(Artículo publicado hoy en Faro de Vigo: ver en la edición digital.)
Es indignante ver cómo el PSOE y el PP llevan años negociando con los nacionalistas y concediéndoles injustos privilegios a cambio de su apoyo. Todos los españoles tenemos que tener los mismos derechos y obligaciones. A nadie le puede parecer bien que el Gobierno reduzca los impuestos a los habitantes de una Comunidad y se los aumente al resto de los españoles; o que invierta mucho más en unas zonas que otras, y no para compensar desigualdades sino por favoritismo o para ganar votos en un determinado sitio. Todo político que ejerza funciones de gobierno, aunque procure lo mejor para sus representados, debe actuar buscando el bien común, aplicando el criterio de una distribución justa y equitativa de las cargas y los recursos.
Y sin embargo, los grupos nacionalistas que llegan a Madrid tratan de conseguir ese tipo de privilegios para su Autonomía. Zapatero aprobó los últimos Presupuestos Generales del Estado gracias a los 6 votos del PNV. Desde entonces, y es sólo un ejemplo de la injusticia cometida, la Comunidad Autónoma Vasca cobra 3.744 euros por cada uno de sus parados; la valenciana 617, la murciana 640…Se calcula que 500 millones de euros salieron de Madrid para Euskadi tras esa negociación. Resulta inmoral y corrupto. El excesivo poder que tienen los partidos nacionalistas en el proceso de toma de decisiones que afectan a España va contra la equidad en el Estado. Por eso decimos que no queremos que decidan los nacionalistas.
Me ha sorprendido leer estos días en la publicidad del BNG: "Somos la única garantía de que Galiza estea presente no Parlamento do Estado". Es un desprecio a los que no compartimos sus ideas nacionalistas y nos sentimos orgullosos de ser gallegos y españoles. Nuestros representantes en el Parlamento van a buscar nuestro bien y nuestro progreso, pero sin insolidaridad y sin injusticias. En la misma línea, Feijóo afirmó hace unos días, refiriéndose a Rajoy: "Vamos a tener un presidente gallego: es la mayor garantía para Galicia". Un Presidente del Gobierno tiene que buscar con justicia el bien de todos los ciudadanos de España, y no favorecer injustamente a su pueblo, como hacen algunos políticos. El localismo y el nacionalismo en política son igual de perniciosos.
En nuestra democracia parlamentaria el voto de cada español debería valer lo mismo, tener el mismo peso específico, independientemente del lugar de residencia o del partido al que se vote. Pero eso está muy lejos de ser realidad, y por lo tanto hace falta una reforma de la Ley Electoral. Pero PSOE y PP se niegan a acometerla, porque les restaría poder y hegemonía. A los partidos nacionalistas tampoco les interesa el cambio ya que, por ejemplo, los 300.000 vascos que votan al PNV tienen 6 parlamentarios; y los 210.000 gallegos que votan al BNG tienen 2. Mientras que EU-IU, con casi un millón de votantes, tiene 2 diputados; y los más de 300.000 españoles que votamos a UPyD hace 4 años sólo tenemos a una parlamentaria: Rosa Díez.
UPyD no comparte la ideología de los nacionalistas, lo que no significa que no podamos apoyar algunas de sus propuestas concretas, cuando sean para el bien común y no con fines exlusivistas, separatistas, o para lograr privilegios. Nunca daremos prebendas injustas a nadie a cambio de su voto o apoyo, ni queremos que se siga haciendo eso en España. No estamos contra el nacionalismo, sino contra todo tipo de injusticia. Y nuestro mensaje es coherente: somos el único partido que pide la abolición de los derechos forales de Navarra y de Euskadi, por obsoletos y discriminatorios. Aunque eso nos ocasione pérdida de votos en esas Comunidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario