domingo, 29 de abril de 2012

Hítler, Franco, Arana y el bombardeo de Gernika.

Una parte de mi infancia la disfruté en Ibarranguelua, el pueblo de mis abuelos, a 10 Km de Gernika. Mi tío Ignacio me contó cómo un día, siendo niño, vio pasar las escuadrillas de aviones alemanes y a continuación comenzó el estruendo de los estampidos de las bombas, y surgió en el cielo la humareda de los incendios que duraron 3 días. Acaban de cumplirse 75 años de aquel famoso bombardeo. Muchos españoles murieron en aquella guerra. Mi abuelo había emigrado a Filipinas y no pudo regresar hasta casi 20 años más tarde, cuando las represalias franquistas se fueron relajando. El me enseñó el himno "Gernikako arbola", y no puedo dejar de emocionarme al recordarlo cuando casi todos los años voy a hacer una visita al famoso Árbol de Gernika. Mi abuelo amaba a España y al País Vasco por igual.
     Adolf Hítler, Francisco Franco y Sabino Arana tienen en común que los tres son fundadores y líderes de movimientos fanáticos y totalitarios, caracterizados por creerse superiores, en posesión de la verdad, y por querer obligar a los demás a someterse a su doctrina. Los fanáticos defienden las ideas de su grupo con desmesura, con violencia, y nunca dan su brazo a torcer. Si alguien debate con ellos siempre percibe el mismo planteamiento: "yo tengo razón, debes pensar como yo, convertirte a mis ideas; y si no, vete de aquí o muere". Con un fervor y entusiasmo inusitado acaban convenciéndose de que son mejores que los demás, de que pertenecen a una raza superior, simplemente por haber nacido en un lugar concreto. Sus líderes se presentan como los Mesías que liberarán al pueblo de su estado de postración, causado siempre por sus enemigos,  y le conducirán hacia la plenitud: el dominio del mundo, el imperio resurgido, la pureza religiosa y moral, la riqueza, la independencia... Mezclando leyendas y literatura épica, un selecto grupo de ideólogos construye un relato de un pasado idílico y glorioso de su nación, y a base de manipulación lo imponen como si fuera historia verdadera, única verdad, dogma de fe. Y el que se atreva a opinar otra cosa es considerado enemigo del sistema, del pueblo, de la patria, de la lengua propia: y es tratado como un traidor. Ni en la alemania nazi, ni en la españa de postguerra, ni en el país vasco, la gente se atrevía o se atreve a discrepar. Hay miedo, mucho miedo. Muchos huyeron, muchos tuvieron que ir al exilio... Se calcula que 300.000 vascos se han ido de Euskadi en estos 40 años.
    Acaban considerándose la única opción válida para su territorio y se convierten en fanáticos nacionalistas. Su meta política es el partido único, detentar el poder absoluto. Sólo mantienen la fachada de democracia. Un buen alemán no podía ser más que nacionalsocialista hitleriano; un buen español no podía más que alinearse en el movimiento franquista; un buen vasco no puede ser más que nacionalista antiespañol, con disimulo o con violencia descarada. Quien no está con el partido está contra el partido, y hay que acabar con los enemigos, ya sea de fuera o infiltrados: sionistas, rojos, centralistas, conspiración judeo-masónica, árabes, maketos, al-Quaeda, los Reyes Católicos... Los seguidores más fieles y fanáticos se convierten en guerreros (gudaris) dispuestos a todo por la causa. Los líderes justifican o encubren la violencia, los campos de exterminio, la represión, las bombas, la extorsión...
    No puede haber disidencia. Allí sólo se puede ser y pensar como ellos decidan. Se monopolizan la cultura, la enseñanza, y la información, que se convierte en propaganda. Se destaca todo lo que es exclusivo del grupo, lo peculiar, y nunca lo que es común con los otros, que son el enemigo. Sólo se acepta a un extraño si éste se integra en el grupo, si comulga con todas sus ideas, si adopta las maneras de pensar y de hablar de los "puros": de los nazis, de los patriotas, de los nacionalistas. A los niños se les inculcan desde pequeños esos principios fanáticos: las juventudes hitlerianas, los falangistas, los niños de la OJE, los de las ikastolas... nunca deben aceptar otras ideas que no sean las del partido. Todo lo que venga de fuera contamina. Nuestra raza es pura. Hay que mantener las tradiciones. "Jaungoikoa eta Legezarra", Dios y la Ley Antigua: ese era el lema de Sabino Arana según me enseñó mi abuelo, que conoció al fundador del nacionalismo vasco.
    El pueblo se deja contagiar fácilmente de ese fanatismo, que se convierte en una religión. Los escritos fundacionales son la nueva Biblia. Los símbolos de la patria se idolatran. El idioma se diviniza. La salvación se consigue luchando por la causa. La seguridad que da la convicción de estar en el buen camino, construyendo la nueva Patria y aniquilando a los enemigos produce un estado de embriaguez espiritual. De manera aislada esos fanáticos pueden parecer personas normales; pero si se juntan varios nazis, varios soldados del llamado bando nacional, varios abertzales de Jarrai, nadie que no sea adicto al régimen o al partido o a la causa está a salvo. Quienes no comparten la ideología dominante saben lo que les espera: desprecio, amenazas, agresiones... y hasta la muerte en demasiados casos.
El Roble de la Casa de Juntas.
    Y siempre esos movimientos son controlados por un líder o una élite que manejan a las masas gregarias aprovechando el profundo miedo que tienen la mayoría de los seres humanos a pensar y a elegir por sí mismos, a ser distintos a los demás, a ser libres. Porque cuando todos piensan lo mismo es que uno piensa por todos.
    El himno que me enseñó mi abuelo termina llamando al histórico roble de la Casa de Juntas de Gernika "arbola santuá", árbol santo. Ese árbol santo cobija a todos lo que se ponen bajo su sombra. No pregunta dónde nacieron, ni qué idioma hablan, ni cuales son sus ideas políticas, ni su riqueza... No trata a nadie con desprecio ni con violencia. Ese es su mensaje y su enseñanza. Hoy le doy un abrazo compungido, dedicado a todas las víctimas del fanatismo, y especialmente a las de ese pueblo que fue bombardeado hace 75 años. Y a tantas otras víctimas que viven hoy en España y que tienen secuestrada su inteligencia y su libertad por la plaga del nacionalismo exclusivista, localista, basado en la mentira, racista, violento, antiespañol, fanático y engreído.
"Si un español que estuviera ahogándose en la ría te pidiese socorro, contéstale: estakit erderaz, yo no entiendo español" Sabino Arana.

