viernes, 25 de diciembre de 2015

Por los derechos humanos, con Amnistía Internacional. Elogio y agradecimiento a los que ayudan a los demás aunque no les conozcan: un comportamiento sublime propio de los seres humanos más nobles.

   Querido lector habitual u ocasional de mi Blog: hoy -día de navidad- te voy a pedir un pequeño esfuerzo. Imagínate por un momento que te esclavizan, o que te encierran en una cárcel sin motivo, y que te aislan, o que conculcan cualquier otro de tus derechos (de los que ahora disfrutas sin miedo a perderlos), y que no te dan la oportunidad de defenderte ni de protestar. Y que nadie en el mundo hace nada por tí... Y que esa situación se prolonga y te hace perder la esperanza... ¿No estarías muy agradecido de que alguien que no te conoce de nada hiciera algo por ayudarte?

   Amnistía Internacional (AI) es una organización mundial con la que colaboramos más de tres millones de personas, comprometidos con la aplicación de los derechos humanos: defender a todos aquellos a los que se les niega la libertad o la justicia.
   En su web se puede leer: "A cada persona que sufre o está en peligro de sufrir menoscabo de sus derechos, los miembros de Amnistía le dicen: estamos contigo, divulgamos tu situación, exigimos en tu nombre justicia y dignidad, algo que es tu derecho: el mismo derecho que tienen todos y cada uno de los habitantes de este mundo."
   El pasado 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, estuve, con otros voluntarios de AI, recogiendo firmas en la calle Príncipe de Vigo para pedir a los gobiernos de República del Congo y de Siria la liberación de presos políticos, encarcelados por disentir pacíficamente de sus respectivos gobiernos (Ver). Muchos vigueses pasaban de largo, pero un buen porcentaje se paraban para informarse, y acababan firmando...
Al final de la recogida de firmas hicimos una
pitada solidaria. (Yo soy el del globo)
   Si alguna vez te pasa (espero que no) lo que les ha pasado a esos presos de conciencia (o cualquier cosa parecida: sufrir una calumnia o injusticia que te afecte mucho, y ante la que no eres capaz de defenderte, por lo que sea), espero que recibas una ayuda efectiva.
   Quizá esperes -y recibas- la ayuda de tus amigos y compañeros: y la agradecerás. Pero si recibes la ayuda de personas que no te conocían, que además -por cualquier circunstancia- puede ser mucho más efectivas que la de tus allegados, entonces seguro que se lo agradeces mucho más...
   La pregunta que me planteo es: ¿tenemos derecho a que nos ayuden personas que no tienen nada que ver con nosotros, que podrían pasar de largo y mirar hacia otro sitio...? Pienso que la respuesta es no.
   Y por eso, que alguien se complique la vida por personas que sufren injusticias, personas a las que no conocía de nada, es una de las cosas más nobles, elevadas y sublimes que puede hacer un ser humano...
Muchos vigueses
firmaron las peticiones.
   Todos los seres humanos podemos apelar a los derechos humanos, recogidos en una Declaración que se hizo en la Asamblea de las Naciones Unidas en 1948 (Ver). El origen de esos derechos tiene relación con la revolución francesa, y han sido clasificados en tres niveles: 1º) LIBERTAD: derechos civiles y políticos que exigen a los poderes políticos su no injerencia en la esfera individual de cada persona. 2º) IGUALDAD: derechos económicos, sociales y culturales... Y 3º) FRATERNIDAD: solidaridad, derecho al bienestar, a la paz, a la calidad de vida... ¿a ser defendido frente a la injusticia?
   No voy a seguir divagando sobre si es un derecho, una obligación ética... Pero sea o que sea, esos gestos y actuaciones de solidaridad nos ofrecen ejemplos de lo que podríamos llamar el nivel más elevado de dignidad y de comportamiento ético: lo mejor de la especie humana. Esos ejemplos nos deben llevar a sentirnos orgullosos de pertenecer a nuestra especie: y a movernos a actuar de las misma forma siempre que podamos. Gracias a los que lo están haciendo.
   Viene a cuento terminar recordando la regla de oro de la ética: "trata a los demás como querrías que te trataran a ti" (Ver), principio que los Evangelios cristianos ponen en boca de Jesús, cuyo nacimiento celebramos hoy.


Fred Bauma e Yves Makwambala, miembros de un movimiento juvenil que anima a las personas a participar en acciones y debates políticos pacíficos, promoviendo la democracia. Fueron detenidos en marzo acusados de formar una banda delictiva y de intentar derrocar el régimen del presidente Kabila. De ser declarados culpables, Fred e Yves podrían ser condenados a muerte. Amnistía Internacional considera que Yves y Fred son presos de conciencia.

Fue un honor y un sano orgullo
llevar el peto de Amnistía Internacional.
Feliz Navidad! Feliz Vida!

No hay comentarios:

Publicar un comentario