lunes, 22 de junio de 2015

No se entiende que unos cuantos dirigentes de UPyD, alineados con Rosa Díez, se empeñen en hundir definitivamente al partido.

Hubo un tiempo en que yo admiraba a Rosa Díez y consideraba que no había ningún político en España mejor que ella. Me hubiera gustado que hubiera llegado a ser Presidenta del Gobierno.
Pero las cosas han cambiado mucho.
Rosa Díez tenía que haber reconocido hace tiempo que UPyD iniciaba un declive del que ella y los miembros del núcleo duro de su Consejo de Dirección (elegidos personalmente por ella) eran los principales responsables.
Pero Rosa no aceptó ninguna crítica, viniera de quien viniera. Y despreció a los miles de afiliados que iban (que íbamos) descubriendo que UPyD era dirigido con un asfixiante autoritarismo, y que dentro no había una verdadera democracia interna, aunque se tratara de engañar a la opinión pública presumiendo por ejemplo de primarias limpias, cuando todos sabíamos que eran controladas y manejadas por la dirección...
Rosa se fue quedando cada vez más sola, sin querer reconocer la evidencia de que el partido perdía fuerza y votantes (Europeas), y de que se dirigía peligrosamente hacia los arrecifes (Andaluzas)... Y sólo cuando se hizo innegable que hacía agua (Municipales), Rosa dio un paso atrás y convocó un Congreso Extraordinario que se celebrará dentro de 20 días.
Pero tenemos un problema.
Si Rosa tuviera un momento de cordura se daría cuenta de que para regenerar UPyD (si es que ya no es demasiado tarde) la única posibilidad "de salvación" es que se aparten totalmente de la dirección tanto ella como todos los dirigentes que la han estado apoyando todo este tiempo. No pueden seguir comandando la nave de UPyD y pretender una renovación, nuevos aires, ni Andrés Herzog, ni Gorka Maneiro ni su grupo... Serán excelentes personas y políticos, pero sólo renovarían la cúpula por más de lo mismo: provocarían el mismo rechazo que Rosa lleva años provocando, aunque suene a injusto.
Son muchos los ciudadanos y los ex-afiliados que siguen considerando las ideas del Manifiesto Fundacional y las propuestas programáticas de UPyD la mejor opción que se puede defender para regenerar la democracia y arreglar los problemas políticos y sociales que padecemos. Pero si dentro de 15 días sale del Congreso Extraordinario una dirección formada por los amigos de Rosa Díez, por los fieles incondicionales de su guardia pretoriana, no habrá ninguna posibilidad de regeneración y menos de resurrección, que es lo que UPyD necesita. Y lo (poco) bueno que todavía queda o apoya a UPyD se tendrá que buscar otro sitio. Definitivamente.

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