domingo, 22 de abril de 2012

Un pensamiento para La Tierra. (En el día de La Tierra, 22 de abril de 2012 EC)


La Tierra, entre los otros 2 astros que más queremos: la luna y el sol.
Cuando La Tierra (hoy se merece mayúsculas) de formó en el espacio, hace unos 4.600 millones de años, ya estaban en nuestro planeta todos los materiales que ahora componen cada uno de nuestros cuerpos. Átomos primero y moléculas después, fueron entremezclándose y animándose en formas cada vez más complejas, y una infinitésima parte de esos elementos están hoy unidos en mi individualidad, dándome la posibilidad de acariciar y besar a mi mujer y a mis hijas, de respirar, de escribir estas letras y de sonreír agradecido.
Dento de unos años dirán (si es que alguien dice algo) que estamos muertos. Pero todos los elementos atómicos que han constituido nuestro cuerpo (pasados, presentes y futuros) seguirán en La Tierra: en el aire o en el agua, en plantas o en animales, viajando o estáticos... Y aunque cada una de esas piezas de nuestro yo ya no tendrá la conciencia pasajera ni podrá llevar a cabo las actividades superiores que han acompañado buena parte de nuestro ciclo vital, seguiremos formando parte de La Tierra.
El milagro de la vida tiene su comienzo en la formación de La Tierra, que también es un milagro en cuanto que inexplicable. Y Ella mantiene nuestras vidas como una madre acogedora y amorosa. Nada es perfecto, no lo entendemos todo, y debemos acatar las leyes de la naturaleza nos gusten o no. No podemos hacer casi nada al respecto. El estoicismo es una opción.
Pero mucho de lo bueno o malo que han hecho, hacen y pueden hacer los seres humanos, para con los demás seres vivos y para con el planeta, sí que depende en gran medida de cómo organicemos y jerarquicemos nuestra sociedad humana. Una buena política dirigida por buenos políticos sin duda alegrará a La Tierra, o al menos a más personas y seres vivos, que lo contrario. Y ahí sí que podemos hacer algo.
Y eso no sólo será mejor para los seres humanos, sino también para todos los seres que conviven con nosotros navegando por el espacio a una velocidad increíble, montados en esta bola azulada. Podemos y debemos hacer algo; también por Ella.
Hoy hemos decidido que es su día. Y como todos somos también La Tierra nos felicitamos mutuamente con gozo, agradecimiento y reverencia.
Y nos regalamos un abrazo de hermandad cósmica y mística.

Los escandalosos sueldos de los expresidentes.

