El 17 de agosto de 1962 decidió que quería vivir en libertad. Al intentar pasarse desde la zona dominada por los rusos hasta la zona llamada occidental, los soldados le dieron el grito de "alto", pero él siguió corriendo: cayó abatido por disparos de kalashnikov, quedando malherido, en la llamada "tierra de nadie", entre el muro y la alambrada.
No podía moverse. Nadie se atrevió a pasar a esa zona intermedia para socorrerlo. Unos soldados americanos le tiraron un botiquín. La gente gritaba, los periodistas hicieron fotos... Su agonía duró una hora. Murió desangrado.
Cuando militares comunistas retiraron su cuerpo, ciudadanos alemanes congregados a ambos lados del muro les increpaban, llamándoles asesinos...
Un año después se colocó una cruz en aquel lugar. Peter Fechter se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad. Y años más tarde el cantante Nino Bravo le dedicó la conmovedora canción "Libre". En 1990, tras caer el muro, se erigió un pequeño monumento en el lugar donde aquel joven de 18 años había muerto. En memoria de Fechter y de todos los caídos por la libertad. Allí y en todo el mundo. Y en todos los tiempos...
Peter Fechter. |
Todo ser humano quiere ser feliz; y tiene derecho a tratar de ser feliz. La sociedad debe permitir a todos los individuos la libertad de buscar la felicidad a través de metas personales. Y como decía John Stuar Mill en su ensayo "Sobre la libertad", ese derecho debe ser protegido por el gobierno con leyes, y la libertad sólo puede ser limitada cuando la acción de uno perjudica la felicidad de otro. No se puede aceptar la tiranía, que supone la restricción de la libertad del individuo para buscar esa felicidad, ya sea la tiranía del gobierno personal de un déspota, o la tiranía colectiva de una mayoría, incluso salida de las urnas.
La historia de Peter Fechter es como la de tantos otros que tampoco aceptaban el mundo tal como era, y decidieron arriesgar su vida por aquello en lo que creían, por conseguir vivir en un mundo mejor. Su largo camino hacia la libertad, como diría Nelson Mandela, sólo duró unos pasos. No siempre se consigue.
A veces las circunstancias en las que vivimos nos hacen enfrentarnos con nuestro destino y nos obligan a tomar decisiones encaminadas a la consecución de nuestra propia libertad y de la de los nuestros, que pueden llevarnos a actuaciones penosas y peligrosas. De alguna manera éste es uno de esos momentos para todos.
Me gusta especialmente una frase del Manifiesto de UPyD (atribuido intelectualmente a Fernando Savater): "ser progresista es luchar contra las tiranías que pisotean la democracia formal, así como contra la miseria y la ignorancia que imposibilitan la democracia material".
Quedan muy claros los objetivos, la liberación por la que luchar. A veces son cadenas virtuales y disimuladas, pero por ligeras y largas que sean siguen siendo cadenas. A veces serán muros evidentes los que hay que pasar y derribar. Y cuando escuchemos el grito de "alto" no podemos parar. No siempre se consigue. Pero la alternativa es mucho peor. O mejor dicho: no es aceptable vivir sin libertad, individual y social.
Libre (Nino Bravo)
Tiene casi veinte años, y ya está cansado de soñar;
pero tras la frontera está su hogar, su mundo y su ciudad.
Piensa que la alambrada sólo es un trozo de metal
algo que nunca puede detener sus ansias de volar.
Libre, como el sol cuando amanece yo soy libre, como el mar.
Libre, como el ave que escapó de su prisión y puede al fin volar.
Libre, como el viento que recoge mi lamento y mi pesar, camino sin cesar,
detrás de la verdad, y sabre lo que es al fin la libertad.
Con su amor por bandera se marchó
cantando una canción;
marchaba tan feliz que no escuchó
la voz que le llamó.
Y tendido en el suelo se quedó,
sonriendo y sin hablar;
sobre su pecho, flores carmesí
brotaban sin cesar.
Video: Nino Bravo cantando "Libre" (You Tube).
Excelente y oportuno recordatorio. Afortunadamente, en nuestro mundo, no hay riesgo de que te peguen un tiro por buscar un futuro en libertad. Por parte del Estado, no lo hay, por parte de malnacidos como el torturador de Ortega Lara y sus amigos si.
ResponderEliminarQue te peguen un tiro quizá no, pero que te señalen, te rechacen, te amordacen, te discriminen, te calumnien, te insulten, te boicoteen, tomen represalias, te ninguneen,... Todavía esta sociedad tiene que madurar democráticamente y muchos ciudadanos adolecen de una educación en el respeto a los demás, y se expresan con conductas totalitarias. Y no olvidemos que hay grupos que mantienen actitudes violentas, también en estas latitudes: lo vimos en la manifestación de Galicia Bilingüe en Santiago hace 3 años, y de vez en cuando nos enteramos de bombas puestas por grupos independentistas....
EliminarGracias por tu cometario y un saludo.