sábado, 2 de marzo de 2019

"Le amputan la pierna en Povisa para salvar su vida". Cualquiera que haga un esfuerzo puede entender que los jueces condenaron al médico que no era el culpable.

   Leo la noticia que dice que el Hospital Povisa de Vigo patrocina la carrera deportiva de un gimnasta, tras amputarle una pierna para salvar su vida... La paradoja es que ese Hospital fue donde se realizó la amputación de su pierna: y según los datos médicos, fue por culpa de un error de un médico de ese Hospital, el mismo médico que realizó la amputación...


   ¿Por qué hay que amputar una pierna para salvar la vida?
   Cuando una persona deja de respirar más de tres minutos se muere (porque no le llega oxígeno al cerebro y se mueren sus neuronas); algo parecido le pasa una un extremidad (por ejemplo una pierna) cuando no le llega sangre y transcurren más de seis horas: se puede decir que la pierna se muere...
   Si la circulación de la sangre se interrumpe más de seis horas, las células y los tejidos de la pierna (sobre todo los músculos) comienzan a morirse, en un proceso llamado necrosis, que se considera completo tras ocho horas de falta de circulación. Y al morir las células liberan unas sustancias tóxicas que cuando pasan al resto del cuerpo pueden ocasionar la muerte, sobre todo por afectar a los riñones y provocar un fracaso renal, o por embolias, o por infección...
   Cuando se instaura una isquemia (falta de llegada de sangre) en una extremidad se producen unos síntomas y signos característicos: un dolor muy intenso, color pálido y después morado (cianosis), piel fría, insensibilidad completa... Y al llegar a la fase de necrosis (seis horas tras comenzar la isquemia) aparecen alteraciones en los análisis de sangre (por las sustancias tóxicas mencionadas), y se producen lesiones cutáneas evidentes (gangrena) y rigidez de la extremidad ("rigor mortis").
   Por eso, ante una pierna que lleva más de seis u ocho horas en isquemia, y en la que se confirma que hay necrosis irreversible, lo que tiene que hacer cualquier médico cuanto antes es amputar la pierna, para evitar la muerte del paciente.

