Ref. Imagen: web UPyD, grupo trabajo Estudiantes |
UPyD ofrece unos planteamientos nuevos e ilusionantes, y la oportunidad de salir de esta crisis con una revolución pacífica, a través de las urnas, consiguiendo que los políticos que nos representen (los de UPyD y los de los demás partidos) empiecen a dedicarse a solucionar los problemas de los ciudadanos de la mejor manera posible, con transparencia y justicia, salvaguardando nuestros derechos y libertades, y promoviendo la unión, el progreso, la educación y el bienestar social.
De momento, los políticos de UPyD que ya han llegado a formar parte de Parlamentos y Ayuntamientos lo están haciendo muy bien, y están siendo ejemplares. Confiamos en que siempre sea así. Eso pretendemos. Y vamos a luchar por ello.
Es esperanzador constatar que cada vez somos más los que hemos dado el paso de implicarnos en UPyD, los que hemos superado la indignación y la queja estéril y descorazonadora, y hemos llegado a la conclusión de que colaborar con el Partido Magenta es lo mejor que podemos hacer para llevar a cabo la necesaria regeneración democrática que todos ansiamos. Aparte de los votos recibidos en las sucesivas elecciones y de las encuestas favorables que ratifican lo afirmado al principio de este párrafo, os puedo contar que este último mes se han sumado a nuestro equipo de Vigo 6 nuevos afiliados, de gran valía todos ellos, algunos sin experiencia política previa, y otros que vienen de diversos partidos que les han acabado de decepcionar.
A UPyD se puede afiliar cualquier ciudadano, asumiendo con ese acto unas obligaciones y adquiriendo unos derechos. Se empieza a colaborar desde el primer momento en las actividades del Partido, según las circunstancias, la disponibilidad y capacidad de cada uno. Nos comprometemos a cumplir los Estatutos y a seguir las reglas de organización y democracia interna. Cualquier afiliado (sin avales previos, aunque en algunos casos con una antigüedad mínima) puede presentarse como candidato para encabezar las listas electorales o los cargos internos, haciendo llegar sus propuestas y motivaciones personales a los demás afiliados, que somos los que elegimos en votaciones en urna a quien consideramos que mejor puede representar al Partido en las instituciones o desempeñar un cargo.
En UPyD dedicamos la mayor parte de nuestras energías a desarrollar las mejores ideas políticas y a tratar de llevarlas a la práctica (con el necesario paso previo de darnos a conocer y conseguir muchos votos). Pero también algunos afiliados tienen que dedicar tiempo y esfuerzo a la discreta tarea de cuidar el funcionamiento interno de UPyD. Los coordinadores locales y territoriales tenemos el aval de haber sido elegidos en elecciones internas por los afiliados de una localidad (como es mi caso en Vigo) o de una Comunidad; y trabajamos en equipo, formando un Consejo o una Coordinadora, tomando las decisiones democráticamente. Eso facilita poder tomar las decisiones más adecuadas para el bien del Partido: la democracia interna es una garantía de autocontrol. Pero si alguna vez uno o varios afiliados piensan que las decisiones no son correctas y que los órganos y cargos internos estamos actuando mal, disponen de los medios y cauces adecuados para participar y para arreglarlo. Siempre les advierto a los nuevos afiliados: que nadie se enfade y se deje llevar por la tentación de romper la baraja cuando detecte desorden, carencias, fallos... es el momento de remangarse para trabajar y colaborar en mejorar el Partido, buscando soluciones y remedios. A veces hará falta tener paciencia, incluso más de la que nos gustaría. Pero en política y en la vida en general eso es lo habitual. No podemos pretender arreglarlo todo enseguida. Los cargos y representantes de UPyD irán apareciendo y despareciendo, en función de sus circunstancias personales y de lo bien que lo hagan: no por su propio interés y fama, sino por el bien del Partido y de la sociedad. Paciencia. Estoy casi seguro de que UPyD nos va a sobrevivir a todos.
Tengo la impresión de que dentro de UPyD, ocupados como estamos en darnos a conocer y en arreglar cuanto antes los graves problemas sociales, políticos y económicos que nuestra sociedad padece, invertimos menos tiempo y energía en la organización interna que el que invierten los demás partidos. La organización de UPyD depende fundamentalmente de afiliados que dedican parte de su tiempo libre, sin cobrar nada por ello, a esas tareas internas. La falta de experiencia y el tener que compatibilizar esas labores con ocupaciones familiares y profesionales son factores presentes en muchos casos. A pesar de la buena voluntad de todos, los errores y problemas se producen: pero los vamos capeando y solucionando. Nos iremos adaptando según surjan nuevas necesidades y vaya creciendo el Partido; probablemente tendremos que profesionalizarnos un poco más, y es posible que Estatutos y Reglamentos se tengan que modificar: estoy seguro de que iremos mejorando con el tiempo.
