistema poco flexible, que por ejemplo obliga
a niños de 14 años a tomar decisiones que condicionarán su futuro, cerrando
puertas a otras opciones. La LOMCE busca formar especialistas profesionales y
técnicos, no ciudadanos sino herramientas para el mercado; renuncia a la
cultura y a la formación integral. (Eso ya ocurre con la actual Ley).
La LOMCE permite mayor control de los centros educativos y
de sus Directores y gestores por parte de los políticos de las Consejerías de
Educación. No garantiza una enseñanza libre de influencias
políticas o religiosas, o de la imposición de determinados modelos de identidad,
supuestamente culturales o lingüísticos pero normalmente nacionalistas: los profesores
afiliados a sindicatos políticos podrán seguir ejerciendo la enseñanza y
manipulando a los menores de edad.
La LOMCE no cumple compromisos electorales del PP, como el
bachillerato de tres años (probablemente para no perjudicar a la escuela
concertada).
La LOMCE no resuelve el problema del bilingüismo en las
Comunidades con dos lenguas oficiales, implantando soluciones ridículas (como que
la Comunidad tenga que pagar un colegio privado a las familias que quieran
educación vehiculada en la lengua común del Estado), lo que demuestra que el PP no tiene lo que hay que
tener para defender la libertad lingüística e impedir que en las Comunidades
con fuerte presión linguo-nacionalista sigan empeñadas en reducir el uso del
castellano en la enseñanza y en discriminar a quienes tienen esa lengua como materna y habitual.
La LOMCE convierte la religión en asignatura evaluable, y
coloca los valores y las creencias de la confesión católica al mismo nivel que
los valores que cohesionan a la ciudadanía en su conjunto, en torno a la Ley y
a Principios éticos universalmente compartidos (como la Declaración Universal
de los DDHH): los niños que sólo estudien Catolicismo tendrán un sesgo y una
carencia en su formación de esos valores sociales y éticos, lo que implica una
discriminación. Sobre esta y otras cuestiones, UPyD (que defiende la EpC, Educación para la Ciudadanía) ha presentado una batería de preguntas al Ministro.
Oponerse a la LOMCE no es apoyar la Ley vigente. Nuestro
sistema de enseñanza no funciona bien, y hace mucha falta una reforma educativa: pero
es necesario que esa reforma sea estable a largo plazo y que haya consenso en torno a ella, y no es el caso.
Como crítica final al PP, repito el grito que ya he coreado
en algunas manifestaciones: “la mejor inversión es la educación”. Los recortes
deben hacerse en cosas innecesarias y superfluas, no en lo esencial: pero el PP sigue
empeñado en mantener el lastre de una estructura Estatal y Autonómica elefantiásica
y politizada, en propio beneficio (del Bipartidismo hegemónico) y en perjuicio de la educación y de toda la
sociedad.
UPyD ha defendido siempre que la Educación vuelva a ser
competencia del Estado (¿acaso alguien defiende que cada provincia tenga sus
competencias educativas propias?), lo que redundará en mejora de la calidad,
de la eficiencia, de la igualdad y la equidad de todos los españoles. Es algo necesario,
y estoy seguro de que algún día lo veremos hecho realidad: y podremos disfrutar de una Ley de Educación Estatal consensuada (que se aplique en todas la CCAA, porque la LOMCE está condenada a sufrir continuos boicots en algunas de esas Comunidades), y llamada a perdurar y a arreglar el grave problema educativo que tenemos en España.
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