lunes, 1 de diciembre de 2014

Sosa Wagner tenía razón: Elenco de Afiliados de UPyD que sufrieron el autoritarismo de Rosa Díez y fueron expulsados, represaliados y silenciados. Primera parte.

   La carta publicada por Francisco Sosa Wagner en El Mundo el pasado mes de agosto incluía una frase que Rosa Díez y el aparato dirigente de UPyD no soportaron: "UPyD debería liberarse de las prácticas autoritarias que anidan en su seno, prácticas que desembocan en la expulsión constante de afiliados o en su sepultura en vida cuando deciden permanecer en sus filas acogidos a un ominoso silencio."
   Los dirigentes del partido magenta negaron que eso fuera cierto, y reaccionaron violentamente ante esa frase (más que ante la propuesta de negociar con Ciudadanos) insultando a su propio Portavoz del Parlamento Europeo, llamándole falso, mentiroso, mezquino, corrupto... para acabar destituyéndole, provocando su abandono del partido.
   Dejaron claro con su reacción que en UPyD impera el autoritarismo: y que basan la dirección del partido en la negación de lo que realmente hacen dentro de UPyD.
   Para demostrar que Sosa Wagner fue muy acertado, e incluso comedido, en su comentario crítico, expongo a continuación unos cuantos casos (todos ellos conocidos, aunque dispersos en las hemerotecas y en la Red) que pienso son suficientes: denuncias de autoritarismo en el seno de UPyD; casos de afiliados expulsados de manera irregular; censuras y represalias por expresar opiniones contrarias a las de los dirigentes del partido... He aquí la primera parte (en siete puntos):


   1. El catedrático Luis Bouza-Brey era uno de los fundadores de UPyD. Había venido desde Ciudadanos, donde era el líder de la corriente denominada Regeneración Democrática y donde había disputado a Albert Rivera la dirección del partido catalán. Luis formaba parte del Consejo Político que en septiembre de 2007 puso en marcha UPyD, y que eligió a los miembros del primer Consejo de Dirección y designó a Rosa Díez como portavoz. Pero poco después, Luis Bouza-Brey comprobó que se estaban celebrando reuniones del Consejo Político (a partir del 28 de marzo de 2008) para las que no se le había convocado. Se enteró entonces de que Rosa Díez y su grupo de allegados (que son los que a día de hoy siguen mandando en UPyD: el núcleo duro del Consejo de dirección) habían modificado a su voluntad y conveniencia la composición de ese Consejo Político, algo que era explícitamente contrario a las disposiciones fundacionales y a los primeros Estatutos de UPyD. Esa grave irregularidad provocó protestas, denuncias y abandonos de muchos fundadores, y Luis Bouza-Brey presentó una denuncia interna ante los órganos de Dirección y Control de UPyD el 1 de octubre de 2008, que esos órganos del partido nunca contestaron. En ese texto, que meses después fue publicado (VER) se puede comprobar que el problema de autoritarismo en UPyD ya era muy grave, a pesar del poco tiempo transcurrido desde su fundación. Lógicamente Luis Bouza-Brey abandonó UPyD.

   2. Javier Carroquino, ingeniero y empresario zaragozano, era también fundador de UPyD; fue elegido Coordinador Territorial de UPyD en Aragón y candidato por Zaragoza en las elecciones de 2008. El 29 de marzo de 2009 se reunió el Consejo Político (CP) y se debatieron los reglamentos para el I Congreso de UPyD, a celebrar a finales de ese año. Fueron varios los que criticaron ese reglamento, propuesto por el núcleo duro de Consejo de Dirección (CdD) (especialmente Carlos Martínez Gorriarán y Juan Luis Fabo, considerados los números dos y tres del partido). Javier Carroquino presentó una enmienda a esos reglamentos, con medidas para evitar que se concentrara excesivo poder en el Consejo de Dirección, estableciendo que ese CdD se eligiera en listas abiertas. Según relataron algunos asistentes, Rosa Díez tuvo miedo de que esa enmienda pudiera prosperar y planteó el rechazo de la propuesta de Carroquino como un plebiscito: si no apoyáis las listas cerradas -vino a decir- me voy del partido (Ver). Los miembros del CP temieron perder a Rosa, y la enmienda fue rechazada en una votación que el Consejo de Dirección exigió que se hiciera a mano alzada. La Dirección de UPyD tomó represalias, y el 16 de abril de 2009 Javier Carroquino fue destituido de su cargo de Coordinador Territorial, y también fueron expedientados cinco afiliados más de Zaragoza que le habían apoyado (Ver noticia en este enlace, con interesantes comentarios). Poco después Javier Carroquino era expulsado del partido.

