martes, 9 de junio de 2015

Cómo conseguir que los nacionalistas dejen de pitar el himno nacional.

   Propongo un sistema para conseguir que lo que pasó hace unos días en el Camp Nou, en la final de la Copa del Rey, no vuelva a suceder:
1. Saltan al campo los dos equipos finalistas.
2. Poco después, los jugadores y los árbitros se sitúan en el centro del campo, en formación, 
3. Se ponen en pié las autoridades.
4. Empieza a sonar el Himno Nacional por los altavoces del estadio.
5. Como reacción, se origina en las gradas un atronador pitido, acompañado de gritos y abucheos.
6. Se interrumpe la emisión del Himno Nacional.
7. Poco a poco los hinchas nacionalistas antiespañoles van dejando de pitar, silbar, abuchear e insultar.
8. Se espera el tiempo que haga falta a que se recupere el silencio.
9. Vuelve a sonar el himno nacional desde el comienzo.
10A. Si se vuelve a producir la pitada, se debe volver al punto nº 6 (se silencia la megafonía, se interrumpe el Himno) y hay que esperar otra vez a que se produzca un mínimo nivel de silencio.
10B. Si comienza el Himno con el público callado, pero antes de que termine el Himno se vuelven a escuchar gritos y pitos, hay que volver al punto nº 6.
10C. Este bucle se repite todas las veces que haga falta hasta que se completa la audición del Himno guardando el público el debido respeto exigible.
11. Una vez que esto se consigue, se sientan las autoridades y puede comenzar el partido.
   Si el proceso se repite muchas veces, se puede anunciar por la megafonía que transcurridas dos horas desde el primer intento de escuchar el Himno se procederá a desalojar las gradas y a jugar el partido a puerta cerrada.

   Nota: No me gusta nada el actual Himno español, y pienso que debería cambiarse por uno nuevo (igual que la Bandera, como he propuesto), y que tuviera letra. Espero que cuando se cambie la Constitución se hagan esos dos cambios, para que nadie pueda asociar esos símbolos con el Franquismo. Pero el Himno actual, nos guste o no, es el que hay: el que establece la Constitución, ley suprema que tenemos que cumplir todos los españoles (nos guste o no).
Pasamos de un extremo al otro.
   Los nacionalistas alegan su derecho a pitar el Himno en virtud de la libertad de expresión. La Audiencia Nacional reconoció hace años que no era un delito, aunque en la sentencia decía que "no era un ejemplo ni de educación ni del mínimo civismo exigible para ser respetado..."
   Se puede considerar como un principio vital para la convivencia civilizada que todos debemos tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. No pueden pretender que se les respete a ellos si ellos no son respetuosos.
   ¿Se imaginan lo que pasaría si en un acto institucional en Catalunya, Galicia, Euskadi... al empezar a sonar el Himno autonómico, un grupo -más o menos numeroso- empezara a pitar y a abuchear? Esos "antinacionalistas" serían "masacrados", por decirlo simbólica y expresamente.
   En la próxima venta de entradas para un partido en el que se pueda prever que se van a reproducir los gritos y abucheos contra los símbolos que representan a España, habría que advertir por escrito lo que se va a hacer (una vez que se haya decidido aplicar el protocolo u organigrama expuesto arriba), y que los nacionalistas antiespañoles decidan si quieren pagar una pasta para pasarse dos horas pitando y gritando, y quedarse al final sin ver el partido...
   Si en una fiesta infantil los invitados se ponen a burlarse, a insultar o a abuchear al celebrante, él o sus padres acabarán echando a todos los alborotadores irrespetuosos. Quizá muchos españoles seamos más dignos que Felipe para llevar la corona, porque al menos yo, si llego a ser el Rey, no hubiera aguantado: bajo al campo, cojo el balón y me marcho: "ahí os quedáis: me he cabreado y hoy no se juega el partido; esta es la copa del Rey, yo soy el Rey, y hoy no se la doy a nadie!" (Jejeje). (Les estaría bien merecido).

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