jueves, 16 de noviembre de 2017

¿Puede un abogado mentir a los jueces para que condenen a un inocente? (En referencia a mi caso).

   Hace poco tuve la oportunidad de hablar con un experto en asuntos judiciales, y le pregunté si es legal que un abogado que presenta una denuncia contra un ciudadano pueda mentir en sus declaraciones, en sus preguntas en sala, en los escritos que dirige al juez..., para tratar de conseguir que ese ciudadano sea condenado.
   Me contestó que en principio sí podía mentir, pero que no veía posible o fácil que lo hiciera, porque las pruebas suelen ser muy claras, y si se va contra ellas se queda en evidencia. Le conté mi caso y todas las mentiras y calumnias que el abogado Alfonso Iglesias había dicho contra mí, y quedó asombrado. Me dijo que todo eso debía saberse.
   Voy a empezar centrándome en un ejemplo que lo deja muy claro.
   Mi abogado defensor Manuel Carpintero planteó en el recurso de apelación que, según los hechos probados, la aparición de la isquemia (falta de llegada de sangre al pie) y la consiguiente amputación de la pierna se podían y se debían achacar a las actuaciones del Dr. Lores, el cirujano vascular que fue quien realmente realizó la amputación (echándome a mí la culpa de ese lamentable resultado).
    Pues bien: el abogado Alfonso Iglesias respondió a esa proposición (en la pagina 17 del escrito de oposición que dirigió a la Audiencia Provincial de Pontevedra en junio) faltando a la verdad, pretendiendo engañar a los jueces, al afirmar que la juez de lo penal, en su sentencia, “procedió a efectuar un análisis.. de la actuación médico-quirúrgica llevada a cabo por el Servicio de Cirugía Vascular de Povisa y concluye que la misma ha sido -simple y llanamente- IMPECABLE”. (Se refiere a las actuaciones del Dr. Lores en el Hospital donde trabajaba, y donde se realizó la amputación dos días después de que la paciente fuera trasladada desde mi Hospital).
   Ese calificativo que emplea el Sr. Iglesias y pone en boca de la juez, “IMPECABLE” (y además lo pone en mayúsculas), es algo que se inventa, pues no aparece ni en mayúsculas ni en minúsculas, ni aplicado a la actuación del Dr. Lores ni en ningún sitio de la sentenciaProbablemente el Sr. Iglesias confía en que los jueces de la Audiencia Provincial le crean, y no revisen la sentencia, y asuman como cierto que la juez llegó a esa conclusión y empleó la palabra "impecable" para valorar todo lo que hizo el Dr. Lores. Pero eso no es verdad.
Juego de palabras en inglés:
abogado y mentiroso suenan muy parecido.
   Que la juez no considera impecables ni acertadas todas las actuaciones de ese cirujano vascular queda muy claro en la sentencia cuando reconoce (pág. 33) que el diagnóstico que hizo el Dr. Lores (“isquemia irreversible de más de 80 horas de evolución”, un diagnóstico que repite como cierto el abogado Sr. Iglesias) fue incorrecto. Y la juez también asegura (y es algo indudable) que no es cierto que a las seis horas del accidente la pierna ya no tenía salvación, como afirmó reiteradamente el Dr. Lores. Queda claro que ese cirujano vascular, al que se puede considerar presuntamente responsable de la amputación, actuó equivocadamente desde el principio.
   La juez en su sentencia no profundiza en si la actuación del Dr. Lores fue correcta o no: no entra a juzgarle porque no estaba imputado. Y dice, como de pasada, que algunos peritos consideran que ese cirujano vascular actuó correctamente. Pero otros peritos, expertos especialistas en Traumatología y en Cirugía Vascular afirmaron y demostraron lo contrario. Y desgranando los informes y las declaraciones de los médicos peritos que participaron en el juicio, se puede comprobar que todos ellos (incluso los de la acusación y las Forenses, carentes de práctica en medicina asistencial) encuentran contradicciones e incongruencias en las actuaciones y afirmaciones de ese cirujano vascular, y dan a entender que algunas cosas que dice son falsas.
   El abogado Sr. Iglesias parece muy interesado en distorsionar la verdad en este tema, tratando de convencer a los jueces de la Audiencia de que el Dr. Lores no cometió ningún error. Y por eso en ese mismo párrafo citado de su escrito, afirma que en la sentencia se efectuó "un análisis minucioso, exhaustivo, concienzudo y pormenorizado" de las actuaciones del Dr. Lores. Pero leyendo la sentencia es evidente que eso no fue así: que se dejaron muchos cabos sin atar. Por ejemplo, no se analizó que el Dr. Lores cometiera la imprudencia de no leer los informes antes de operar (algo considerado mala praxis por el Tribunal Supremo); ni que realizara la operación de bypass antes de poner el fijador externo (lo contrario a lo que indican los protocolos de su especialidad, algo destacado por peritos de ambas partes); ni las mentiras y manipulaciones interesadas y descaradas que realizó en sus informes (falseando datos médicos objetivos para encubrir su error, como el informe del radiólogo de su propio hospital que transcribió modificado a su informe, lo que cualquiera puede comprobar); ni que se empeñe en asegurar que no había ninguna circulación colateral (cuando todos los peritos -menos algunos de la acusación, que o mienten o están equivocados- y las pruebas objetivas -dos angioTACs con imágenes e informes que no dejan lugar a dudas- demuestran que sí la había, y que era muy abundante); ni cómo es posible que si la extremidad estaba en necrosis pudiera usar la vena safena de esa pierna para hacer su operación de bypass (algo que demuestra y reafirma que no había isquemia irreversible, y que el Dr. Lores miente). El Sr. Iglesias se empeña en mantener que el Dr. Lores realizó la sutura del bypass distal a una zona de la arteria poplítea que estaba sana, algo que todas las pruebas demuestran que es falso: esa arteria estaba trombosada desde la mitad hasta su final. Todo eso se explicó en el proceso, aunque algunas cuestiones no fueron comprendidas por los no-médicos, (incluida la juez del caso que decidió condenarme a pesar de manifestar que seguía teniendo dudas), debido a su complejidad, y ha sido pormenorizado por mi defensa en el recurso.