No hemos tenido mucha suerte los españoles...
Este es uno de los incomprensibles enigmas de nuestra democracia: si los españoles estamos en contra de los privilegios de los políticos, ¿por qué nuestros representantes en el Parlamento mantienen ese escandaloso trato de favor hacia los expresidentes?
Los políticos de PP y PSOE alegan que los expresidentes deben mantener un nivel social y económico de cierta dignidad. Para ello el Estado asigna a Felipe González, a Aznar y a Zapatero una pensión de 75.000 euros anuales de por vida, además de un coche oficial con chófer, dos asistentes de libre designación (secretario y asesor) y un servicio de varios escoltas. Cada vez que esos expresidentes de desplazan, toda su pequeña corte viaja con ellos, y todos los gastos corren a cuenta de las arcas públicas.
Si ese fuera el único ingreso de los expresidentes quizá podría aceptarse. Pero el problema es que también ganan mucho dinero con sus actividades profesionales de carácter privado, y se les permite cobrar, además de la pensión, otros sueldos públicos: son los únicos españoles que disfrutan de ese privilegio. Y no hablamos de sus planes de pensiones privados ni de otras rentas que puedan tener.
El Grupo Parlamentario de UPyD presentó en febrero una proposición para limitar esos sueldos de los expresidentes y para hacerlos incompatibles con remuneraciones privadas. Ya lo había pedido Rosa Díez en la anterior legislatura. Pero la propuesta sólo fue apoyada por el Grupo de la Izquierda Plural (IU). El BNG se abstuvo.
Alguien puede extrañarse de que los nacionalistas catalanes y vascos votaran en contra. Pero su postura se entiende (leer) sabiendo que los expresidentes de la Generalitat Pujol, Maragall y Montilla tienen parecidos privilegios que los expresidentes de la nación y cobran una paga de unos 80.000 € anuales, que a su jubilación pasará a ser una pensión vitalicia de cuantía similar. También en el País Vasco los exlehendakaris Garaicoetxea, Ardanza e Ibarretxe tienen oficina, asistentes, escoltas y una pensión perpetua de unos 45.000€. Y todos tienen otros ingresos por actividades privadas.
Volviendo a nuestros expresidentes, Felipe González sigue cobrando su pensión, y gana además 126.000 € anuales como Consejero de la empresa privada Gas Natural. También dirige dos empresas privadas propias y es miembro de varios Consejos y Comités. Se ha publicado que llega a ganar 600.000 euros al año. González rehusó entrar en el Consejo de Estado para poder dirigir sus empresas privadas. En cambio Jose Mª Aznar entró en ese Consejo tras dejar La Moncloa, pasando a cobrar por ello 76.000 € anuales del Estado; pero 2 años después se vio obligado a renunciar como Consejero al descubrirse que había cobrado ilegalmente 220.000 € como Consultor de la multinacional News Corporation. A Aznar le pillaron a pesar de que ponía esos ingresos fraudulentos a nombre de su mujer, Ana Botella (actual Alcaldesa de Madrid). Aznar "redondea" su sueldo vitalicio público de 75.000 euros con unos ingresos anuales que se han estimado en más de 1 millón de euros, como Consejero de varias multinacionales (de la eléctrica Endesa cobra más de 200.000€), con sus empresas privadas y con las conferencias que imparte. Y por último Jose Luis Rguez. Zapatero ha empezado a cobrar su pensión de expresidente a la que se añade otro sueldo público, de 76.000€, por ser miembro del Consejo de Estado (lo que conlleva asistir a una reunión al mes). Y cuando hayan pasado 2 años podrá ser fichado como Consejero por una multinacional que se haya beneficiado de su paso por el Gobierno, como hacen la mayoría de los altos cargos, y empezar sus negocios privados (que probablemente ha empezado ya, actuando con testaferros). Y es público que hace poco ZP ha vendido el chalet que había adquirido en 2007 en la costa de Almería por 400.000 euros.
¿Es justo y necesario que los expresidentes cobren una pensión del Estado si otros ingresos ya les aseguran una vida digna? ¿Y no deberían en cualquier caso pasar por el banquillo por sus implicaciones en los GAL, en la guerra de Irak, y por haber llevado a la ruina a este País?

domingo, 15 de abril de 2012

El progresismo implica fusionar municipios. El ejemplo de Vigo.

El concello más pequeño tiene 220 habitantes.
(Nota aclaratoria para nuevos lectores: este artículo fue escrito cuando yo estaba en UPyD; pero -como es obvio- las buenas ideas no pertenecen a ningún partido).