   En el presente caso sabemos que el accidente de la gimnasta se produjo un jueves por la tarde. Yo fui el Traumatólogo que atendió a la paciente durante los tres primeros días tras la caída. Le hicimos dos Resonancias, un AngioTAC y una operación de la rodilla. Controlamos exhaustivamente su evolución, que fue buena. Tras tres días y medio (el lunes por la mañana) trasladamos a Povisa a la paciente para solucionar una trombosis localizada de la arteria poplítea de la rodilla. Aunque las lesiones de la rodilla eran graves (producidas por la caída), la pierna no tenía isquemia. La historia clínica demuestra que el día del traslado la paciente tenía poco dolor, la temperatura de la pierna era normal, el color de la piel también era normal (y hay fotos que lo demuestran, tomadas seis horas tras el traslado), se mantenía sensibilidad en el pie (aunque disminuida por un estiramiento del nervio producido también por la caída), los análisis de sangre eran normales, y el nuevo AngioTAC que se hizo al llegar a Povisa demostraba llegada de sangre al pie a través de las tres arterias de la pierna permeables.
    El lunes por la tarde la paciente fue operada en Povisa, primero por un Cirujano Vascular (la operación duró cuatro horas) y después por un Traumatólogo (una osteosíntesis, fijación de los huesos de la pierna, que duró casi dos horas más). A continuación pasó a la zona de postoperatorio de la UCI. Allí estuvo todo el martes, y allí aparecieron los primeros signos de isquemia: sobre todo un dolor insufrible que obligó a colocar un catéter epidural el martes por la mañana. Sin embargo la isquemia todavía no era completa, pues entre otros datos se registró en los informes de la UCI de ese martes que la pierna estaba pálida (y no con cianosis), se mantenía sensibilidad en el pie, y además los análisis eran normales (descartando necrosis muscular por isquemia). Posiblemente ese martes se produjo la isquemia definitiva, que duró más de seis horas, y aparecieron nuevos datos: pero no lo sabemos con seguridad porque Povisa lo ocultó y no entregó toda la información médica, y curiosamente los Jueces no les exigieron que lo hicieran, ni quisieron investigar lo que había pasado en ese Hospital durante esos dos días, antes de la amputación, porque desde el primer momento ya tenían decidido que yo era el culpable... Y por eso me condenaron, creyendo lo que decía ese Cirujano vascular, y sin querer tener en cuenta todos los datos objetivos que probaban que mentía y que el culpable de la amputación había sido él.
   Y el miércoles por la mañana (el sexto día tras el accidente) la paciente fue de nuevo al Quirófano de Povisa, donde ese Cirujano Vascular le amputó la pierna...
   Por los datos de la Historia Clínica sabemos que el Cirujano Vascular de Povisa no hizo bien su operación, pues como él mismo reconoció (y se probó en la autopsia de la rodilla) realizó la salida del bypass a la tercera porción de la arteria poplítea, que era una zona que estaba toda ella trombosada. Cometió ese error porque -como también reconoció- no había visto las pruebas ni leído mis informes. Para colmo, las maniobras y el manejo de la rodilla que se hizo el lunes por la tarde en el quirófano de Povisa, provocaron como complicación la obstrucción de la circulación colateral que había, y desencadenaron (a partir de ese lunes por la tarde) el estado de isquemia, dejando a la pierna sin sangre. Para encubrir su fatal error, el mencionado Cirujano Vascular (que se jubiló un mes después de su brillante actuación) mintió y falsificó sus informes (como quedó demostrado en el juicio y cualquiera puede comprobar, aunque los Jueces no quisieron tenerlo en cuenta), y me acusó a mi de haber realizado el traslado cuando la pierna ya estaba en una situación de isquemia irreversible, llegando a asegurar que la isquemia ya se había producido en el momento del accidente porque se había cortado la arteria, algo que todos los peritos y los propios jueces dijeron que era imposible.
   Si fuera verdad lo que ese Cirujano Vascular decía, tendría que haber amputado la pierna nada más llegar, el lunes al medio día, para salvar la vida de la paciente... Y hubiera resultado absurda la operación de osteosíntesis que el Traumatólogo de Povisa realizó el lunes, a última hora de la tarde (operación que empezó seis horas después de realizarse el traslado): ningún Traumatólogo operaría nunca una pierna "muerta", que llevara más de seis horas en isquemia. Otro dato que demuestra que ese cirujano vascular mentía es que usó para hacer el bypass la vena safena de la pierna derecha, que estaba en perfecto estado: y si la pierna hubiera estado necrosada no habría podido usarla...
   Todo lo cual prueba que la isquemia comenzó en Povisa, y que nada de lo que yo hice o dejé de hacer influyó en el resultado de la amputación (salvo trasladar a la paciente a Povisa, por orden de la Compañía de Seguros): y es indudable que el verdadero culpable de esa amputación no fui yo, sino el Cirujano Vascular de ese Hospital, que ahora patrocina a la gimnasta...


Esquema del bypass que hizo el Cirujano Vascular de Povisa
sobre las arterias de la rodilla tal como se veían en el angioTAC.
 En amarillo, arriba, la arteria femoral y la primera porción de la poplítea,
y abajo las tres arterias de la pierna. No hay ninguna duda de que
suturó la vena safena (tubo azul) en plena zona de trombosis (relleno
en azul) en la tercera porción de la poplítea. Por eso fracasó.
El Cirujano Vascular Dr Lojo, de la Clínica Quirón, explicó en el juicio que él hubiera actuado de otra manera: poner primero el Fijador Externo, usar la vena safena de la otra pierna, y realizar la salida del bypass a la arteria tibial posterior, tal como se puede ver en este esquema. Aunque en medicina y en cirugía no todas las intervenciones salen siempre bien, si se hubiera hecho así es casi seguro que la pierna no hubiera tenido que ser amputada, aunque las graves lesiones que se produjo en su rodilla le hubieran ocasionado a la paciente importantes secuelas que le hubieran limitado mucho, impidiéndole con toda seguridad la práctica del deporte.


   Para saber más:

   - "Errores, contradicciones y mentiras de Manuel Lores, el verdadero responsable de la amputación de la pierna de la gimnasta de Vigo". VER.

    - ¿Puede un abogado mentir a los jueces para que condenen a un inocente? (En referencia a mi caso). VER.

    - La manipulación interesada en el informe pericial de un cirujano vascular de Ourense en el caso de la gimnasta de Vigo que sufrió la amputación de una pierna. VER.

   - Mi queja a la Xunta por la actuaciones de dos médicos Forenses del IMELGA de Vigo en el caso de la gimnasta que sufrió la amputación de una pierna. (Donde también se evidencian los errores y las mentiras del ex-cirujano vascular de Povisa). VER.



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