   3. Mikel Buesa, Catedrático y presidente del Foro de Ermua, era uno de los más prestigiosos fundadores de UPyD. Fue el número dos en la lista por Madrid, detrás de Rosa Díez, y era miembro del Consejo de Dirección. En verano de 2009 surgió un conflicto: Ramón Marcos era el coordinador de UPyD en Madrid, y Mikel era el Portavoz del partido en esa Comunidad. Ramón Marcos pretendía controlar el partido con manipulaciones y mentiras, excluyendo a los que no hacían lo que él quería. Mikel Buesa habló con Rosa, y tal como relata el Catedrático en su libro "Adios, Muchachos!", la líder de UPyD le reconoció que Ramón Marcos era poco brillante y que sólo hacía lo que ella decía: pero le prometió que se encargaría de arreglar el problema. Sin embargo, pasó el tiempo y Rosa y Gorriarán decidieron apoyar a Ramón Marcos, lo que suponía autorizar una organización antidemocrática y rechazar a Mikel Buesa, quien en julio de 2009 no aguantó más y abandonó el partido, siendo acompañado por un grupo de unos 30 afiliados de Madrid (entre ellos ocho miembros del Consejo Político y cinco del Consejo Territorial de Madrid) que se fueron de UPyD alegando que no estaban dispuestos a seguir aguantando el despotismo del coordinador, “hombre de paja” de Rosa, como fue considerado. Mikel Buesa se fue denunciando el "control férreo y autoritario" que un "grupo de personas" pretende imponer en el seno de la formación "anulando el debate político interno y la capacidad de los militantes de ser partícipes" en la política de UPyD. La noticia de El Mundo llevaba como titular: "Mikel Buesa, fundador de UPyD, deja el partido por su autoritarismo".

   4. Poco después, Gerardo Hernández Les, miembro fundador de UPyD y del Consejo de Dirección, junto con otros 13 afiliados dirigentes de UPyD de diversos sitios de España fueron expedientados y suspendidos de militancia (Ver) por abrir una web para el debate, donde se criticaba la gestión interna de UPyD: afirmaban que aunque aseguraban su lealtad al partido no prestaban una obediencia ciega a Rosa Díez, y anunciaron que iban a presentar una lista alternativa para dirigir el partido en el primer Congreso de UPyD que se iba a celebrar en octubre de ese año (Ver). El Nº 2 de UPyD, Carlos Mnez. Gorriarán, dijo que al abrir esa web habían creado una estructura paralela a la del partido, y que al anunciar su candidatura antes de que se abriera el plazo habían incumplido el reglamento del Congreso de UPyD. Le contestaron que Rosa Díez había hecho lo mismo (anunciar su candidatura) y a ella no le habían expedientado. El 11 de diciembre Gerardo Hernández Les junto con otros fundadores y cien afiliados de UPyD anunciaron que se iban del partido (Ver) declarando: "UPyD tiene un modelo de gestión interna de corte totalitario, sin controles efectivos, ni separación de poderes, ni sistema de incompatibilidades, totalmente opuesto a los estatutos fundacionales".

