domingo, 18 de agosto de 2013

Héroes independentistas que no existieron, en una Euskadi que nunca fue independiente. Propaganda antiespañola en Gaztelugatxe (3 de 3).

Cientos de turistas visitan a diario Gaztelugatxe.
El último episodio relatado en la información que se ofrece al turista que visita Gaztelugatxe presenta como real lo que no pasa de ser una leyenda local, deformando interesadamente los hechos históricos, ridiculizando al Rey de Castilla.
Dice así el final del texto del panel informativo de bronce que estoy comentando (ver abajo enlace a las 2 entradas previas), situada en el arranque del puente a Gaztelugatxe: “Las siguientes referencias que mencionan al castillo nos llevan a 1334 cuando este lugar sirvió de refugio para algunos nobles vizcaínos seguidores de Juan Núñez de Lara que se enfrentaron al Rey de Castilla Alfonso XI. Entre ellos los bermeanos Juan de Mendoza y Martín de Aróstegui, los cuales resistieron durante más de un mes los ataques del rey castellano, e hicieron batirse en retirada a las tropas del mismo.
Una vez que se superan los 237 escalones y se llega a la cima, se debe tocar la campana de la Iglesia, tal como manda la tradición (unos dicen 13 veces, y otros sólo tres); y tras descansar un rato contemplando la belleza de la agreste costa vizcaína y la majestuosidad del mar cantábrico, el turista interesado puede leer un panel de cerámica (ver siguiente foto), situado en la pared sur de la Iglesia de San Juan, que aumenta la información (y la manipulación). Uno de los párrafos abunda sobre el tema, y dice así: “El año 1334 el rey castellano Alfonso XI intentó usurpar el señorío de Bizkaia a D. Juan Núñez de Lara, que se sublevó haciéndose fuerte en el peñón de Gaztelugatxe. El rey castellano lo cercó entre los meses de junio y julio. No pudiendo derrotar a los rebeldes firmó un armisticio con los mismos y retiró finalmente sus tropas.”