   Y si no se pudo hacer un análisis correcto de las actuaciones del Dr. Lores fue debido -entre otras cosas- a que en el proceso judicial no se permitió que fueran citados a declarar los facultativos del Hospital donde trabajaba (tal como mi defensa solicitó), que de haber ido al juicio habrían dejado todavía más en evidencia los graves errores y las mentiras de ese cirujano vascular. Efectivamente, el abogado de la acusación, el Sr. Iglesias, recurrió la petición de mi abogado y logró que no fueran aceptados esos testigos, que no fueran citados a declarar (lo que vulnera mi derecho a la defensa, que incluye poder presentar pruebas pertinentes), en beneficio de su evidente propósito de ocultar la verdad para lograr que me condenaran a mí en vez de al Dr. Lores.
   Estoy seguro de que el Sr. Iglesias sabe que yo soy inocente: que la amputación de la pierna no se produjo por nada que yo hiciera o dejara de hacer; y sabe quién es el verdadero culpable: aunque está claro que no le interesa reconocerlo. Quizá al principio del caso creyó de buena fe lo que decía el Dr. Lores, pero a estas alturas el Sr. Iglesias ya sabe que es una sarta de mentiras: si toda su versión fuera verdad, ese cirujano vascular no incurriría en tantas contradicciones y no tendría que haber mentido en sus informes; y al Sr. Iglesias no le habría importado que vinieran a declarar los médicos de Povisa.
   Las pruebas (entendidas correctamente) están todas de mi parte, y cualquiera que lo estudie con objetividad lo puede entender así. Como también entenderá mi apreciación de que el Sr. Iglesias lleva tiempo actuando de facto como abogado defensor del Dr. Lores: por eso afirmó, en el escrito citado, que considera la actuación de ese cirujano vascular, además de impecable, “digna de todo encomio y ajena, por supuesto, a la producción del resultado” (cuando dice "resultado" se refiere a la amputación). No solo plantea como perfectas todas sus actuaciones médicas, sino que -como se ha visto con el empleo de la palabra "impecable"- miente. Y lo hace para encubrir al Dr. Lores: pues si consigue que jueces y fiscales sigan pasando por alto los errores y las mentiras del Dr. Lores, y no se investigue su actuación, podrán seguir creyendo que fue en mi Hospital donde se produjo algún error que causó isquemia e hizo inevitable la amputación. Se ha demostrado que es falso que en mi Hospital se produjo isquemia, y ningún perito ha podido defenderlo con datos científicos: entre otras cosas, los datos clínicos, las imágenes de los angioTACs, las fotografías tomadas en Povisa y los análisis de sangre en todo momento normales lo prueban científicamente. El médico que diga que hubo isquemia antes del traslado falta a la verdad o es un ignorante. Pero si el Sr. Iglesias los sigue engañando será posible que ratifiquen la injusta sentencia condenatoria que he sufrido, basada en las mentiras de ese cirujano vascular repetidas y amplificadas por "su abogado defensor". Ambos, cirujano vascular y abogado, han constituido una simbiosis basada en la falsedad, en la que el Dr. Lores, que mintió desde el primer día echándome la culpa de la amputación, también sale altamente beneficiado: porque si con la ayuda del abogado Sr. Iglesias consigue que se dé por buena su gran mentira, su calumnia, nunca tendrá que asumir sus responsabilidades.Y así el abogado coruñés Alfonso Iglesias también conseguirá sus objetivos.
 Hasta aquí el ejemplo de su mentira "impecable", y comentarios que aclaran la cuestión. Pero son muchas las mentiras que ese abogado ha proferido durante este proceso. Ha mentido el Sr. Iglesias al afirmar reiteradamente, de palabra y por escrito, que en este caso se produjo una luxación de rodilla (falso); que la paciente durante el ingreso en mi Hospital tenía la pierna fría y pálida (falso); que tenía severos dolores que no respondían a analgésicos pautados (falso); que yo sólo le daba más y mas calmantes (falso); que la pierna tenía trastornos neurológicos ocasionados por isquemia y cada vez más llamativos (ambas afirmaciones son falsas); que la situación clínica y los pulsos se iban deteriorando paulatina y progresivamente (falso); que varias enfermeras no palparon el pulso (falso, solo fue una, y empleó una técnica no fiable); que la lesión de la arteria poplítea produjo una isquemia severa irreversible (falso); que el retraso de 15 horas entre el diagnóstico de la lesión y el traslado fue una decisión mía que perjudicó a la paciente (dos falsedades: el retraso se debió a la indicación de otro cirujano vascular, y no perjudicó a la paciente). Y el abogado Sr. Alfonso Iglesias también me difamó y calumnió públicamente, en sendas ruedas de prensa que organizó (en su campaña de linchamiento mediático contra mí), afirmando que la operación quirúrgica que yo realicé a la paciente 24 horas tras el ingreso fue "innecesaria y superflua" (falso), y acusándome de no atender las llamadas telefónicas que me hicieron desde mi Hospital (falso). Mentiras y más mentiras, y las pruebas lo demuestran.
   He compartido datos y opiniones con vosotros, amigos y lectores. Termino con una idea: cuando una persona causa daño a otra, debe responder por ello. ¿Pensáis que debo hacer algo contra ese abogado? Gracias por vuestra atención y apoyo.