   5. En el primer Congreso de UPyD celebrado en octubre de 2009, el afiliado Valia Merino encabezó una candidatura alternativa a la de Rosa Díez para el Consejo de Dirección. Los dirigentes de UPyD hicieron una campaña de descrédito contra los miembros y defensores de esa candidatura, a los que Rosa Díez llegó a calificar de “batasunos”. El ambiente fue muy tenso en el Congreso, porque a Rosa Díez y a sus candidatos al Consejo de dirección (en lista cerrada, ver más arriba en punto 2) no les hizo ninguna gracia que un grupo de afiliados pretendiera desplazarles del control absoluto del partido. Al final, la candidatura de Valia Merino perdió, aunque recibió el 18 % de los votos de los afiliados del partido. Meses después Valia Merino fue expedientado (Ver noticia) por convocar una reunión de afiliados sin permiso de la dirección, por no acudir a una convocatoria que le hizo el CdD (para reprenderle, pero Valia dijo que no iba a ir a otro juicio de Nuremberg), y por varias declaraciones que hizo, como "a cualquiera que disienta un mínimo del partido le guillotinan") y expulsado de UPyD (Ver última carta de Valia Merino a UPyD, donde acusa a la Dirección del partido de estar infectada de autoritarismo, mesianismo y de desmedidas ansias de poder, y donde también, tras alegar que sólo había ejercido su libertad de expresión, afirmaba: "Decir la verdad nunca debería ser delito: informar al ciudadano de la mercancía deteriorada que se le pretenden colocar es una acto de ciudadanía; desenmascarar a los vendedores de patrañas es un deber cívico: y eso es lo que he hecho y seguiré haciendo por el bien de nuestro partido y de nuestra España").


   6. El tema de Ciudadanos viene de antiguo, y Rosa Díez también aplica su autoritarismo a lo que se puede hablar o no en UPyD. En enero de 2011 la Coordinadora Territorial de UPyD en Cataluña propuso debatir en la asamblea anual de afiliados de su Agrupación los malos resultados del partido en las elecciones autonómicas catalanas, y la posibilidad de llegar a pactos con Ciutadans. El Consejo de Dirección no quiso dejar que mantuvieran ese punto en el orden del día, y como los dirigentes catalanes de UPyD se mantuvieron firmes en su decisión de tocar ese tema (a lo que tenían derecho según los Estatutos) Juan Luis Fabo (se supone que de acuerdo con Rosa y con Carlos) disolvió el Consejo Territorial catalán (elegido por los afiliados) y nombró una Gestora (amigos de Fabo y de Rosa, elegidos a dedo). La hasta entonces Coordinadora, Mari Cruz Hernández Palacín, y los miembros del Consejo Territorial, se fueron del partido muy cabreados. Hernández Palacín acusaba en su escrito de despedida a Organización de UPyD de haber “faltado a la verdad”, actuando con “arbitrariedad” y con “engaño a toda la militancia trasladándole unos datos que falsean la realidad”, de usar métodos “impropios de un Estado de derecho”, de abuso de poder (al haberles bloqueado las comunicaciones con los militantes), y de “imposición en la sombra de una coordinadora paralela” (con Ramón De Veciana a la cabeza, miembro del Consejo de Dirección, colocado según algunos para controlar al partido desde Madrid, y cuyas diferencias con afiliados catalanes, incluso de miembros de la Gestora, provocaron bajas). (Por cierto, la Gestora que tenía que haber durado como mucho dos meses, según los Estatutos, se prolongó once meses: otro claro incumplimiento de las normas de UPyD por parte de la Dirección, que sin duda era una maniobra ilegal para mantener el control y provocar que se cansaran y se fueran del partido los que esperaban poder reconducirlo a la senda de la democracia interna y de la independencia con respecto al Consejo de Dirección). El comunicado de la ex líder de UPyD catalana señalaba a Juan Luis Fabo, secretario de Organización de UPyD, como causante de la mala relación entre las dos direcciones, la nacional y la autonómica, y le acusaba de llevar a cabo “maniobras tendentes a privar a la militancia de su derecho a saber y exigir responsabilidades”, además de quejarse de haber sufrido amenazas y un trato vejatorio. Terminaba diciendo: “No se debería seguir afirmando que se pretende regenerar la vida democrática y, en el propio partido, regirse por formas autoritarias.” (VER: El Caso Cataluña, con referencias).

