Publicado hoy en Atlántico. |
Estos 3 últimos años he presentado una docena de quejas y sugerencias al Concello de Vigo y a la Xunta sin que resolvieran nada: ni siquiera me respondieron. Para una vez que me contestaron del Concello diciendo que la calle que yo había pedido que arreglaran ya estaba arreglada, no era cierto: les mandé fotos del desastroso estado de esa calle, y desde entonces sigo esperando. En cambio, en las 5 ocasiones que acudí al Valedor do Pobo su oficina gestionó mi protesta, me mantuvo informado, y en algunos casos consiguió que la Administración hiciera las cosas como tenía que haberlas hecho desde el principio.
El día que los políticos dejen de vivir en su mundo, de abusar de los privilegios que ellos mismos se han concedido, de actuar en su propio beneficio o en el de su partido, y empiecen a legislar con justicia y a respetar los derechos de todos los ciudadanos, no sólo de los que les han votado, entonces la figura del Valedor y la del Defensor del Pueblo podrán desaparecer.
La inquisitorial campaña contra el Valedor iniciada estos días por PSdG, BNG y otros grupos, pidiendo su dimisión y transmitiendo a la opinión pública la falsa idea de que el Valedor no quiere que se atienda a las personas dependientes, está basada en la mentira.
Ante la inusitada reacción que se produjo en su contra, el Valedor hizo unas declaraciones públicas aclarando muy bien lo que había dicho: pero esos grupos siguen empeñados en entender lo que ellos quieren entender, en manipular las palabras del Valedor, acusándole de manera obsesiva y falaz de decir lo que no dijo.
Es totalmente razonable que el Valedor do Pobo, después de atender las quejas de miles de gallegos que acuden a su Institución porque según la ley de Dependencia tienen derecho a unas prestaciones que después en la práctica no se las conceden, y de tratar de que la Xunta y las Administraciones cumplan la ley sin conseguirlo, y a la vista de que no parece que el panorama vaya a mejorar por falta de presupuestos, el Valedor, en defensa de los ciudadanos y de la legalidad, haga esa reflexión, se plantee la posibilidad, la hipótesis, de suspender temporalmente la ley de Dependencia, pues esa Ley está creando falsas esperanzas en muchas familias que ni se han cumplido, ni se cumplen ni se cumplirán. Y eso no es culpa del Valedor sino de los políticos que nos han gobernado y nos gobiernan.
Son esos los políticos que se dedican a pelearse entre ellos para acaparar el poder, para entrar en los Consejos de Administración de Cajas, los que han arruinado el País, que no se han ocupado de proteger a los ciudadanos con leyes y controles que hubieran evitado abusos de los bancos (desahucios, ahorros bloqueados...), son los responsables de la paralización del Naval, de las Eólicas y de la economía en general, de las crecientes tasas de paro y pobreza, y de las desigualdades entre ciudadanos... Son los políticos que se dedican a repetir que vivimos en un estado de bienestar porque ellos sí que viven bien, y a prometer ayudas para todos, pero no tienen ni idea ni les preocupa cómo conseguir los fondos necesarios para poder dar esas ayudas. Porque han gestionado mal y se han gastado nuestros dineros en sus caprichos y amiguetes...
Hay que esperar a que muera un perceptor de ayudas de la Ley de Dependencia para poder pasarle esos fondos al siguiente de la lista de demandantes. No se pueden crear expectativas de ayudas si no hay dinero para ellas: los políticos deben modificar la ley de Dependencia para adecuarla al presupuesto real. El Valedor ha recibido más de 500 reclamaciones por este tema el pasado año. Hay que empezar a decir la verdad y modificar la que en el momento actual es una Ley utópica. Cuando los políticos que han hundido al Estado sean renovados por otros y empecemos a salir de la crisis y haya dinero, podrá atenderse de manera digna y sin engaños a los demandantes de esas prestaciones. Hasta ese momento, el único que les hace caso es el Valedor, que les consuela y responde siempre.
(Este artículo ha sido publicado hoy en Diario Atlántico: ver en edición digital).
Desde enero de 2007, un total de 135.292 gallegos solicitaron una prestación, se les concedió a 93.491 pero sólo cobraron 58.899
ResponderEliminarhttp://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/05/08/galicia/1336502455_268699.html
Y 20.000 gallegos más han solicititado ayudas pero están en lista de espera para ser evaluados!!!
Menos mal que este señor, el valedor, tuvo la decencia de dimitir. Las leyes están para cumplirlas.
ResponderEliminarNo entiendo el sentido de tu comentario, Aguardenteiro: el Valedor siempre ha sido decente, y no ha incumplido ninguna ley.
ResponderEliminarPersonalmente me entristece su dimisión: creo que se debe a que está harto de enfrentarse a políticos sectarios cargados de prejuicios e incapaces de entender el verdadero sentido de sus palabras. Y harto de enfrentarse a los medios de comunicación que son la voz de su amo.
Al final quien ha salido perjudicado es el pueblo. Y los políticos seguirán sin cumplir sus propias leyes y sin tener a un Valedor que sea su pepito grillo, su conciencia, que les venga a decir que si no van a poder hacer algo, ni lo prometan ni lo legislen: que no construyan la casa por el tejado. ¿Acaso tu ves bien que un padre le prometa a sus hijos que todos los domingos les va a llevar a un parque de atracciones, y después no les lleva porque no tiene dinero?. ¿No debería ese padre hablar con los hijos y decirles: hasta que no tengamos dinero, retiro mi promesa? Eso es lo honrado y decente. Y eso es lo que los políticos no quieren hacer. Según tu razonamiento (decencia y cumplimiento de la Ley) son los Parlamentarios gallegos los que tendrían que dimitir, y no el Valedor do Pobo.