miércoles, 8 de marzo de 2017

En el día de las mujeres: a las mujeres de mi vida.

   En el día internacional de la mujer (o de la mujer trabajadora, que es lo mismo) quiero escribir unas letras sobre las mujeres más importantes de mi vida.
   Primero, sobre la mujer con la que comparto mi vida, a la que conocí cuando empezó a trabajar de secretaria en la consulta de traumatología en el Hospital donde yo trabajaba. Había sido seleccionada entre otras muchas personas por su capacidad profesional, pero también destacaba por su amabilidad, su alegría, su dedicación... por su belleza integral (no solo física). Como decimos de broma: yo me llevé a la mejor secretaria y ella se fue a casa "con un trauma" (por lo de mi especialidad). Llevamos 20 años juntos y quiero envejecer con ella. Formamos un buen equipo, y nos esforzamos día a día por hacernos felices.
   Después de casarnos ha trabajado esporádicamente en diversos sitios: pero su dedicación habitual ha sido el hogar y el cuidado y la educación de nuestras hijas. Hemos sido unos afortunados pudiendo vivir con mi salario (y pudiendo ayudar a familiares en apuros y a algunas ONGs). Nos distribuimos el trabajo de la familia: yo trabajo más fuera, y ella más dentro; y aunque haya quien piense que eso no es bueno, nosotros estamos encantados con nuestra vida.
   El trabajo del hogar es una tarea exigente, y yo siempre pregunto a mis pacientes mujeres: ¿trabaja en algo fuera de casa? Porque sé que en casa las mujeres tienen un trabajo. Espero que algún día se considere ese un trabajo productivo (lo es, sobre todo educar a los hijos) y tenga el reconocimiento social y económico que se merece. Además, mi mujer dedica tiempo a varias ONGs (Banco de Alimentos y Cruz Roja) y al colegio (forma parte activa de la asociación de padres ANPA). ¡Viva mi mujer!

   Mi madre fue la primera mujer de mi vida y estos días celebramos su 80 cumpleaños. Aparte de ser ama de casa, también trabajó muchos años en "Stanhome, productos para el hogar", desde los años 70: primero recorriendo Madrid haciendo reuniones de venta (los domingos le ayudábamos a distribuir los pedidos en bolsas), y después como Jefa (directora de un grupo de 200 vendedoras: toda una empresaria y de éxito!). Pero su mayor aportación al mundo fue tener siete hijos (de los que puede estar orgullosa con motivo), que estamos desperdigados por toda la geografía (hasta Kiev) contribuyendo a que el mundo sea mejor. ¡Gracias mamá!

   Estoy encantado de tener dos hijas. Considero que en general las hijas mujeres son más listas, más cariñosas, más hogareñas, y más pacíficas (y eso lo compruebo con mis sobrinos) que los hijos varones. Y poco a poco la civilización y nuestra sociedad va disminuyendo las discriminaciones a las que las mujeres han sido sometidas y todavía padecen. Sé que el problema es de educación, y que es difícil conseguir que todo el mundo valore a cada persona primero y sobre todo como persona, independientemente de su sexo y de su aspecto y de su dinero... No soy muy "de gestos", y pienso que lo que habría que hacer es fomentar ese tipo de educación en el respeto, exigir a los padres que eduquen bien a sus hijos, o suplir mejor ese déficit (en el colegio o con una atención social y extraescolar obligatoria); y acabar radicalmente con todo el sexismo y la violencia y la mala educación que impera en los medios de comunicación, programas de TV, internet y videojuegos: están haciendo un gran daño, fomentando la sexualización de las personas, dejándolas a merced de sus instintos más primarios, cosificando a las mujeres y fomentando el machismo y la violencia.

Mi sobrina (circulo rojo)
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   Hay otras muchas mujeres en mi vida a las que querría rendir homenaje. A mi abuela (la Yaya) que tanto me cuidó y enseñó. A mi tía Ditas que murió este año en Filipinas (DEP). A mi suegra, que es muy especial y con la que me llevo muy bien: está trabajando en una organización de carácter espiritual y lleva un tiempo atendiendo a refugiados: estuvo en el norte de Brasil acogiendo a venezolanos, y ahora acaba de regresar de pasar unos meses en Grecia dedicada a labores humanitarias. A mis tres hermanas, la alegría de la familia y especial apoyo en momentos duros. A mis dos sobrinas mayores, que trabajan una en los barrios más pobres de Madrid, y la otra desde hace años en Mozambique, cuidando y educando a niñas huérfanas y a enfermos (y en una leprosería). A otras mujeres que han estado unidas a mi vida: a las de la "administración" de los centros del Opus Dei (donde viví hace ya muchos años, y a las que nunca pude darles las gracias); a Amelia, entrañable amiga y asesora espiritual; a la abuela Nieves (que llegó a los 107 años), a María Luisa, a Milagros, a Marisa, a las chicas del grupo "Buenas amistades"...

   Y mi especial reconocimiento y agradecimiento a las mujeres con las que día a día trabajo en el Hospital El Castro de Vigo, administrativas, enfermeras y resto del personal, en consulta o en urgencias, o en quirófano o en planta o en administración... He tenido la suerte de encontrarme con una riqueza humana en algunos casos difícilmente superable.
   He integrado en mi vida, gracias al aprendizaje y al esfuerzo, una manera de relacionarme con las personas viéndolas y tratándolas a cada una como una persona original, no como hombre o mujer. Mi educación en el cristianismo y mi profesión de médico me han ayudado. Pero debo reconocer que, además de ser personas, esas mujeres, todas la citadas en este texto y otras muchas que no cito pero tengo en mente, aportan un elemento especial, un encanto difícilmente definible, que ilumina y alegra mi vida y el mundo.
   Espero que en el ámbito de las diferencias entre mujeres y hombres, sigamos avanzando hacia la equidad, erradicando toda discriminación y toda violencia. ¡Gracias y felicidades a todas las mujeres!


2 comentarios:

  1. Tu eres "uno de los hombres de la vida" de muuuchas de esas mujeres que nombras, y somos muy muy afortunadas de tenerte TANTO y siempre tan cerca! <3
    Gracias hermanito, te queremos muchísimo todos.

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  2. Quiero felicitar a todas esas mujeres q haces referencia tu madre, abuela,hermanas, hijas, compañeras y esposa a todas x esas labores increible y maravillosas q haceis cada una , también quiero dirigirme a usted dr larrauri xq me impresiona no solo lo buena persona q es como médico si no también x sus detalles saber valorar a aquellas personas q le rodean y sentimientos sinceros, esa empatía q le caracteriza, saber ponerse en la piel de sus pacientes y hacer posible q el dolor sea soportable , una vez más quiero q sepa q yo estoy muy agradecida x su apoyo y siento una gran admiración, ojalá y hallan más profesionales como usted. Maidelis

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