 

 

martes, 14 de noviembre de 2017

Aumenta del paro en Cataluña (y disminuye en Vigo) debido al "Procés" independentista: el caso de los teleoperadores de Danone.

   ¿Quién no conoce el Grupo Danone? Es una importante empresa multinacional francesa dedicada a la alimentación, especialmente a los yogures. Fue fundada en Barcelona hace cien años, y en esa ciudad catalana tiene su sede para España.
   Tengo un conocido que va a empezar a trabajar para ellos aquí en Vigo, junto con otras 20 personas más. Su actividad consistirá en llamar por teléfono a tiendas, restaurantes, colegios, hospitales, residencias de ancianos, hoteles, etc de toda España, para concretar los pedidos y poder notificárselo a los distribuidores de los productos.
   Estos días les están formando a marchas forzadas en un cursillo para que puedan realizar bien ese trabajo. Y mi conocido me ha dicho que uno de los responsables de Danone les ha comentado que han tenido que tomar esa decisión de trasladar o crear este grupo logístico, aparte de por crecimiento de la empresa, porque esta temporada recibían muchos insultos y cancelaciones de pedidos al saber que los teleoperadores les llamaban desde Cataluña...
   Bienvenidos sean los 20 puestos de trabajo para Vigo, pero... qué tristeza para esos 20 nuevos parados que se supone se generarán en Barcelona (o al menos 20 puestos de trabajo menos).
   Son daños colaterales del proceso independentista, por culpa de esos gobernantes de la Generalitat (y sus aliados), fanáticos e ilegales, que nos ha despreciado, pretendiendo robarnos a más de 40 millones de españoles algo que es nuestro, Cataluña: una parte muy querida de nuestra amada España. ¿Acaso se creen que nosotros no tenemos sentimientos ni -lo que es más importante- no tenemos derechos como ciudadanos?
   No puedo dejar de añadir que considero tan culpables del empobrecimiento (entre otros efectos) que esta crisis va a causar, tanto a los nacionalistas como a los diversos gobiernos centrales del PP y del PSOE que durante décadas han dejado crecer esa enfermedad. Espero que ahora no hagan un tratamiento paliativo ni sintomático, sino que vayan a la raíz del problema. Aunque creo que para arreglarlo necesitamos nuevos políticos y nuevos partidos.
   PD: personalmente no estoy de acuerdo con el boicot a los productos catalanes, que perjudica a los ciudadanos, la mayoría de los cuales no son culpables sino víctimas del nacionalismo.

sábado, 4 de noviembre de 2017

La historia del olivo de Vigo, y por qué Vigo se llama "la Ciudad Olívica".

