sábado, 7 de febrero de 2015

Los políticos de UPyD se dedican a bloquear en Twitter a los que les critican. (Me han bloqueado el 80% de sus dirigentes).

   Resulta paradójico que los dirigentes de UPyD, un partido que se define como democrático y transversal, tengan tanta propensión a bloquear a usuarios de Twitter simplemente porque les critican:

   No sólo son bloqueados los críticos de fuera del partido y los antiguos afiliados (ya dijo Rosa Díez que los ex afiliados de UPyD son unos indeseables), sino que UPyD también bloquea a sus propios afiliados, cuando se atreven a disentir.
   Es lo que ocurrió hace poco en Andalucía, donde los afiliados rechazaron la gestión del Coordinador Territorial, Martín de la Herrán, (protegido por Rosa Díez, quien para colmo va a ser el candidato de UPyD) (Ver): la reacción de la cúpula de UPyD incluyó bloquear en Twitter a los afiliados considerados "cabecillas de la oposición crítica". Lo contaba de manera elocuente uno de ellos:
   Esta autoritaria reacción no era habitual hace tiempo, y así lo afirmaba la propia cuenta oficial de UPyD hace dos años, contestando a un tuitero que pensaba que había sido bloqueado:

¿Foto de perfil de UPyD?: no quiro verte
ni oírte, y por eso te bloqueo. Me imagino
 que no existes y así soy más feliz...
   UPyD rectificó en esa ocasión, pero está claro que la política de redes sociales del partido de Rosa Díez va cambiando, y que el autoritarismo en el partido está llegando llega a niveles inauditos (Ver). Que se lo pregunten a Sosa Wagner y a los demás afiliados "purgados" (Ver ejemplo).
   Entiendo que se pueda bloquear a alguien maleducado, agresivo o acosador. Pero cuando nos bloquean a los que hacemos críticas razonables están demostrando su despotismo y aplicando la "política" del mono que no quiere ver ni oír a los que no le dan la razón.
   Hace poco escribía un articulo en El Mundo el periodista Santiago González (Ver), asombrado y perplejo al comprobar que Carlos Martínez Gorriarán (nº 2 de UPyD y "mano derecha" de Rosa) le había bloqueado: "Un político que no quierer que le sigan los periodistas. Es soberbio": y recordaba al músico de su pueblo que cuando tocaba en la fiesta no dejaba bailar a nadie porque le confundían.
   El caso "Gorriarán" es especial, y merece un artículo específico: es el siguiente del Blog (Ver).
   Aparte de algunas cuentas oficiales y varios dirigentes de UPyD, me tiene bloqueado el 80% de los miembros del Consejo de Dirección: de 20 que son, 15 tienen cuenta en Twitter, y 12 de ellos me han bloqueado. Además detecté que muchos de ellos lo hicieron a la vez, y eso que con algunos de ellos no había tenido ningún intercambio de mensajes: por lo que les podemos aplicar el siguiente principio: "cuando muchos piensan lo mismo, es que hay uno que piensa por todos". Es uno de los lemas que reflejan lo que pasa en UPyD. Sospecho que esas cuentas de Twitter no son libres, sino que están controladas por los servicios informáticos de UPyD y por el responsable de Organización: el "factotum" Juan Luis Fabo, mano izquierda de Rosa y profesional de la política (Ver). Parece claro que todos esos políticos están sometidos al poder del partido.
   Los únicos tres miembros del máximo órgano de dirección de UPyD que no me han bloqueado son Alvaro Anchuelo, Luciana de Miguel e Irene Lozano, a los que manifiesto mi reconocimiento por su discrepancia con el resto, su independencia y su tolerancia: "Ciudadanos capaces de pensar por sí mismos y de elegir en consecuencia", como dice nuestro Manifiesto Fundacional. De todas maneras, estoy seguro de que a las personas con valía democrática y capacidad crítica que todavía permanecen en UPyD les va a costar mucho regenerar un partido que ha sido secuestrado y adulterado por sus actuales dirigentes, y así se lo he transmitido (Ver).


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