La distinción entre conservadurismo y progresismo resulta actualmente más clarificadora que la desfasada distinción entre derechas e izquierdas.
Los conservadores están a gusto con lo que tienen, quieren mantener lo que han conseguido o heredado, y se muestran inquietos y reacios ante cualquier cambio o reforma.
Esa actitud podría ser aceptable para los que están acomodados en un nivel de vida alto y placentero. Pero cuando la mayoría de la sociedad está siendo golpeada por la crisis, ser conservador es sintoma de cierto grado de egoísmo, cobardía o estupidez.
Frente al conservadurismo y para salir de la crisis los progresistas proponen la búsqueda permanente del progreso social para mejorar la vida en común. Entre otras muchas ideas progresistas que Unión Progreso y Democracia ha plasmado en sus programas, fue el primer partido que pidió la fusión de municipios y la desaparición de las diputaciones. UPyD presentó esa propuesta en el Parlamento hace un mes, explicando que con la fusión de municipios de menos de 5.000 habitantes y la consecuente desaparición de las diputaciones (al desaparecer los micro-ayuntamientos ya no quedarían excusas para eliminarlas) se ahorrarían 14.000 millones de euros anuales. Pero todos los demás grupos políticos votaron en contra de la propuesta. Está claro que el PP prefiere arruinar a los ciudadanos subiendo impuestos antes que reducir gastos renunciando a su tinglado en ayuntamientos y diputaciones (y no hablamos de duplicidades autonómicas, fundaciones, consejeros, asesores,...).
España mantiene un modelo territorial del siglo XIX, y es el único País europeo que en los últimos 150 años no ha reducido el número de municipios. Por poner un ejemplo, Suecia pasó de 2.282 municipios a 286. Pero en España se mantienen 8.115 ayuntamientos, en los que "trabajan" 74.211 políticos, entre alcaldes y concejales (sin contar su corte de asesores y enchufados). Y más de la mitad de esos municipios no llegan a los 1.000 habitantes.
El Consejo de Europa ha recomendado la fusión o agrupación de municipios (en su informe afirman que si no llegan a 10.400 habitantes no podrán ser sostenibles o solventes), y una propuesta similar acaba de hacer el Tribunal de Cuentas español. Se han alzado voces cualificadas defendiendo las mismas propuestas que UPyD, y algunos políticos de otros partidos, incluso del PP, han hablado tímidamente sobre la necesidad de realizar esas fusiones. Pero en el fondo los políticos conservadores -y no sólo los del PP, sino todos los que quieren conservar sus puestos y sus privilegios en sus minifundios municipales- no quieren disminuir su bienestar personal ni sus cuotas de poder.
Quizá para distraer a la opinión pública de la críticas recibidas por el PP durante el reciente debate sobre el estado de la autonomía, Feijóo anunció, como si de algo muy importante se tratara, la fusión voluntaria de dos pequeños concellos gallegos. Es un vaso de agua para apagar un incendio. Pienso que hay que encarar el problema con más ánimo y decisión, y sin populismos ni electoralismo.
Si la fusión de municipios reporta beneficios económicos y sociales, si se consiguen mejores servicios con menos costes (pudiendo dedicar el dinero ahorrado a necesidades prioritarias), habrá que obligar a los conservadores recalcitrantes a renunciar a lo que quieren conservar a toda costa, y acometer cuanto antes esas fusiones. Y en un contexto de grave escasez presupuestaria no parece razonable afrontarlas como algo voluntario, sino que deben ser estudiadas y aprobadas por los gobiernos, y aplicadas por vía legislativa, de manera paralela a como deben promoverse las áreas metropolitanas y las mancomunidades, con obligado cumplimiento para todos, incluidos los alcaldes.


En 1900 Vigo tenía 20.000 habitantes; ahora 300.000.
Y Vigo es un ejemplo para aquellos que muestran reticencias a la fusión de municipios. No hubiéramos llegado a ser lo que somos, la ciudad más grande de Galicia y del noroeste de España, si no hubiera sido por la fusión con otros municipios: con Bouzas el año 1904, y con Lavadores (que incluía desde Teis hasta Zamáns) en 1941. Y nadie de Coruxo, Bembrive, Santa Cristina, Matamá... se siente mal o ha perdido su identidad por pertenecer al Concello de Vigo. Porque cada gallego seguirá viviendo y siendo de su parroquia, que es y será nuestra unidad territorial por excelencia.
Según una propuesta de carácter técnico, de los 315 concellos que hay actualmente en Galicia -un tercio de ellos tienen menos de 2000 habitantes, y la mayoría están en situación de bancarrota- deberíamos pasar a tener sólo150 entidades municipales. Habrá que estudiarlo. Pero es una reforma progresista y necesaria que hay que afrontar sin pusilanimidad.

Probablemente algunos políticos locales y provinciales se resistan con todas sus fuerzas, desenterrando sentimientos identitarios y profetizando apocalípticas desgracias si las fusiones se llevan a cabo: y en el fondo todos sabemos que la clave del problema es que por cada 2 ó 3 concellos que se fusionen sobrarán 1 ó 2 alcaldes, y un número importante de concejales. Y esos neo-caciques locales que ven peligrar sus "chollos" presionarán a los altos cargos de sus partidos políticos para que no defiendan las fusiones.
Pero estoy seguro de que al final el progresismo se impondrá al conservadurismo.

viernes, 6 de abril de 2012

Reflexiones sobre la eutanasia activa voluntaria. Diez años de eutanasia en Holanda.

