miércoles, 10 de febrero de 2016

Unificación de los calendarios: ley de vida. La alternativa es el aislamiento.

Celebración del año nuevo chino en
la Puerta del Sol de Madrid.
El pasado día 8 de febrero se celebró en
todo el mundo el comienzo del año
del mono de fuego (o mono rojo), que
corresponde con el 4.714 de su calendario.
   ¿Es éste realmente el año 2016? Sólo si supiéramos cuántas vueltas ha dado la tierra alrededor del sol, desde que comenzó a hacerlo, podríamos asegurar en qué año estamos.
   Para entendernos y poder decir en qué año estamos adoptamos normas convencionales. Así, los romanos contaban los años a partir la fundación de la ciudad de Roma. En Europa, a partir del siglo VI se empezó a contar desde la fecha del nacimiento de Jesucristo, calculada (con cierto error) por el monje y matemático Dionisio "el exiguo". Ese cómputo dio origen a la llamada Era Cristiana, que se fue generalizando por todo el mundo para datar documentos y fechas históricas.
   Actualmente ese calendario "occidental" se ha popularizado y se nombra (sin mencionar su origen cristiano) como Era Común (EC). Y ha sido adoptada por la mayoría de las instituciones mundiales. La ONU ha propuesto las siglas CE como Common Era, y BCE, Before Common Era, antes de la Era Común (lo que antes se decía "antes de Cristo"). En la República Popular China el año 1949 se abolió la «era de la República de China» y se adoptó la Era Común.
   Es cierto que existen muchos otros calendarios. El calendario Hebreo comienza con la creación del mundo, y para los judíos la Biblia dice que Yahvé lo creó hace 5.777 años. Los budistas comienzan a contar con el nacimiento de Buda Gautama, por lo que su calendario nos sitúa en el año 2569. La cronología musulmana parte del viaje que el Profeta Mahoma hizo desde La Meca hasta Medina (en julio del año 622 de la era cristiana) por lo que para todos los creyentes de esa religión estamos en el año 1.438. En la India hay un Calendario nacional, conocido también como «era Śaka», por lo que desde el punto de vista oficial allí están en el año 1938...
Aunque los chinos tienen su calendario
propio, las olimpiadas de Peking (Beijing)
fueron las del 2008, y no las del 4706.
   Pero a pesar de que esos calendarios se mantienen en sus respectivos ámbitos, a nadie se le ocurre tratar de imponer esos sistemas peculiares y locales: y todos aceptan y usan el cómputo de la Era Común como un sistema universal de datación que todos entienden y facilita las relaciones.
   Resulta interesante recordar que en la España Visigoda, tras la caída de Roma, se instaló un cómputo diferente, la llamada Era Hispánica, adoptada como oficial el año 516 en el Concilio de Tarragona. Esa peculiar cronología, que tenía 38 años de diferencia con la Era Común, se mantuvo durante mucho tiempo en todos los reinos peninsulares, pues los escribanos y miembros de las cancillerías lo consideraban "algo propio" y se resistían a cambiarla. Al final, el calendario de la Era Hispánica se dejó de usar durante los siglos XIV y XV, y los reyes decidieron adoptar el común.
   Es ley de vida: cuando dos comunidades sociales conviven un tiempo suficiente, y ambas comunidades usan sistemas distintos de manejar, cuantificar o expresar los asuntos que afectan a la convivencia, esos sistemas tienden a unificarse.
   Siendo prácticos, en ésta y en otras esferas de la convivencia, el hecho de que todos utilicemos un único código común es la mejor manera de entendernos sin problemas.
   La alternativa es el aislamiento.

 PD: Este artículo ha sido publicado hoy en Faro de Vigo (Tribuna del Lector).
 
   Adendum: Pregunta para el debate. Tras leer este artículo, ¿podríamos hacer algún paralelismo en relación con las "lenguas propias" de algunos territorios que los nacionalistas suelen querer que sean usadas por todos sus habitantes (y visitantes) en todo momento?

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