   7. El Consejo de Dirección que salió del primer Congreso estaba constituido (en la lista cerrada que confeccionó Rosa Díez) por el núcleo de sus amigos y personas de confianza, casi los mismos desde los comienzos del partido, y casi los mismos que fueron re-elegidos en el II Congreso de noviembre de 2013. Visto lo que pasó en el primer Congreso, en el segundo ya no se presentó ninguna candidatura aparte de la de Rosa Díez, y es casi seguro que en el III Congreso (a celebrar en principio en 2017) tampoco ningún afiliado -si quiere seguir en UPyD- se atreva a presentar una lista alternativa para disputarle el poder a Rosa Díez, y Rosa repetirá la misma o similar composición del CdD, prolongando su mandato hasta 2021. Porque para permitir la permanencia de Rosa Díez en el poder, el propio CdD propuso y consiguió que se aprobara en este último II Congreso, hace ahora un año, una modificación de los Estatutos que prolonga de ocho a doce años el tiempo máximo para poder ocupar un cargo en UPyD, algo que afecta e interesa a Rosa Díez, pero que sin embargo atenta contra los principios fundaciones de UPyD pues en su Manifiesto se defendía la limitación de mandatos. Es notorio que el CdD influyó todo lo que pudo en la elección de los Delegados para este II Congreso, incluso con listas de recomendados, algo que Carlos Martínez Gorriarán defendió públicamente pero que levantó las quejas de muchos afiliados, a los que Gorriarán invitó a marcharse de UPyD si no les gustaba cómo hacían las cosas desde la dirección del partido. Los organizadores del II Congreso, miembros del CdD con Juan Luis Fabo a la cabeza como responsable de Organización, seleccionaron a 120 de los cerca de 500 Delegados participantes en el Congreso para formar parte de la Comisión de Estatutos y Reglamentos, y ellos, sólo esos 120, fueron los que aprobaron esas y otras modificaciones de los Estatutos, encaminadas a dar más poder al Consejo de Dirección, reduciendo la democracia interna de UPyD (Ver estudio publicado que compara los Estatutos de antes y de después). Ante todo lo relatado, algunos afiliados reaccionaron protestando y dándose de baja del partido, como es el caso de Gonzalo Sichar Moreno, que había sido el máximo dirigente de UPyD en Málaga y había desempeñado diversos cargos dentro del  partido: en su escrito de despedida, de fecha 31 de diciembre de 2013 reconoce haber sido beneficiado por al apoyo de la Dirección del partido, y afirma: "El tiempo me ha enseñado que quienes estábamos en esas listas éramos considerados dóciles con la dirección nacional. Y en cuanto te desmarcas de las directrices oficialistas o pides mayor transparencia pasas al ostracismo." Y añadía: "Por eso me voy, porque la dirección de este partido censura la discrepancia. Porque está construido alrededor de un minúsculo grupo que utiliza a sus afiliados sólo como peones, pero que ha permitido la marcha de muchos de sus afiliados más valiosos. Y es que UPyD ha caído en la oligarquía de hierro que Robert Michels denunciaba de los partidos políticos. No se premia el mérito, sino la docilidad." (VER el texto completo)

   Continuará...


2 comentarios:

  1. Muchos de los miembros del Consejo de Dirección de UPyD elegidos por Rosa, con su divino dedo, en su lista cerrada y única, ya ocupan escaños en diversos parlamentos. Y la mayoría de ellos puestos en los primeros puestos de las listas electorales por Rosa Díez, sin pasar por primarias, como es el caso de Carlos Martínez Gorriarán, Alvaro Anchuelo e Irene Lozano en el Congreso Nacional, Juan Luis Fabo, Ramón Marcos y Elvira García en la Asamblea de Madrid; Fernando Maura y Beatriz Becerra en Europa.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, Fernando Maura no es que sea fan acérrimo de Rosa

    ResponderEliminar