En el debate actual entendemos por eutanasia el acto realizado por un médico que pone fin a la vida de un paciente que lo ha solicitado expresamente debido al sufrimiento que padece. No hablaremos aquí ni de omisión o suspensión de tratamientos inútiles, ni de actos realizados sin el consentimiento del paciente, ni tampoco del llamado suicidio asistido. No resulta adecuado decir "muerte digna" al hablar de la eutanasia, pues da a entender que las demás muertes son indignas.
¿Eutanasia pasiva o voluntaria?
    En nuestra sociedad ya se practica habitualmente la eutanasia pasiva, ayudando o dejando morir a los pacientes con una sedación paliativa terminal (lo que recientemente ha sido regulado y reconocido como un derecho en las llamadas "Leyes de muerte digna" de Andalucía, Aragón y Navarra); pero es ilegal la eutanasia propiamente dicha, que siempre es voluntaria por parte del paciente, y activa por parte del médico. Tanto la eutanasia pasiva como la voluntaria son dos procedimientos muy similares: en ambos casos lo realiza un médico, que introduce por vía venosa unos fármacos que inducen un sueño placentero; y como consecuencia, en 2 días (en la eutanasia pasiva) o en unos minutos (en la voluntaria) el paciente muere. La diferencia es de dosis y de velocidad de efecto. Pero mientras el primer tratamiento se considera un acto médico humanitario porque acorta el sufrimiento, el segundo, que lo acorta aún más, se equipara con el homicidio. ¿No denota eso una cierta incongruencia?
    El artículo 143 de nuestro Código Penal condena hasta a 10 años de prisión a todo aquel que colabore de manera activa en la muerte de otra persona (la llamada ayuda al suicidio, en la que al final el que se quita la vida es el propio individuo que muere), y también prohibe y criminaliza la eutanasia, esto es, el causar la muerte a quien lo pida por padecer una grave enfermedad terminal o que ocasiona graves padecimientos, aunque en ese caso mitiga la pena a un máximo de 6 años.
    Distintas ideologías han forzado una situación que me atrevo a calificar de hipocresía social, que exige que se mantenga con vida a aquel individuo que quiere morir porque su sufrimiento es intolerable, su agonía prolongada, su vida un sinsentido... Y los legisladores siguen considerando que "lo bueno" (¿bueno para quien?) es no hacer nada para que muera antes de que "le llegue su hora". Hay una idea tradicional que sigue influyendo en muchos: que la muerte rápida y sin dolor es algo malo, un grave pecado, y que los pecados deben ser delitos. Sin embargo nuestra sociedad progresa y vamos superando el paternalismo del Estado o de la Iglesia, que nos dicen lo que está bien y lo que debemos hacer. Se van imponiendo las ideas liberales de John Stuart Mill: los individuos son libres de hacer aquello que deseen, siempre que no perjudiquen a otros; y el Estado sólo puede actuar contra un individuo si éste hace daño a otros.
    La vida de cada persona no es propiedad de la sociedad ni de ningún poder humano o divino. Y en el ejercicio de su libertad cada individuo puede tomar las decisiones que considere mejores en el ámbito de la soberanía y autonomía que tiene sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y mente, incluso en el caso de que esas decisiones le perjudiquen. La vida es un derecho, pero no puede ser considerada e impuesta como un deber. No parece razonable ni es justo obligar a nadie a tener que agonizar, víctima de alguna enfermedad grave, o a vivir en contra de su voluntad. Ninguna ley puede impedir que las personas que quieran se suiciden (de hecho en España se producen cada año alrededor de 4.000 suicidios, más que las muertes por accidentes de tráfico). El problema aparece cuando alguien, de manera sensata y razonada, solicita ayuda para dejar de vivir porque no quiere o no puede hacerlo por si mismo.
    ¿Acaso no sacrificamos a nuestras mascotas cuando vemos que sufren y su situación no tiene remedio? Cuando una persona se encuentra en una situación en la que considera que lo mejor para ella es la muerte, si no puede conseguir ese objetivo por sus propios medios, pediría ayuda; y si no le dejaran hacerlo, los responsables de esa negativa estarían prolongando y aumentando su sufrimiento: sería como torturarle, sería un trato inhumano. Por eso se puede decir que la Constitución Española defiende el derecho a la eutanasia, cuando establece en su artículo15 que nadie en ningún caso podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos humanos o degradantes.
