martes, 14 de marzo de 2017

¿Son el 16% de los españoles fanáticos intolerantes? Aunque no soy creyente ni comparto ideas de HazteOir, defiendo su derecho a exponerlas y a defenderlas, y considero improcedentes y punibles la censura y los insultos y las agresiones que han recibido.


   En una encuesta realizada por El País, el 16% de los lectores opinantes votaron que hay que prohibir la campaña de HazteOir porque incita al odio. El 84% restante opinamos lo contrario. (Ver captura:)

   Confieso mi asombro y preocupación al comprobar la reacción y el escándalo que ha montado personas y colectivos que opina igual que ese 16%, pero que además han criticando violentamente a la asociación Hazte Oir, tratando de impedir (e impidiendo en algunos casos) que expongan sus ideas en contra de la educación para la elección de género y a favor de la libertad de los padres para educar a sus hijos según sus valores y convicciones, rechazando adoctrinamientos ideológicos en la enseñanza.
   Yo no soy de HazteOir ni comparto muchas de sus propuestas (como puede comprobarse abajo), pero defiendo la libertad de expresión para todos.
   Da igual que esté más o menos de acuerdo con lo que dice esa asociación o con lo que dice el colectivo LGBT: defiendo que ambos puedan expresarse, hacer campañas y poner carteles, en el marco de la legalidad y del respeto a los demás.
   La libertad de expresión es sagrada: es uno de los derechos humanos fundamentales. Yo puedo expresar mi punto de vista, mantener una postura que vaya en contra de las de todos los demás, dar mis argumentos, refutar los de otros... pero estoy obligado a permitir que el resto haga lo mismo que yo. Si no dejase a los demás expresarse con libertad, estaría poniendo en peligro a mi propia libertad de expresión, no tendría derecho a exigirla.
   Y por eso en este caso me llama tanto la atención que tanta gente se considere con derecho a exigirle a los demás que no pueden decir tal o cual cosa porque están equivocados, y que para justificar su censura se inventen falsos agravios y odios inexistentes.
   Si alguien percibe injurias en lo que otro dice, o incitación al odio o a la violencia, puede y debe denunciarlo: y la justicia (y la policía en su caso) cumplirán su cometido para evitar abusos. Pero en este caso parece claro que HazteOir no ha incurrido en ningún delito.
   Los enemigos de la libertad de expresión han quedado en evidencia: les ha salido el tiro por la culata. Desde mi punto de vista, los que acusan a esa asociación de odio, de eso que llaman "transfobia" (un odio que solo ven ellos, que objetivamente no existe), no han sido capaces de valorar objetivamente lo que dice HazteOir.
   Y la desaforada reacción de muchos les ha hecho caer en actitudes propias de un régimen totalitario. Incluso violentas. Actitudes que la sociedad democrática y tolerante en la que queremos vivir debe tratar de que desaparezcan, porque resultan peligrosas.

   Se le atribuye a Voltaire (pero no es suya) la frase: "Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo". Da igual quien dijera la frase: creo que expresa muy bien lo que todo miembro de la sociedad democrática en la que vivimos debería tener asimilado y pensar. Y aunque defendamos que alguien piense y diga lo contrario, por ejemplo que no comparta las ideas de HazteOir, no le podemos dejar que impida el libre ejercicio de la libertad de expresión, ejercida dentro de la legalidad.

   Y por si alguien piensa que digo todo esto porque soy parte interesada, quiero dejar claro que no comparto la mayor parte de las ideas de la asociación HazteOir (ver en su web), como se puede comprobar a continuación, porque, con todos mis respetos a los que piensan y defienden y luchan por lo contrario, yo:
   - Defiendo el aborto (VER), y como médico considero adecuada una ley de plazos, y que la intervención de aborto debe ser un servicio público prestado por la sanidad pública.
   - Defiendo la eutanasia (VER), y considero necesario que se regule cuanto antes que quien voluntariamente quiera dejar de vivir, lo pueda hacer sin ninguna traba y con ayuda de los servicios públicos.
   - Estoy en contra de los privilegios de la iglesia católica (VER), precisamente por ser privilegios (al igual que por ejemplo los privilegios forales de vascos y navarros), y estoy además en contra de cualquier adoctrinamiento de ideas religiosas o políticas pagado con dinero (el que quiera ir a catequesis o a un mitin de un partido que se lo pague). Rechazo tajantemente las acusaciones de que los que abortan son unos criminales o de que los homosexuales son unos enfermos, acusaciones que hacen algunos obispos y creyentes (no todos por supuesto), y creo que esas acusaciones deberían ser delito.
   - Estoy a favor de la libertad de opción sexual y del matrimonio homosexual (VER), en igualdad de condiciones con el matrimonio heterosexual, y estoy en contra de cualquier discriminación a personas homosexuales o transexuales.

   PD: Me hace "gracia" que quienes han demostrado su intolerancia califiquen a HazteOir de "ultracatólicos", añadiendo al nombre de la religión que profesan una etiqueta (ultra) que se aplica a extremistas políticos, que se relaciona con los nazis y con otros grupos violentos. Es una manipulación del lenguaje, pues HazteOir solo defiende las ideas del catolicismo (ni ultra ni infra), y no se le reconoce ninguna acción ni tendencia violenta, ni comparte ninguna idea política nazi. Esas personas demuestran ser, además de intolerantes, falsos y manipuladores.



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