Vamos a repasar la historia dejando en evidencia la manipulación y falsedades que contienen esas informaciones.
Imagen del texto de la cerámica colocada en
 la pared  exterior de la Iglesia de San Juan de Gaztelugatxe.
En 1334 María Díaz de Haro, décima Señora de Vizcaya, renunció a su cargo y se retiró a un convento. Aunque el Señorío jurídicamente no era hereditario, en la práctica y por costumbre el Rey de Castilla confirmaba su transferencia al legítimo heredero, que en este caso era la nieta homónima, María Díaz de Haro, llamada María "la segunda".
Pero el Rey de Castilla Alfonso XI no quiso conceder el Señorío a esa dama, y retuvo el título y cargo de Señor de Vizcaya en su posesión, a lo que tenía derecho (ya que el Señor representaba al Rey y actuaba en su nombre). El motivo para tomar esa decisión fue que la heredera del Señorío ésta estaba casada con Juan Núñez de Lara, magnate castellano enemigo declarado del Rey, y cabecilla junto con el Conde don Juan Manuel de las intrigas y guerras internas que asolaban al reino de Castilla, fomentadas por los reyes de Aragón y de Portugal.
El rey Alfonso XI pactó una tregua con los musulmanes e inició una campaña para pacificar su reino y acabar con los nobles rebeldes. Tras hacer huir a ambos cabecillas, decidió dirigirse a Vizcaya para hacer jurar vasallaje a los nobles que se habían mostrado partidarios de restituir el señorío a María Díaz de Haro II (que estaba refugiada en Francia): pasó por Orduña, Bilbao, Bermeo y Guernica; y los nobles e hidalgos recibieron y honraron a Alfonso XI como Señor. El rey decidió instalarse en Bermeo, donde las autoridades de la villa le acogieron y le pidieron que no tomara represalias, a lo que el rey accedió; pero sabedor de que algunos caballeros partidarios de María Díaz de Haro II (y por lo tanto del principal enemigo del Rey, Juan Nuñez de Lara) se negaban a presentarse ante él y se habían refugiado en algunos castillos y ermitas (la crónica de Alfonso XI cita cuatro lugares, pero otras crónicas dicen que sólo fue en el castillo de Unceta), mandó a sus tropas cercar el asentamiento de rebeldes más cercano, que era “la peña de San Juan”, situada a dos leguas de la villa marinera. Se inició el sitio, vigilando los soldados del Rey el acceso a la Isla que ahora se conoce como Gaztelugatxe. Al rey Alfonso XI tampoco le interesaba derramar sangre en Vizcaya, y cuando llevaba un mes en Bermeo supo que los magnates rebeldes estaban causando daños en sus posesiones en tierras de Castilla, y especialmente Juan Núñez de Lara que se había refugiado en la fortaleza de Lerma. Entonces Alfonso levantó sus reales y se fue a Burgos, dejando una guarnición en Bermeo con la misión de construir una muralla y de vigilar a los rebeldes refugiados por los montes. Tiempo después el Rey Alfonso XI venció a Juan Nuñez de Lara en Lerma y le obligó a someterse y a entregarle rehenes y castillos: y tras recibir su juramento de fidelidad, Alfonso XI dejó de usar el título de Señor de Vizcaya, otorgando a María Díaz de Haro el Señorío de Vizcaya; Juan Núñez de Lara pasó a ser Señor consorte de Vizcaya y a partir de entonces fue un gran colaborador de Alfonso XI, distinguiéndose con sus mesnadas vizcaínas en la famosa batalla del Salado (1340) y recibiendo los títulos de Alférez del Rey y de Mayordomo Mayor del Rey.
Los nombres de los dos bermeanos que según la información que se ofrece a los visitantes estaban entre los guarecidos en Gaztelugatxe que derrotaron e hicieron huir a las tropas castellanas, Juan de Mendoza y Martín de Arístegui, son un invento de algún escritor creador o confirmador de mitos locales: he buscado sin encontrar referencia alguna antigua y fidedigna de esos dos personajes (los hallazgos apuntan a que no son personajes reales, pues no se mencionan entre los ancestros de esos apellidos) (Si alguien tiene información al respecto, agradeceré conocerla para rectificar si estoy equivocado).
Escalera, puente y costa, desde la cima.
Y cualquiera que haya bajado por la abrupta pendiente desde el aparcamiento del Caserío Eneperi hasta el puente que se asienta en las rocas (ver foto), y tenga un mínimo sentido crítico, se dará cuenta de que no es imaginable un asedio militar en ese lugar, un cerco prolongado dos meses, como nos quieren hacer creer.
La cerámica de la pared de la iglesia actual reconoce y ratifica de algún a manera (es una confesión probablemente involuntaria) toda la manipulación que se lleva a cabo desde el nacionalismo. Se puede leer en ella (refiriéndose a Gaztelugatxe): “Los escritores románticos del s. XIX, coincidiendo con el nacimiento del nacionalismo vasco, lo reivindicaron como un símbolo de la soberanía nacional, rememorando la heroica defensa que desde lo alto del peñón se hizo de la independencia de Vizcaya.” Fin de la cita.
Es mentira que se pretendiera la independencia de Vizcaya. Pero los nacionalistas, organizados como una estructura que controla los resortes de todo el poder político y económico vasco, manejan a su interés la educación y la cultura en esa parte de España. Ya no sólo comen el coco a los niños que estudian en Euskadi; también pretenden hacerlo con los turistas que lo visitan, como hemos visto.
La confesión nacionalista, en el párrafo central.
Tienen todo el derecho del mundo a defender sus ideas políticas y a tratar de alcanzar la independencia. Pero deben hacerlo por vías democráticas, sin permitir ni encubrir la violencia en ningún grado, y sin engañar a los ciudadanos faltando a la verdad.

Pienso que los españoles que estamos en contra de la fragmentación de España y a favor de su unión, y de la Unión Europea y mundial, de la desaparición de las fronteras..., debemos insistir en la difusión de la verdad y en la educación de las nuevas generaciones, echando por tierra las falsedades históricas, refutando las falsas teorías de que son países invadidos que deben luchar contra enemigos opresores y traidores, y acabar también con el exclusivismo intolerante y xenófobo (rechazo y hostilidad al extranjero), recuperando la libertad de expresión que tienen secuestrada (en el País Vasco y en otros sitios) con el arma del pensamiento único y de las amenazas hacia los que no están del lado de las teorías nacionalistas y antiespañolas. Hay que curar a la sociedad y a cada individuo infectado que asume creencias fundamentalistas, que desprecian el principio de la radical igualdad de todos los seres humanos, independientemente del lugar de nacimiento o de residencia, de su idioma habitual, de sus opciones o condiciones…

Entradas previas sobre la información nacionalista que se ofrece en Gaztelugatxe:
1 de 3: http://pedrolarrauricandidatoupydvigo.blogspot.com.es/2013/08/nacionalismo-vasco-y-manipulacion-de-la.html
2 de 3: http://pedrolarrauricandidatoupydvigo.blogspot.com.es/2013/08/la-falsa-historia-de-una-euskadi.html

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