Como en cualquier comunidad formada por individuos diferentes y libres, en UPyD pueden surgir (y de hecho surgen), conflictos, discrepancias, malos entendidos... También podría darse el caso de que se afiliaran a UPyD individuos que en algún momento buscaran su interés personal, o que no respetaran los reglamentos internos o los derechos de los demás afiliados, o que quisieran aplicar sus ideas de manera impropia... En UPyD hay reglas internas para manejar esos casos, y hay un Comité de Buenas Prácticas que analiza y resuelve las denuncias que puede hacer cualquier afiliado. Las actuaciones de afiliados que fueran antiestatutarias, contrarias a la rectitud que se exige en UPyD o perjudiciales para el Partido deben ser corregidas y en su caso denunciadas. Y no hacerlo así sería hacer daño a UPyD. Si se pensara que todo eso nunca podría ocurrir en nuestro Partido, no se habría puesto en los Estatutos de manera tan clara. Y lo hacemos, lo denunciamos para aclarar la verdad y tomar las medidas necesarias, con respeto a las personas, y sin airear los problemas internos.
Muchos afiliados de UPyD como yo no nos hemos implicado en política para defender un partido en el que quepa la corrupción o los intereses personales: y si defendemos la transparencia y las buenas maneras de hacer política no vamos a consentir que dentro del propio partido no se actúe de la misma manera. Un aspecto distintivo e identificativo de UPyD es y será siempre el rechazo a cualquier tipo de corrupción: y si ese principio se perdiera, UPyD ya no sería UPyD.
Pienso que en UPyD pueden darse con más frecuencia esos conflictos menores que he mencionado, debido a que no tenemos un pensamiento único ni una ideología dogmática, y asumimos que cada afiliado tiene sus propias ideas, y que nadie está en posesión de la verdad. Nuestros Estatutos contienen una "cláusula de discrepancia", y por ser un Partido "transversal" hay algunas cuestiones en las que distintos afiliados tienen ideas diferentes. Eso también es bastante peculiar de UPyD. A veces un afiliado propone y defiende posturas que no son aceptadas por el órgano colegiado correspondiente, o sencillamente se equivoca o mete la pata... Puede ocurrir que un malentendido, un olvido, una palabra inoportuna o una frustración que nos cabrea, derive en una crisis interpersonal que acabe siendo dramática. Yo mismo, haciendo propuestas y escribiendo en mi Blog, he tenido que rectificar algunos errores, y también he recibido críticas más o menos razonables que han generado problemas. Los únicos que nunca se equivocan son los que no hacen nada. Pero en UPyD estamos dispuestos a tratar de solucionar esos problemas, sin dejarlos crecer ni que se conviertan en grandes conflictos: con un diálogo educado, tratando de entender la postura del otro, sabiendo pedir perdón y perdonando, y asumiendo que lo que sabemos entre todos no lo sabe nadie. Y queremos hacer eso, arreglar esos conflictos, y lo tenemos que hacer, para preservar, para cuidar este instrumento de combate pacífico que es el Partido, con el que queremos mejorar nuestro mundo, y que no debe debilitarse por culpa de problemas particulares.
UPyD tiene pocos años de vida pero se ha consolidado ya como el 4º Partido político en España; y es la esperanza de miles y de millones de ciudadanos: necesitamos que UPyD sea una organización sana y ejemplar para que pueda cumplir su cometido. Por eso cualquier persona que comparta las ideas fundacionales y programáticas de UPyD, que se sienta identificado con la importante misión que este Partido está asumiendo, debe contribuir a cuidarlo. Y a resolver cualquier conflicto interno que aparezca.
Escucho a veces críticas amargas y generalizadas contra nuestro Partido que provienen de personas que se han ido de UPyD. Me parece muy improbable que su versión particular de lo que les ocurrió (y sobre todo las retorcidas intenciones que atribuyen a otros afiliados) sea la verdadera, y pienso que su frustración les puede lleva a ser muy injustos. En cualquier caso me da pena que se alejen de UPyD quienes vinieron de buena fe y trabajaron por el Partido; y les recuerdo siempre que las ideas de UPyD que les llevaron a afiliarse permanecen, siguen ahí, aunque no sean todas del gusto de todos, y aunque puedan ir evolucionando en algunos términos: pero en UPyD seguimos defendiendo un proyecto claro y programático, originado en el Manifiesto Fundacional que a todos nos conmovió.
Si fuera cierto que esos ex-afiliados que antes defendían a UPyD y ahora lo atacan se hubieran tropezado dentro de UPyD con personas que, detentando cargos de responsabilidad dentro del Partido, no hubieran respetado en algún caso la democracia interna según las reglas que tenemos, o que pareciera que hubieran buscado su provecho personal o el de sus amigos en vez del bien y del interés del Partido y de la sociedad, esos ex-afiliados, si tenían la razón de su parte, tendrían que haber sido capaces de luchar por defender sus derechos y la verdad, de denunciar dentro del Partido esas situaciones, y de exigir y conseguir justicia. Eso es ser de UPyD y cuidar al Partido. Por el contrario, irse dando un portazo y soltando improperios y descalificaciones generalizadas supone cometer una injusta agresión contra el Partido en su conjunto y contra todos los que trabajan honesta e ilusionadamente en UPyD.
Todos en UPyD sabemos que ningún afiliado es perfecto. Precisamente por eso, y porque estamos convencidos de que UPyD es una alternativa política necesaria, estamos dispuestos a seguir cuidando a nuestro Partido.
Un cordial saludo: Pedro Larrauri. Coordinador UPyD Vigo.