jueves, 14 de diciembre de 2017

Vidas paralelas: el capitán Ahab (de Moby Dick) y el alcalde ACab (de Vigo).

   No he podido menos que sorprenderme (y preocuparme) al comprobar el paralelismo en las vidas del capitán Ahab (personaje de la literatura universal creado por el escritor americano Herman Melville) y de Abel Caballero (actual alcalde de Vigo, conocido como ACab en algunos refugios de las Rías Baixas...)

   Ahab era capitan de navío ballenero. Veterano de los mares, llevaba más de 40 años embarcado. Presumía de ser huérfano y de no tener amigos, viviendo para la caza de ballenas, por lo que casi no pisaba tierra firme.
   ACab también fue capitán de la marina mercante. Veterano en la política, con más de 40 años de dedicación. Presumía (y presume) de no depender de ningún partido político (ni del suyo, el PSOE), de vivir completamente dedicado a agradar al pueblo, y de no cogerse vacaciones nunca.

  Aháb había sufrido graves heridas en su primer encuentro con una ballena blanca, y se obsesionó con encontrarla y vengarse, para demostrar que él era superior.
   ACab había sufrido una escandalosa derrota política cuando se presentó como candidato socialista para presidir la Xunta de Galicia, en 1997, obteniendo los peores resultados de la historia (por detrás del BNG): y se obsesionó con volver a la política y aferrarse al poder y no perderlo nunca más.



El "trastorno de Ahab", mezcla de
obsesión, deseo de venganza y de
victoria, odio al enemigo...
causa una desconexión de
la realidad y una ceguera que
conduce a la autodestrucción Ver.
 Cuando encontró a la ballena, Ahab se transformó. Impuso un régimen tiránico a bordo de su barco, encaminado siempre y sólo a alcanzar a Moby Dick a cualquier coste para conseguir matarla. En el navío sólo se hacía lo que él ordenaba o permitía.
   Cuando consiguió ser alcalde, ACab se transformó. Empezó a gobernar Vigo de forma autoritaria, encaminado siempre y sólo a ganar aplausos y votos para conseguir ser reelegido en las siguientes elecciones. En la ciudad sólo se hacía lo que él ordenaba o permitía.

   Y así, Ahab descuidó las medidas básicas de prudencia y los cuidados mínimos de su barco y de sus marineros, a los que acallaba con su despótica autoridad y con la ley del silencio... incluso lanzó por la borda a alguno por atreverse a hablar de los errores que estaba cometiendo.
   Y así ACab descuidó el bien común de los vecinos y los cuidados mínimos que una ciudad requiere, acallando cualquier protesta, y comprando a los medios de comunicación para que nunca le criticaran... Incluso expulsó de su partido a alguno que se atrevió a denunciar sus irregularidades (como al ex alcalde Carlos Príncipe).

Abel Caballero, interpretado
por Gregory Peck,
rodeado de su equipo.
   Ahab presumía de ser el mejor capitán y de tener el mejor barco, y no quiso parar en puerto a reponer las averías estructurales de su navío, pues eso podía hacerle perder el rastro de la ballena. Y ordenó largar velas para adentrarse en la tempestad, condenando a muerte a su barco y a su tripulación, que comprobaba angustiada cómo el barco hacía agua. Ahab prohibió al cocinero decir que ya no quedaba comida para regresar, y siguió mintiendo a su tripulación negando cualquier problema, repartiendo ron y montando fiestas para entretenerlos. Prometió que pronto llegarían a un puerto paradisíaco donde descansarían, y siguió echando la culpa de todo lo que pudiera pasar a las inclemencias del tiempo y al estado de la mar. Y los marineros, por miedo, le sonreían cínicamente y le daban la razón.
   ACab presumía de ser el mejor alcalde y de tener la mejor ciudad, y no quiso resolver los verdaderos problemas de Vigo ni las necesidades sociales de los ciudadanos, despilfarrando cada vez más dinero en adornos, en asuntos superficiales y en concesiones a empresas amigas que le apoyaban en su obsesión por seguir ganado elecciones. Su ciudad entraba en franca decadencia, pero él distraía a los vecinos con fiestas y propaganda, asegurando que los que decían que el barco estaba mal y que iban a la muerte segura (metáfora sobre Vigo) eran unos traidores. Prometió una y otra vez que "su ciudad", donde según él todos le adoraban, volvería muy pronto a ser la gran ciudad que había sido, en todos los sentidos, sobre todo económica y culturalmente... Y siguió echando la culpa de todos los problemas (los que trascendían) a los políticos que no se inclinaban a su paso. Y los miembros de su partido, temerosos de su gran poder, no se atrevían a decirle la verdad, lo que todos pensaban...