Escudo actual de Vigo, con
la Torre del Castro y el Olivo.
   La Iglesia de Santa María, situada en el centro histórico de Vigo, fue construida en el siglo XV en el lugar que ocupaba una antigua iglesia medieval (que según algunos escritores había sido de los Templarios). Esa Iglesia fue erigida Colegiata por el obispo de Tuy el 11 de junio de 1497 durante el reinado de los Reyes Católicos, quienes por cierto también favorecieron a Vigo acabando con el monopolio del comercio marítimo que hasta entonces tenía la Villa de Bayona.
    Esa Iglesia principal de Vigo tenía en su atrio un olivo singular, como lo tenían prácticamente todas las iglesias gallegas: olivos que cuidaban los párrocos y abades con el fin de obtener el aceite necesario para celebrar sus ritos sacramentales y litúrgicos (bendiciones, bautizos, unción de enfermos...). Y sabemos que muchas parroquias gallegas siguen manteniendo al lado de la Iglesia o de la Casa Rectoral un olivo...
  Según algunos relatos del siglo XVIII, el olivo de la Iglesia de Santa María de Vigo era especialmente grande y majestuoso. En escritos antiguos se refiere que los vecinos se sentaban a hablar y debatir bajo su sombra, y se afirma que hasta seis o siete zapateros o sastres podían trabajar juntos bajo el olivo sin molestarse unos a otros (Ver).
El escudo de Vigo en 1840, según Taboada Leal.
"Ramas de palma y olivo", dice en el texto.
   El año 1809, en plena guerra de la independencia contra los franceses, la explosión del polvorín que se había colocado junto a esa Iglesia de Santa María causó la destrucción del edificio, y dañó gravemente al olivo centenario. Pero un notable de la Ciudad consiguió salvar un esqueje del árbol, y lo plantó en un jardín de su propiedad que tenía en la Puerta del Sol de Vigo.
   En el mismo lugar donde había estado la Iglesia se construyó la actual Colegiata de Santa María, que se dotó de amplios muros de piedra para resistir posibles bombardeos desde barcos enemigos. A las dos calles que flanqueaban la nueva Iglesia Colegiata (construida entre 1816 y 1834) se les pusieron los nombres de calle de la Palma y calle de la Oliva, como siguen llamándose. La Palma representaba la victoria y la fortuna, y al Olivo se le considera el árbol de la paz, y representaba la fecundidad, la victoria y la recompensa.

   En esas fechas la corporación municipal estableció que el escudo de armas de la Ciudad fuera "un castillo, con una corona, enlazado y rodeado de ramas de palma y olivo": con esas palabras lo describe Nicolás Taboada Leal en su magna obra sobre Vigo publicada en 1840 (Ver).
   A partir de que en 1810 Vigo fue nombrada Ciudad (el 30 de octubre, por el Gobierno de la Regencia reunido en Cádiz, y como reconocimiento por la victoria sobre los franceses), Vigo experimentó un gran crecimiento: llegó a ser unos años capital de Provincia, se amplió el muelle de piedra, se fomentó la pesca y las fábricas de salazón, se consolidó el puerto como base principal para el comercio con América (lineas regulares desde 1855 con La Habana, Buenos Aires y Puerto Rico), se produjo una explosión demográfica que obligó a demoler las murallas para facilitar la expansión de la ciudad...

