Uno de los significados de la palabra “extorsionar” es obtener una cosa de alguien por la fuerza o con intimidación. Eso es lo que está tratando de hacer el Servicio Galego de Saude (Sergas) con los médicos gallegos. Y dada su condición de prepotencia me temo que van a conseguir sus maquiavélicos propósitos, causando daños leves y graves a miles de pacientes gallegos: todos los que no pueden acudir a la medicina privada ni costearse algunos tratamientos que antes recibían de la sanidad pública en aceptables condiciones.
Hoy leo una noticia que dice que el presidente del Colegio Médico de Lugo, ha denunciado esas presiones ante la Consellería de Sanidade (Ver), acusándoles de condicionar la libertad de prescripción de los facultativos con el argumento del ahorro, criterio que para él es el que preside las actuaciones de los dirigentes sanitarios. Una denuncia similar la puso el Colegio Médico de Pontevedra hace dos años (Ver): y la situación no ha hecho más que empeorar. En esas denuncias subyace una crítica (que comparto) dirigida a los políticos de la Xunta: no les importa la salud de los gallegos. Aunque Feijóo y los demás lo nieguen y digan, cínicamente, que todo es mentira. Pero sus hechos hablan por ellos, y les convierten en políticos indignos, agresores y peligrosos: estoy convencido de que han sido y van a ser responsables de muchas muertes y de muchos sufrimientos evitables. Estoy harto de sus mentiras, y no acepto que digan que no hay dinero mientras mantienen tantos asesores, chiringuitos, diputaciones, administraciones triplicadas e inútiles, gastos en autobombo y publicidad engañosa, cuentas ocultas, sobres y cajas B... Estos políticos son perjudiciales para nuestra salud: como médico y como ciudadano me comprometo a luchar para echarles y poner a otros que no mientan y que respeten a los ciudadanos. Aunque también recrimino a los gallegos que han votado a esa "casta" que no es capaz de decir la verdad sobre nuestra cada vez más deteriorada situación sanitaria, especialmente -como todos sabemos- en el área de Vigo: aunque ni al Presidente ni a la Conselleira parece importarles mucho lo que pase fuera de la provincia de A Coruña.
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