¡Juro que seré Alcalde
de Vigo 20 años más!
   El final de Ahab fue dramático, al hundirse su barco y ser él mismo arrastrado al fondo del mar enredado en la cuerda del arpón que acababa de clavar en Moby Dick... En los últimos momentos de su vida seguía gritando sonriente que había vencido a la ballena, que era el mejor ballenero de todo el mundo...
   ¿Cuál será el final de ACab? ¿Hundirse con Vigo? ¿Escapar antes de que el barco se vaya a pique y seguir echando la culpa de todo a los demás? ¿Sabrán reaccionar a tiempo (cuanto antes mejor) los miembros de su tripulación para minimizar los efectos de su obsesión por mantenerse en el poder a toda costa? El final de la historia está por escribir.


Cuanto más suba su ego, más grande será la caída...

Tal para cual...

 
 
 
Abel Caballero (con gorra de capitán) con su tripulación
delante de su barco, el Bernardo Alfageme, que decidió
atracar (realmente fue un atraco de un millón de euros a las
arcas de Vigo) en la rotonda de Coia. (VER crítica).
 

1 comentario:

  1. Qué tristes y deplorables estos últimos años 10 años de la historia de Vigo: ¿Dónde está el Ikea que caballero dio por hecho? ¿Dónde la biblioteca del Estado? ¿Qué museo de Vigo atrae a visitantes del resto de Galicia? ¿Qué calles nuevas se han abierto? ¿Se ha construido algún túnel nuevo para facilitar el tráfico? ¿Por qué Vigo es la ciudad donde más multas ponen los agentes municipales? ¿Cuántos comercios del centro han cerrado? ¿Hay carriles bici? ¿Hay puntos limpios? ¿Está decente el paseo de Beiramar o sigue siendo un suburbio portuario peligroso y sucio? ¿Se han hecho festivales o eventos culturales de nivel? ¿Se ha arreglado la Panificadora o el barrio del cura? ¿Escucha el alcalde a todos los colectivos independientemente de que le rindan pleitesía? ¿Se atiende mínimamente bien a los que precisan ayudas sociales? ¿Hay trasparencia en los contratos y adjudicaciones que hace el Concello? ¿Por qué en todos los eventos tiene que ir el Alcalde a hacerse la foto y a que le demos las gracias por ser el alma de Vigo, y si el alcalde de Vigo no puede ir se anula el evento? ¿Hay libertad de prensa en Vigo para poder criticar al alcalde, o están comprados (con nuestro dinero) todos los medios de comunicación locales? ¿Respeta el alcalde a los miles de vigueses que hemos votado a otros partidos y a sus representantes cuando dice que no le importa nada lo que digan el PP o la Marea de Vigo? ¿De quien fue la culpa de la paralización del Plan de Urbanismo y por qué en Vigo no se construye nada? ¿Cuánto debe Vigo a la concesionaria del pésimo auditorio que tenemos por culpa del alcalde? ¿Por qué no funciona el área metropolitana? ¿Sería Vigo una ciudad mejor con un alcalde menos prepotente y que en vez de pelarse con todo el mundo y de insultar a los que no están de acuerdo con el, fuera capaz de colaborar por el bien del pueblo? ¿Hasta cuando tendremos que sufrirlo...?

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