  El Olivo de Vigo trasplantado a la Puerta del Sol fue creciendo y comenzó a hacerse famoso...
   En esa época de romanticismo se pensaba que el olivo era un árbol eterno. Y como el Olivo de Vigo que había sido trasplantado a la Puerta del Sol se había hecho muy grande, algunos empezaron a decir que se trataba de un milagro, o al menos de un hecho prodigioso... Y se empezó a relatar la historia del Olivo de Vigo como algo mítico, destacando cómo había sobrevivido a la explosión que había destruido la Iglesia, y cómo tras estar a punto de morir, ahora ese árbol no paraba de crecer lleno de ramas y de frutos...
   Y la historia de ese Olivo se asoció a la resistencia frente a la adversidad, al renacer tras la desgracia, al crecimiento y a la grandeza..., cualidades todas ellas que se atribuían a la Ciudad Vigo: y Árbol y Ciudad se identificaron románticamente. Porque Vigo había pasado de ser un pequeño pueblo a punto de sucumbir ante los franceses a ser una gran ciudad... Y entonces, definitivamente, ese Olivo se convirtió en el principal símbolo y referente de la ciudad...
Reunión bajo el Olivo de Vigo, en 1936.
Ahora está de moda convocar las xuntanzas
en la farola de Urzáiz, o delante del Marco.
   Fue a mediados del siglo XIX cuando comenzó a llamarse a Vigo la Ciudad del Olivo. El año 1856 apareció el semanario La Oliva (que solo duró dos años). Y en 1885 se fundó la Sociedad La Oliva, cuya heredera es la actual Federación Viguesa de Peñas Recreativas El Olivo.
   En 1859, y para conmemorar los 50 años de la reconquista de Vigo, un retoño del Olivo que seguía en Puerta del Sol fue plantado con solemnidad en el Paseo de Alfonso, paseo que se inauguró ese mismo año, y que fue llamado así en honor del Príncipe de Asturias, Alfonso XII.
   Recientemente, expertos en botánica han calculado que el Olivo del Paseo de Alfonso tiene unos 200 años de vida lo que confirma que se obtuvo a principios del siglo XIX como retoño del que había estado junto a la Colegiata y después había pasado a la Puerta del Sol.


Atardecer en el Paseo de Alfonso. El
Olivo destaca, a contraluz sobre la Ría de Vigo.

   El actual escudo de Vigo, con el castillo y un árbol de olivo (ver imagen arriba), lo propuso y defendió en 1917, en la Real Academia Gallega, 
el cronista de la Ciudad de Vigo Marcelino Rodríguez Elías.
   Recientemente se ha publicado una noticia que refiere el hallazgo de un dibujo de ese escudo en un documento de 1.876 (VER) pero no hay datos que hagan pensar que en esas fechas ya se representara nuestro escudo así, y quizá sea una falsificación.
   La versión oficial del escudo actual fue aprobada por el Concello de Vigo en 1987.

   En 1932, durante el gobierno de la II República, un grupo de comerciantes y periodistas de la Ciudad promovió una colecta con la que hicieron una verja metálica para proteger y ensalzar al Olivo (Ver). La placa que colocaron en esa estructura (y que perdura) es de aquella fecha, y su texto dice así:


   DENTRO DE ESTA VERJA, OFRENDA DE LOS VIGUESES A SU ÁRBOL SIMBÓLICO, QUEDA HOY DEPOSITADA POR ELLOS LA PROMESA FIRME DE SU AMOR, DE SU LEALTAD Y DE SU ABNEGACIÓN POR LA CIUDAD AMADA. 14-AGOSTO-1932.



   Aprendamos la lección del olivo de Vigo, símbolo de nuestra ciudad, que acogió bajo sus ramas a todos los vecinos, que sobrevivió a la destrucción y creció gracias al cariño y al esfuerzo de todos los ciudadanos, trabajando unidos. Me gusta especialmente de esa placa que su texto no personaliza en nadie: es mucho más importante destacar que es el conjunto del pueblo de Vigo el que hace las cosas, a que en un momento determinado el alcalde se llame fulano o mengano...

  PD: Creo que no hará falta gastar mucha tinta sobre las leyendas que afirman que en Galicia había muchos olivos, pero que los Reyes Católicos los cortaron por venganza u odio a los gallegos... Son pura fantasía, mentiras interesadas que repiten políticos y profesores nacionalistas (para fomentar el victimismo y el antiespañolismo), engañando a nuestros hijos y a todo el mundo, que no tienen ningún fundamento: ni en la histórica ni en la botánica. Vean si tienen dudas el siguiente Mapa y su explicación...


Mapa de la distribución del cultivo de la aceituna en la cuenca del mediterráneo. REF.
Los olivos necesitan terreno muy seco y mucho sol para desarrollarse y dar fruto.
Y los Reyes Católicos no tienen la culpa de que en Galicia llueva mucho...
La ciencia botánica por sí sola resuelve cualquier duda, y desbarata
la "neoverdad" de los nacionalistas gallegos sobre los olivos, quienes afirman
que en Vigo había muchos olivos que fueron talados por los malvados Reyes de Castilla...