    La eutanasia pasiva ya está más o menos regulada con la figura del testamento vital y con los protocolos médicos de sedación terminal. Hace falta sin duda una Ley de Cuidados Paliativos, pero eso es otro tema y no debe mezclarse con la regulación de la eutanasia. La sociedad y nuestros gobernantes tienen una deuda pendiente con los pacientes que libremente deciden y piden morir, por motivos razonables, y con los médicos que quieren poder ayudar legalmente a esos pacientes.
    Se ha publicado que en los Países en los que la eutanasia no está regulada se practica de manera clandestina y sin control, y en algunos casos se realizan eutanasias sin solicitud expresa del paciente. Una ley de eutanasia ofrece la garantía para que eso no ocurra. Nadie quiere que se someta a eutanasia a quien no cumpla los requisitos legales que se especifiquen, o a quien no la quiera y elija prolongar su sufrimiento por los motivos que sean.
    Esa futura ley de eutanasia debe contemplar también el derecho a la objeción de conciencia del personal sanitario que no quiera intervenir en la eutanasia. Porque aunque en el debate no pueden imponerse creencias religiosas, se deben respetar. En este sentido me gusta recordar que Tomás Moro, Santo y Doctor de la Iglesia Católica, defendía en su obra Utopía, donde plasmaba su concepción de una sociedad cristiana perfecta, que los propios sacerdotes recomendaran y bendijeran la práctica de la eutanasia en casos de enfermos terminales y sufrientes.
Sócrates tomando la cicuta.
    Diez años de eutanasia en Holanda y Bélgica.
    Aunque el suicidio asistido se permite en Suiza desde 1941, y en el Estado de Oregón desde 1997, Holanda fue el primer País en contar con una Ley de Eutanasia, vigente desde hace más de 10 años (1 de abril de 2002); desde entonces se llevan a cabo allí entre 2.500 y 3.000 procedimientos anuales de eutanasia, que suponen cerca del 2% de las muertes, sin que de año en año se haya producido un gran aumento de casos, como algunos temían. Bélgica también legalizó la eutanasia en 2002, unos meses después que Holanda, y algunos expertos consideran la legislación belga el modelo más adecuado para seguir en España. (Para los interesados, recomiendo leer el reciente trabajo publicado por Simón y Barrio). Lo que está claro es que nuestros legisladores deben aprovechar toda esa experiencia.
    Las leyes en esos Países establecen que la eutanasia sólo se puede aplicar cuando la propia persona, en pleno uso de sus facultades, ha indicado reiteradamente su deseo de no continuar vivo. Este deseo debe ser comunicado de forma oral y escrita a un médico. La petición es estudiada por un equipo que hace un dictamen. Se debe demostrar que existe una enfermedad grave e incurable, o que hay un sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable sin perspectiva de recuperación. Todos los casos son registrados y controlados en una Comisión de evaluación de la eutanasia. Una persona que sufre demencia no puede solicitar la eutanasia. Los hijos no tienen ningún poder de decisión sobre la terminación de la vida de sus padres. Los hospitales no están autorizados a terminar con la vida de un paciente de forma autónoma. Los extranjeros no pueden acogerse en esos países a la ley de eutanasia. La muerte por eutanasia se considera a todos los efectos muerte natural.
    Una corriente de opinión incluye la eutanasia entre los "cuidados paliativos integrales": cuando un paciente, a pesar de recibir el mejor tratamiento posible continua experimentando la vida como insoportable, entonces la eutanasia es lo mejor que el equipo sanitario puede proporcionar al paciente y a sus seres queridos. Pese a algunas reticencias iniciales, cada vez en más Hospitales y Residencias asistidas regidas por la Iglesia Católica en Bélgica se aplican protocolos de eutanasia.
    Los requisitos legales para acceder a la eutanasia en los casos de "no terminalidad" y de sufrimiento psíquico (en esos casos el control es mayor y debe transcurrir al menos un mes desde la petición) siguen siendo debatidos, al igual que los requisitos para aplicar la eutanasia a menores de edad (legalizada sólo en Holanda).

