domingo, 20 de enero de 2013

Elogio de la reducción de jornada.

"...es imposible que no siga aumentando el número de desempleados si no reducimos la cantidad de trabajo que hacemos cada uno."
Esperamos que nuevos Aliados nos liberen.
Es necesario trabajar para vivir. Pero algo funciona mal en este mundo cuando lo que la mayoría de los mortales hace es vivir para trabajar.
A trabajadores y a parados nos une algo: una parte de la población trabaja en exceso, lo que les hace de alguna manera infelices; y la otra parte de la población no tiene empleo, y eso también les hace infelices.
Como ya apuntó el filósofo ingles Bertrand Russell en su obra Elogio de la Ociosidad (1932) hace falta una revolución social que nos lleve a reducir el trabajo al mínimo. Y a dejar de considerar que ciertos trabajos son virtuosos o de mayor categoría, y otros deben ser considerados bajos, de mala reputación. Todo trabajo manual, de servicio o de organización, debe estar bien valorado y remunerado, premiándose el esfuerzo y la calidad, pero con un ajuste progresivo que impida que se generen grandes diferencias materiales. Hay que acabar también con los especuladores y gentes que no producen nada, parásitos del  trabajo de los demás.
Cuando trabajemos menos, habrá trabajo para todos: la sociedad tendrá más armonía y optimismo, y se facilitará a cada individuo la consecución de la felicidad, pues tendremos más tiempo para dedicarnos a menesteres más gratificantes. La educación no estará dirigida entonces a ser mejores que los demás a toda costa para alcanzar un puesto de trabajo de alto nivel (con la consecuente frustración para todos los que no lo alcanzan), sino a saber disfrutar del ocio, de las artes, del deporte, de las fiestas, de la naturaleza, de la música, de las relaciones interpersonales, de la cultura...  La sociedad volverá a valorar el concepto de crear, de progresar y de realizarse en los planos personal y relacional.
Quizá algunos piensen: "Eso es una locura, ya vivo al límite, no puedo ganar menos, no puedo trabajar menos: con lo que se gana en un "mini-job" no me llega ni para pagar el alquiler de mi piso!". Pues habrá que mentalizarse y buscar la solución para asumir esos cambios, incluyendo la bajada de los alquileres y de los precios de muchas cosas. Porque para solucionar el problema del paro y del progresivo deterioro de nuestra sociedad va a ser imprescindible reducir la jornada laboral. Es la única alternativa: es imposible que no siga aumentando el número de desempleados si no reducimos la cantidad de trabajo que hacemos cada uno. Sirve pensar que con el pleno empleo los trabajadores tendremos que pagar menos impuestos, porque ya no hará falta pagar un subsidio a los millones de parados que tenemos ahora mismo.
El progreso y los avances científicos nos obligan a ir en esa dirección. Hoy en día se pueden producir muchos más "bienes" que hace años empleando mucho menos personal. Con la implantación de la reducción de jornada se podrán dedicar más medios humanos a sanidad, educación y a otros servicios, y reducirlos en los sectores primario y secundario. La burocracia será superada por la tecnología informática y de comunicaciones. La sociedad debe ser reorganizada en esa dirección, y ese cambio lo deben liderar nuevos Gobiernos constituidos por los mejores ciudadanos (todo lo contrario de lo que pasa ahora). Se programará la cantidad total de trabajo a hacer (esto es, el conjunto de tareas y el total de bienes que haya que producir para el consumo) y el trabajo necesario para conseguirlo se tendrá que repartir entre todos los ciudadanos útiles. No habrá excedentes. Podremos cuidar mejor el planeta.
Es posible que surja entonces el problema de aquellos que no sepan qué hacer con su tiempo libre. Dicen que eso les pasa a los orientales, a los chinos y japoneses sobre todo. Es lamentable. Pero es una enfermedad que se puede curar. Aplicaremos el tratamiento. Los inadaptados serán atendidos por expertos que les ayuden a integrarse en la nueva sociedad del ocio. Y crearemos empresas que se dediquen a ayudarnos a disfrutar del tiempo libre, y a aumentar nuestra educación y nuestra cultura, campos que servirán para el desarrollo personal: no se valorará tanto la posesión de dinero como la de cultura. Y la gente lo pasará tan bien que perderán las ganas de pelearse y de actuar con violencia: y la paz se impondrá.

4 comentarios:

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  2. Se abre también una gran oportunidad (y la necesidad de grandes cambios) a la enseñanza y a la formación profesional, pues habrá que conseguir trabajadores cualificados para todas las tareas que se necesiten, adecuando la oferta a la demanda.

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    1. Y al aumentar las actividades de ocio se creará un gran campo de puestos de trabajo "divertidos".

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  3. http://www.gurusblog.com/archives/cifra-paro/03/10/2014/
    Artículo que muestra y cuantifica la reducción de horas de trabajo en España con el paso del tiempo: es un hecho incontroveretible.
    Sin embargo está siendo posible aumentar el producto interior bruto, fabricar más, crear más bienes y servicios...
    Ese estudio avala mi propuesta

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