    PD. Cuando publiqué este Post era miembro activo del partido político UPyD: por si a alguien le interesa, dejo integro el final del artículo, tal como lo escribí entonces.

    UPyD y la eutanasia.
    UPyD es un partido "a-ideologico" y transversal, en el que se respetan las opciones personales discrepantes en muchas materias. Lógicamente en este tema, como en otros, UPyD no tiene una visión unívoca ni defiende un pensamiento único. Aunque todavía no se ha producido un planteamiento oficial, muchos de los que formamos parte de UPyD estamos a favor de la eutanasia (como lo está la mayoría de la sociedad española).
    Carlos Martínez Gorriarán, profesor de la Universidad del País Vasco, y al que se considera el "número 2" de UPyD, se manifestaba ya hace años, en las páginas oficiales del Partido, a favor de una ley de eutanasia (ver enlace). Y recientemente, siendo ya Diputado, decía: "Personalmente creo que la eutanasia es un derecho que debe regularse legalmente" (Leer entrevista).
    El pasado 27 de marzo Irene Lozano defendía en el Congreso el voto de UPyD a favor de la Proposición de Ley de La Izquierda Plural sobre disponibilidad de la propia vida, en la que se pedía la derogación del artículo de la ley que penaliza la eutanasia, y se pedía su inclusión entre los derechos sanitarios. Aunque no compartía ciertos aspectos de esa Proposición (personalmente pienso que el texto de esa proposición está poco trabajado, resulta confuso y enrevesado), la Diputada de UPyD se manifestaba a favor de abrir un debate parlamentario y nacional sobre la cuestión de la eutanasia, y de llevar a acabo una reforma legal que garantice que los ciudadanos puedan ejercer la decisión que han tomado libremente y con plenas facultades, sin presiones de su entorno, y que la puedan ejercer con la tranquilidad y seguridad que dan las leyes. (Enlace al video de su intervención en el Congreso).
    El filósofo Fernando Savater, impulsor de UPyD, en su libro Etica y Ciudadanía, expone interesantes ideas sobre la eutanasia: "Pienso que las personas tenemos derecho a suicidarnos cuando la vida no nos merece la pena, o lo creemos así. Como decía Séneca, patem portas: la puerta está abierta. En la vida, si uno no quiere seguir en el mundo, tiene la puerta abierta...". "Sin embargo las decisiones en bioética no son fáciles, no se puede recurrir a una autoridad única, y es inconveniente tomar actitudes tajantes". "Una persona para la cual, por dolores, sufrimientos, etc., la vida ha dejado de merecerle la pena, o que tiene que estar reducido a una situación meramente vegetal, o que es nada más que una fuente de dolor y preocupación para los que le rodean y para sí mismo, y no tiene ningún panorama de mejora, creo que tiene derecho a pedir ayuda para dejar de vivir". "Pero aunque se despenalice la eutanasia, cada caso de eutanasia seguirá siendo un problema para una persona moralmente sensible". Y también ha dicho Savater : "Las leyes no resuelven el problema moral, que es un asunto de cada ciudadano en particular". Suscribo todas esas ideas de Savater.
    Termino con una referencia que también puede considerarse argumento de autoridad, del escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, Patrono de la Fundación Progreso y Democracia. En su artículo titulado "Una muerte tan dulce", escrito en 1.999, defendía y elogiaba al Dr. Kevorkian, calificado por sus detractores como "el ángel de la muerte" por su defensa y práctica de la eutanasia. El ahora Premio Nobel calificaba las prohibiciones legales para poder llevar a cabo la eutanasia como una "monstruosa injusticia" y una "crueldad estúpida". Como sin duda Vargas Llosa escribe mejor que yo, les invito a leer su artículo pinchando aquí.

miércoles, 4 de abril de 2012

El Partido Gallego Incendiario y Amaiur. (Relato de política ficción).

Se acaba de presentar una nueva formación política: el PAGAIN (Partido Gallego Incendiario). Ha resultado sorprendente que en medio de la indignación causada por los recientes incendios provocados en Galicia, los dirigentes de ese nuevo Partido han manifestado que se presentarán a las próximas elecciones autonómicas para llegar a las Instituciones (Xunta, Diputaciones, Ayuntamentos) y desde allí defender los intereses de los que provocan incendios en los montes gallegos.
Aseguran que tienen derecho a representar democráticamente a todos aquellos que quieren que tengamos más campos dedicados a pastos y a cultivos, acabar con los eucaliptos y otras especies arbóreas que no sean autóctonas, aumentar los terrenos edificables o para polígonos industriales, o incluso a aquellos que provocan incendios por diversión, arrebato o venganza contra los que consideran injustos propietarios de los bosques.
Los representantes gallegos de ese nuevo Partido aseguran que ellos personalmente no han provocado nunca ningún incendio, por lo que nadie puede tacharles de ilegales. Y aunque conocen el nombre de todos los incendiarios (que según parece se reunen en sus sedes), PAGAIN los encubre y protege porque consideran que la política forestal y territorial de la Xunta ha sido nefasta. El nuevo Partido exige la revisión de las condenas impuestas a los incendiarios, por ser para ellos demasiado severas y realizadas en juicios sin garantías. PAGAIN aspira a llegar a gobernar la Xunta, y sus dirigentes han asegurado que el día que eso ocurra dejarán de producirse incendios en Galicia. Según algunos expertos, por ese motivo muchos gallegos se muestran partidarios de votarles: para acabar con el problema del fuego.
Núñez Feijóo ha prometido impedir que PAGAIN llegue a las Instituciones. Pero representantes del Partido Incendiario han respondido al Presidente de la Xunta, con prepotencia y cachondeo, que están seguros de que no será capaz de hacer nada contra ellos, y le han recordado que Rajoy prometió lo mismo de otros Partidos políticos, los vascos Amaiur y Bildu, que defienden los mismos planteamientos que PAGAIN pero en vez de con incendiarios con terroristas, y al final el valiente Presidente ni hizo ni dejó hacer.
Se ha filtrado a la prensa que en este caso el PP tampoco va a cumplir sus promesas, y que han decidido que es mejor dejar a PAGAIN que se presente, por el riesgo de que, si fuera ilegalizado, se podría producir una nueva oleada de incendios.
Crecen también los rumores de que los Incendiarios gallegos van a formar una coalición con Amaiur y Bildu para las próximas Elecciones Europeas, a la que se espera se sumen el Partido Machista Maltratador, el Partido Pro-economía Sumergida (PPeS), el Partido Emigrantes-No-Gracias, y el Partido Nueva Mafia. Todos esos Partidos aclaran que ninguno de sus dirigentes ni candidatos ha sido imputado en actos delictivos, y repiten que la actitud del PP les tranquiliza al haber dejado claro que no es motivo para su ilegalización el que protejan y encubran a cientos de delincuentes buscados por la policía, como tampoco lo es que se nieguen a condenar los delitos cometidos por sus simpatizantes y afiliados, ya sean incendios, actos terroristas, maltratos, fraudes, palizas, prevaricación, extorsiones o asesinatos.
Un incendio en los alrededores de Vigo, el pasado domingo.

domingo, 1 de abril de 2012

Un apagón, un gesto, una hora... un millón de años por y para el planeta.

Somos muchos los que hemos participado en "La Hora del Planeta", un apagón "ecológico" llevado a cabo en toda la tierra (en España comenzó a las ocho y media de la tarde) como gesto para recordar que todos somos responsables del cambio climático, y que el ahorro de energía es un aspecto muy importante para salvaguardar la salud de la tierra. Esta iniciativa de la organización WWF (World Wildlife Fund) se lleva a cabo desde hace seis años, y se ha convertido en la acción voluntaria por el medio ambiente más grande del mundo.
Esta noche, a la luz de una vela, les he hablado a mis hijas sobre lo que es un milagro: algo maravilloso, que no tiene una explicación. Nuestro planeta, el mundo en el que vivimos, la naturaleza, la vida... es un milagro. Hay quien piensa que lo ha hecho Dios, otros dudamos de esa hipótesis y reconocemos que no tenemos explicación para muchas cosas... pero no por eso deja de ser un milagro. Ese milagro no deja de asombrarnos, y nos debe llevar a agradecer estar viviendo en este increíble planeta: y si ese sentimiento es verdadero y humano, racional, nos tiene que llevar a cuidarlo, a protegerlo, a curarlo, a preservarlo, a convivir en armonía con todos los seres vivos...
Todos tenemos que contribuir a ese objetivo común. Pero no podemos dejarnos engañar por políticos manipuladores (todos presumen de ser ecologistas) ni por empresas que hacen anuncios naturalísticos y conmovedores mientras después están talando bosques tropicales o frenando el desarrollo de las centrales eólicas o solares (como Endesa y las eléctricas españolas). Hay un refrán que dice: "obras son amores, y no buenas razones". No vale de nada decir: hay que hacer. No es más ecologista el que más presume de serlo, sino el que más hace por el planeta. Y tampoco se puede pretender defender al planeta con violencia e ilegalidad.
La conciencia y el impulso ecológico se va extendiendo, y debe plasmarse en acciones concretas, de cada individuo, de las familias, de las empresas, de las comunidades y sociedades de cualquier tipo. Y también debe reflejarse en leyes, responsabilidad de quienes ostentan la representación democrática, que han de velar por el bien común y evitar que sigan dañando al planeta quienes sólo buscan su beneficio particular y a corto plazo. Y esas leyes deben ser globales, porque el que contamina en un sitio del mundo afecta a todos los demás habitantes. Hay que conseguir que la comunidad internacional se imponga sin miramientos a ciertos países y poderosas multinacionales que se resisten a cumplir los objetivos marcados y siguen haciendo daño a nuestro planeta.
Defender y fomentar las fuentes de energía limpias, reciclar y separar los residuos, consumir productos ecológicos y de la propia región en la que vivimos, usar el transporte público, luchar contra la contaminación y multar a quien contamina, educar a todos para que cuiden al planeta, moderar el consumo y no comprar productos fabricados en países o empresas contaminantes, controlar los ecosistemas, investigar y desarrollar nuevas iniciativas, seguir los consejos de los expertos independientes en cada campo... Por ese camino tenemos que avanzar, cambiando cada uno y la sociedad en su conjunto, haciendo los sacrificios que haga falta hacer, para rectificar el rumbo equivocado por el que la humanidad en su conjunto está derivando.
Este apagón voluntario ha sido un rato de oscuridad que ha aportado mucha luz para hacernos soñar y para comprometernos con un planeta más limpio y más sano, con un futuro mejor para todos sus habitantes.